Por @Wicho — 24 de Abril de 2024


La superficie de la Luna vista por SLIM al abrir los ojos a su cuarto día lunar – JAXA

Lo del aterrizador japonés SLIM, de Smart Lander for Investigating Moon, Aterrizador inteligente para investigación lunar, es sorprendente: ha sobrevivido a su tercera noche en la Luna aún a pesar de que no tiene calefactores que le permitan mantener una temperatura razonable en sus componentes.

La imagen de arriba es la primera que ha enviado tras despertar de esta tercera noche. Está tomada por su cámara multibanda, que es capaz de analizar la composición de aquello que ve. La Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA) dice que seguirán comprobando el estado de SLIM mientras sigan en contacto con él para obtener más datos no sólo de la superficie de la Luna sino también de cómo se van comportando los distintos componentes del aterrizador con el tiempo.

Los objetivos iniciales de la misión eran la JAXA aterrizar de una pieza, y lo consiguió, aunque haya sido cabeza abajo; aterrizar con una precisión de menos de 100 metros, y fueron 55; y conseguir que SLIM funcionara durante un tiempo una vez posado sobre la superficie de la Luna.


SLIM fotografiado por el rover LEV-2, cuyas ruedas se ven en primer plano a ambos lados de la parte inferior de la imagen – JAXA

Pero esto de que vaya ya por su cuarto día lunar –la noche y el día lunares duran dos semanas terrestres cada uno– es impresionante.

La misión está en Twitter como @SLIM_JAXA.

Relacionado,

Compartir en Flipboard Publicar / Tuitear
PUBLICIDAD


Por @Wicho — 24 de Abril de 2024

Ilustración que muestra unos prismas formados por manzanas de colores

Como cada año, y ya van unos cuantos, los Museos Científicos Coruñeses, en los que trabajo en el MundoReal™, han convocado los Prismas Casa de las Ciencias a la Divulgación. La de 2024 es la XXXVII Convocatoria. Ahí es nada.

La principal novedad de este año es que, para que el fallo del jurado esté más próximo a los trabajos realizados, hemos cambiado las fechas de los trabajos que se pueden presentar. Así, en 2024, y de forma excepcional, se pueden presentar trabajos hechos públicos entre el 1 de enero de 2023 y el 1 de mayo de 2024. La idea es que en 2025 se puedan presentar trabajos publicados del 2 de mayo de 2024 al 1 de mayo de 2025.

Otra novedad es que desaparece la categoría de texto inédito. Pero a cambio, ya que este año el Aquarium Finisterrae cumple 25 años, hemos añadido una categoría para proyectos de sensibilización y divulgación sobre los océanos.

Así que, por el orden en el que aparecen en las bases, estas con las categorías de este año:

  • Vídeo.
  • Nuevos medios.
  • Proyectos de sensibilización y divulgación sobre los océanos.
  • Artículo periodístico.
  • Radio.
  • Proyecto singular
  • Libro editado.
  • Prisma Especial del Jurado.

Todas ellas recibirán el preciado prisma de bronce como premio; y todas menos las dos últimas tienen una dotación económica de 4.000 €. Las bases y fichas de participación están disponibles en el enlace de arriba.

El plazo de presentación de candidaturas para todas las categorías termina el 3 de junio a las 12:00, hora peninsular española (UTC +2). Que no se te pase.

¡Y suerte!

Compartir en Flipboard Publicar / Tuitear
PUBLICIDAD


Por @Wicho — 22 de Abril de 2024


Pablo tras recibir su parche de Alexander Gerst, el mentor de su grupo; sus alas de astronauta de Daniel Neuenschwander, el director de Exploración humana y robótica de la ESA; y con su diploma esperándolo en manos de Josef Aschbacher, el Director ejecutivo de la ESA – ESA TV

Poco más de un año después de haber empezado su entrenamiento la promoción de astronautas de la Agencia Espacial Europea (ESA) de 2022, seleccionada de entre las aproximadamente 22.500 personas que se postularon, acaba de graduarse. Así que ya son oficialmente astronautas de carrera de la ESA. Forma parte de ella Pablo Álvarez, el primer nuevo astronauta español en mucho tiempo. Así que como no todos los días se gradúa un astronauta español nos hemos ido al Centro Europeo de Astronautas (EAC) en Colonia para hacerle una entrevista.

Pregunta – ¿Cuál ha sido la parte más difícil del entrenamiento?

Respuesta – Creo que la parte más difícil es la variedad de disciplinas que tienes que abarcar. Desde la parte teórica, en la que hemos tenido biología, comportamiento y rendimiento humano, ingeniería aeroespacial con todos los sistemas espaciales que te puedas imaginar, hemos tenido partes de mecánica orbital, de astronomía, de cosmología, sistemas de la Estación Espacial, materiales, estructuras…

P – Y ruso.

R – Hemos tenido ruso. Hemos tenido que aprender ruso. Fueron casi dos mes de intensivo en ruso para poder aprender el mínimo. Mientras sigan las cosas igual con Rusia en principio ningún astronauta europeo volará en la Soyuz pero en la Estación Espacial Internacional sí que tienes que convivir con cosmonautas.

P – ¿Y la parte más sorprendente?

R – Pues quizás la parte más sorprendente fue el vuelo parabólico y la primera sensación de microgravedad. Lo hicimos hace una semana y está muy, muy reciente. La primera parábola, cuando te despegas del suelo y de repente estás flotando y los brazos no reaccionan igual y las piernas… Es como que nada pesa. Es increíble. Tienes que aprender a moverte otra vez, es como volver a aprender a caminar de alguna forma también.

P – Ya empieza a quedar lejos, pero, ¿cual dirías que fue la parte mas difícil del proceso de selección?

R – Quizás la primera y la segunda rondas. Siendo muy distintas fueron muchos exámenes.

La primera era más a nivel técnico y de cómo funcionaba tu cabeza, pruebas psicométricas. Fueron casi once horas de pruebas. Y la segunda eran más a nivel psicológico pero también estuvimos aquí diez horas con muchas pruebas distintas, con muchas entrevistas, psicólogos, psiquiatras, tests que tenías que rellenar.

Quizás esa es la parte más dura del proceso de selección: todo seguido para asegurarse de que rendías igual de bien al principio que al final, que eres capaz de mantener esa concentración durante muchas horas bajo presión y situaciones inesperadas continuamente.

P – Si no estoy equivocado cuando decidiste estudiar ingeniería aeroespacial no tenías pensado ser astronauta. ¿Cuándo y por qué tomaste la decisión?

R – Yo había soñado con ser astronauta de pequeño, pero como cualquier otro niño, ¿no? No había dicho en ningún momento «yo voy a ser astronauta.» Claro, ¿qué niño no dice yo también quiero cuando le dicen que puede salir del planeta o que ha habido gente en la Luna? Hubo una época de pequeño que estaba apasionado por el espacio y que me encantaba. Pero a medida que creces ves que hay muy poca gente que ha salido.

Luego, cuando yo tenía diez años voló Pedro Duque por primera vez y la segunda vez cuando yo tenía catorce. Recuerdo verlo y pensar «si este es el primer español que lo consigue, ¿cómo de difícil es esto?» No lo ves como una opción realista, igual que tampoco voy a ser futbolista. Pues voy a ser ingeniero que está muy bien. Y como me encanta todo lo que vuele, ingeniero aeronáutico. Pero nunca pensé que podría llegar a convertirme en astronauta.

Si recuerdo mirar en 2013 o 2014 alguna vez qué hacía falta para ser astronauta. Pero claro, vi que habían seleccionado gente en el 98 y en 2009 y no había tampoco nada planeado; no es algo que pase todos los años.

Luego lo vi en 2021 cuando sacó la convocatoria la Agencia Espacial Europea, me apunté, sobreviví a los 18 meses de selección, y ahora ya llevo un año de entrenamiento, me acaban de dar las alas, que de momento son las alas de plata, aunque cuando vuele ya serán un poquito más doradas.

Pero bueno, ya estoy dentro del cuerpo de astronautas, así que un pasito más cerca.

P – ¿Cómo de complicado es lo de «negociar» con la familia lo de ser astronauta, pues a fin de cuentas no deja de ser una «profesión de riesgo»? ¿Te ha causado problemas?

R – No ha sido fácil, aunque sí que me han apoyado siempre.

Pero ha ido cambiando la percepción que ellos tenían. Por ejemplo mi madre al principio estaba muy asustada cuando me apunté y poco a poco ha ido apoyándome más. Pero mi padre fue al revés. Al principio era «ah, sí, apúntate.» Yo creo que no tenía muchas esperanzas y según iba pasando se iba asustando más.

Y ahora están muy orgullosos. Creo que el orgullo un poco compensa ese miedo. Pero bueno, ese miedo va a estar ahí cuando me suba a un cohete así que intento explicarles todo lo que puedo todo lo que va a venir y que sean también conscientes de que hoy en día es mucho más seguro que en los 70. Sigue siendo peligroso y tienen que saber los riesgos que tiene.

Pero es cierto que veces tengo la sensación de que la decisión que he tomado puede ser un poco egoísta. Porque voy a ser el que está disfrutando de eso, el que va a subir al espacio, es un riesgo mío… Pero si las cosas van mal los que van a sufrir son ellos.

Lo he hablado mucho con ellos, de todas formas.

P – Recuerdo haber leído –y se ha repetido hoy– que esperas ser asignado a una misión de seis meses a la Estación Espacial Internacional. ¿Sigue siendo así?

R – Sí, el primer objetivo es una misión de seis meses a la Estación Espacial Internacional. Es mucho tiempo a bordo y con muchas cosas que hacer. Tienes que estar muy preparado para incluso hacer algún paseo espacial; hace falta un entrenamiento específico para ella.

¿Alguna idea de para cuándo?

R – Antes de 2030 vamos a volar los cinco europeos que nos hemos graduado hoy. Pero no sabemos todavía el orden. La primera oportunidad será a partir de 2026.

P – ¿Qué opinas del acuerdo con Axiom y similares que permite que exista una vía rápida para acceder a la EEI, aunque sea a cambio de que sean misiones cortas?

R – Son misiones con otro objetivo. Son dos semanas y son misiones que se centran exclusivamente, en el caso de las misiones privadas que se hacen a través de la ESA, en experimentos científicos. Da tiempo a formar un astronauta en el uso de Columbus, el laboratorio europeo, pero no en toda la parte de actividades extravehiculares y mantenimiento. Es como una formación reducida. Lo que no quita para que no sean misiones en las que se puede aprovechar bien el tiempo y hacer mucha ciencia, lo que las hace muy interesantes. Son una nueva opción que la ESA está explorando y seguro que va a haber más astronautas europeos que vuelen así.

Sirven para aprovechar al máximo los recursos que da la Estación, aprovechando huecos entre cambios de tripulaciones o momentos en los que no hay que atender una nave de carga; aprovechas un hueco y una oportunidad.

Sirven también para potenciar la parte comercial en la que la NASA está también muy interesada, y también de cara a la creación de estaciones espaciales privadas. Axiom ya está muy avanzada en la fabricación de los módulos de la suya, que al principio serán acoplados a la EEI.

P – Más allá de estar contento con la creación de la Agencia Espacial Española, como imagino que estás, ¿qué ventajas crees que va a traernos su existencia?

R – Creo que lo más importante, al menos desde el punto de vista de la ESA, es tener una única voz y un organismo que pueda organizar todas las actividades espaciales que se hacen, algo que anteriormente estaba muy repartido entre distintos ministerios.

Es muy importante de cara a tener una estrategia común y saber hacia dónde queremos ir como país. Y aprovechar esa sensación tan buena que me causa ahora mismo el sector espacial en España: el Miura 5 –casi se me caían las lágrimas viendo como subía el primer Miura 1–; estamos haciendo el LSTM (Land Surface Temperature Monitoring, un satélite del programa Copérnico) que es el primero [del programa] que se está liderando desde España; la misión ARRAKIHS

Hay un montón de start-ups, tenemos también empresas grandes, y tenemos un rango enorme de posibilidades que por fin ya tienen con quien hablar y quién los apoya.

Se va a desarrollar también una ley del espacio española.

Creo que se están haciendo las cosas muy bien, aunque por supuesto esto tiene que venir apoyado de inversión y apoyo político a largo plazo, que es quizás la parte en la que en España vamos un poquito más atrás que el resto. Aunque creo que también veo ese interés en la clase política de invertir en ciencia aunque sea una inversión a largo plazo en la que tardas en ver los resultados.

Es invertir en nuestro futuro: cómo vamos a estar el día de mañana, qué empresas vamos a tener en España, qué trabajos de valor añadido, y cómo nos vamos a posicionar en esta economía del espacio que cada día está creciendo más.

P – Imagino que para quien lee Microsiervos no hace falta explicarlo mucho pero, ¿por qué crees que es necesario que sigamos enviando personas al espacio?

R – La exploración está en nuestros genes y la respuesta sencilla es porque podemos y porque vamos a hacerlo y siempre vamos a ir un paso más allá.

Pero lo que estamos aprendiendo es mucho, también sobre nuestro propio cuerpo: cómo reacciona a la microgravedad, cómo nos recuperamos a la vuelta, cómo podemos desarrollar fármacos en microgravedad que es imposible desarrollar aquí en la Tierra, o distintos materiales… Todo eso al final va a revertir en nuestra calidad de vida aquí en la Tierra.

Aunque aparte de eso, ha habido cientos de misiones a la Luna. Tripuladas sólo seis. Y son las únicas que recuerda el gran público. Y si me apuras sólo el Apolo XI. Hay algo de conexión emocional cuando va alguien que no está cuando envías un robot; el factor humano es fundamental para mantener el interés.

Y luego está el que por mucho que haya avanzado la inteligencia artificial aún no hay nada que nos supere a la hora de reaccionar frente a imprevistos. Esa capacidad de adaptación, esa capacidad de tomar decisiones en el momento, esa capacidad de improvisación, de poder solucionar cualquier problema es única todavía al ser humano y puedes hacer mucho más en una misión humana debido a esa capacidad de adaptación que una misión robótica no tiene.

Seguir leyendo: «Una entrevista con Pablo Álvarez, el nuevo astronauta español de la ESA, en el día de su graduación»

Compartir en Flipboard Publicar / Tuitear
PUBLICIDAD


22 de Abril de 2024

Instalaciones de la UDIT

La Universidad de Diseño, Innovación y Tecnología (UDIT) ha inaugurado el Campus Internacional de Tecnología y Ciencias Aplicadas, un edificio de más de 7.000 m2 ubicado en la calle Alcalá, una de las arterias principales de Madrid.

Tras más de 20 años liderando la vanguardia educativa, UDIT vuelve a revolucionar el sector con el Proto Space, un laboratorio de tecnología, ciencia, innovación y materiales de más de 1.000 m² que se situará en la cuarta planta del nuevo edificio
de la calle Alcalá.

En este gran laboratorio de creación e innovación los alumnos dispondrán de tecnologías y equipos de última generación como brazos robóticos, cortadoras de control numérico (CNC), impresoras 3D, mesas y hornos de soldadura para desarrollar microelectrónica, weareables y robótica para la Industria 5.0, tecnologías para desarrollar vehículos autónomos, entre otras.

UDIT Proto Space se convertirá en un espacio pionero y sede de empresas, clústeres tecnológicos y centros de ciencia y tecnología de toda España donde estudiantes y empresas convivirán en este espacio creando una atmósfera de innovación y colaboración única.

Alumnado de la UDITEl nuevo campus de Tecnología y Ciencias Aplicadas será la sede, además del Proto Space, de tres nuevos grados de tecnología: el Grado en Ciencia de Datos e Inteligencia Artificial, con un plan de estudios que profundiza en la parte técnica de programación y algoritmos de la IA; el Grado en Desarrollo Full-Stack, único grado que combina simultáneamente la programación front-end y back-end; y el Grado en Matemáticas Aplicadas a la Ingeniería de Software, primer grado en Matemáticas 100% aplicadas a la programación.

Estas formaciones nacen para romper el paradigma actual de universidad y satisfacer las necesidades actuales de las empresas. A través de un plan de estudios actualizado y diseñado en colaboración con profesionales del sector, empresarios y ceos y una metodología learning by doing los alumnos se convertirán en profesionales capaces de dar respuesta a los retos y necesidades actuales de nuestra sociedad.

Este campus, de más de 7.000 m², acogerá otras titulaciones pertenecientes del área de Tecnología y Ciencias Aplicadas, como son el Grado en Diseño de Producto, y los Másteres de UX, Diseño de Producto e Inteligencia Artificial de la Universidad.

Compartir en Flipboard Publicar / Tuitear
PUBLICIDAD