Por @Wicho — 19 de Abril de 2024

Hoy se cumplen tres años desde que el helicóptero Ingenuity hiciera su primer vuelo en Marte. Tenía que haber hecho cinco en treinta días pero al final hizo 72 en casi tres años. Este vídeo permite verlos en su conjunto.

Ingenuity no era más que una demostración de que teníamos la tecnología para hacer volar una nave más pesada que el aire en otro planeta. Pero fue mucho más que eso, ya que terminó actuando como explorador avanzado para el rover Perseverance, sirvió como inspiración para dos helicópteros parecidos que iban a ayudar con la recogida de las muestras que está tomando Percy, y su memoria estará con Dragonfly cuando vuele por los cielos de Titán.

Puede que Ingenuity no vaya a volar más, pero eso no quiere decir que no vaya a seguir trabajando. Si todo va bien, puede que aún le queden unos veinte años más de servicio en Marte recogiendo datos para el futuro.

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Por @Wicho — 19 de Abril de 2024


ADSL apagada – Foto de Stephen Phillips - Hostreviews.co.uk en Unsplash

Bueno, lo celebra de alguna que otra forma más. Pero es cierto que a partir de hoy, día en el que Telefónica cumple cien años, los usuarios domésticos de ADSL de Telefónica que no hayan migrado a otro tipo de conexión se quedarán sin servicio. Quienes tengan el servicio contratado con otra operadora tienen hasta el 29 de mayo para darse el piro.

El ADSL ha ido siendo sustituido por fibra óptica, que consume menos y ofrece mucho más ancho de banda, en un proceso que ha durado más de ocho años.

Según datos del tercer trimestre de 2023 unas 286.000 de ellas eran clientes de Telefónica –y hoy deben estar preguntándose qué pasa con su conexión a Internet–, unas 241.000 de Orange, y a Vodafone aún les quedaban unas 14.000. Aunque a estas alturas las cifras son algo menores porque la operadora lleva tiempo intentando ponerse en contacto con ellas por carta, en la factura, por SMS, e incluso por Burofax. Pero a pesar de los esfuerzos de Telefónica por ponerse en contacto con ellas aún quedan unas 400.000 personas que siguen abonadas al ADSL.

Si eres alguna de esas personas que se ha quedado sin ADSL y la fibra no llega a dónde tu vives, aquí tienes algunas alternativas.

Telefónica empezó a ofrecer el servicio en la década de los 90 del siglo pasado y fue la primera conexión de banda ancha realmente disponible para el público en general. Antes podías ponerte RDSI en casa, pero necesitabas equipos especiales para conectarte a ella; con el ADSL bastaba un cable ethernet y/o una conexión WiFi.

Fue, después de InfoVía, uno de los factores que contribuyeron a la popularización y práctica universalización del acceso a Internet en España.

Hasta luego, y gracias por todos los bits.

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Por @Wicho — 18 de Abril de 2024

Los TW-EF3A en los cuatro colores en los que están disponibles: negro, verde, gris claro y rosa
Foto de familia de los TW-EF3A en los cuatro colores en los que están disponibles: negro, verde, gris claro y rosa – Yamaha

Desde siempre he usado auriculares intraaurales sin mayor problema. Pero de un tiempo a esta parte me molestan cada vez más. Así que cuando leí la nota de prensa acerca de los auriculares intraaurales abiertos Yamaha TW-EF3A [página de producto en inglés; por alguna extraña razón no la hay en español] pregunté si me podían enviar unos para probar y así lo hicieron amablemente. Llevo usándolos varias semanas y estoy muy positivamente asombrado con la calidad de su sonido.

Que los TW-EF3A sean unos auriculares intraaurales abiertos quiere decir que se apoyan en la parte inferior interna de tus orejas pero sin meterse en el canal auditivo. Esto quiere decir también que ni de lejos te aíslan del exterior como unos intraaurales ni como unos supraaurales; los ruidos que te rodean siempre se van a colar en mayor o menor medida. Los más tenues ni los oirás, pero los más fuertes seguro que sí.

Esto tiene sus ventajas y sus inconvenientes. La ventaja principal –aparte de la comodidad de no llevar nada metido en el oído– es que estarás al tanto de tu entorno, lo que está muy bien si los llevas puestos por la calle. El principal inconveniente es, a la vez, que siempre estarás al tanto de tu entorno. Y que la música no suena al mismo nivel que con unos intraaurales o con unos supraaurales.

Otro inconveniente es que se te pueden caer mientras caminas tranquilamente por la calle. Me pasó una vez con el izquierdo y otra con el derecho. Así que aunque cumplen con los estándares IPX4 de resistencia al sudor y la humedad desde luego no los recomiendo para hacer ejercicio. Al menos nada que cause más movimiento que una bicicleta estática.

Ilustración en la que se ven las tripas de uno de los auriculares como si el exterior fuera transparenteAún así he de decir que los TW-EF3A serán pequeñitos, pues los transductores (altavoces) que montan son de tan sólo 13 mm, pero suenan impresionantemente altos y bien para su tamaño. Debe ser cosa de su construcción en titanio, lo que por lo visto favorece la reproducción de los tonos bajos.

Y de las tecnologías True Sound, que según el fabricante ofrece un buen sonido cargado de realismo, detalle y claridad y Listening Care, que «permite disfrutar plenamente de la música incluso a niveles bajos de volumen» ya que por lo visto «compensa las frecuencias altas y bajas que son difíciles de oír a niveles bajos de volumen y mantiene la gama sonora original de la música incluso a niveles bajos de volumen.»

Sí, ya sé que ningún fabricante va a hablar mal de sus productos nunca. Pero en este caso compro todo eso que dicen: como dije al principio los TW-EF3A suenan espectacularmente bien para lo que son. O al menos para las expectativas que yo tenía. Por supuesto no crean el escenario sonoro de unos intraaurales o de unos supraaurales. Pero al menos lo intentan. Y la separación de canales es muy buena con sonidos muy claramente a la izquierda o a la derecha según toque.

Sí es cierto que al principio me dio la impresión de que los agudos eran demasiado restallantes y sibilantes. Pero es una sensación que desapareció muy pronto. No sé si porque al principio tenía los oídos un poco tontos o porque los auriculares necesitaban algo de rodaje.

Su respuesta de frecuencia, por si quieres el dato, va de los 40 a los 19.000 hercios, lo que es un poco menos que el rango auditivo de una persona. Al menos que del rango auditivo teórico. No quiero mirar el mío a estas alturas de mi vida.

Batería y conectividad

Los TW-EF3A en verde junto con su estuche de cargaCada auricular pesa 5,9 gramos y el estuche de carga añade 33 gramos más, así que el conjunto suma 45 gramos.

Completamente cargados los TW-EF3A tienen una autonomía de 10 horas. Los auriculares se cargan siempre en el estuche, no tienen ningún conector para ello. El tiempo de carga completa es de dos horas, mientras que diez minutos de carga les dan para una hora de reproducción.

A esas diez horas hay que añadir 16 horas más disponibles en el estuche cuando está completamente cargado. El estuche se carga vía USB-C y también necesita dos horas para ello. La caja incluye un cable USB-A a USB-C de 30 cm. Pero ningún adaptador de corriente. Tendrás que utilizar uno que ya tengas o conectarlo a un ordenador u otro dispositivo con un puerto USB libre. Puedes cargar los auriculares a la vez que el estuche.

Una cosa que no me gustó es que no hay manera de saber cuánta carga le queda al estuche sin poner los auriculares en él. El LED que tiene en su frontal y que indica la carga que le queda (20 % o más, menos del 20 %, o nada) sólo se enciende cuando los metes; no sirve con abrir la tapa.

Se conectan al mundo vía Bluetooth 5.3 multipunto con los perfiles A2DP, AVRCP, HFP y HSP y soportan los codecs SBC y AAC.

Lo de multipunto quiere decir que puedes tenerlos emparejados y conectados a la vez con dos dispositivos como por ejemplo el ordenador y el móvil.

Lo de lo perfiles quiere decir que los puedes conectar prácticamente a cualquier dispositivo del mercado y que pueden controlarlo con los botones físicos –nada de cosas táctiles aquí– que incorporan. Eché en falta, por cierto, que tuvieran un sensor que detecte cuando te los quitas y que pare la música automáticamente. También quiere decir que pueden funcionar como manos libres para el teléfono móvil.

Lo de los codecs, ambos con pérdida, quiere decir que por mucha calidad que tengan tus archivos o fuentes de sonido, los TW-EF3A nunca la van a aprovechar a tope. Pero tampoco es su objetivo. Para escuchar Spotify o similares son más que buenos.

También son muy buenos, por cierto, como manos libres. Los he usado todo este tiempo para contestar llamadas a mi móvil y nadie se ha enterado –o al menos nadie ha dicho nada– de que estaba usando unos auriculares. Que ya sabes que a veces la calidad de los micros de los auriculares deja que desear

Para esto los TW-EF3A incluyen una función llamada Clear Voice destinada a mejorar las bandas de frecuencias de la voz. Aunque lo malo es que no se activa automáticamente. Por lo que en el 90 % o más de las llamadas que contesté no la utilicé porque olvidé darle al botón. Así que sí, la voz suena algo mejor con ella. Pero sin ella también suena muy bien. También la puedes utilizar cuando escuches música, a modo de ecualizador que potencia la voz.

También tienen un modo juego que hace que el audio y el vídeo suenen más sincronizados, lo que se supone que es útil al ver vídeos o jugar. Pero o bien no uso juegos muy exigentes –que probablemente– o no hay gran diferencia.

En fin, que estoy encantado con ellos. De hecho aunque tengo unos auriculares intraaurales de gama bastante más alta que objetivamente suenan mucho mejor, los he abandonado en favor de los TW-EF3A, que por 50 euros me parecen un chollo y absolutamente recomendables.

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Por @Alvy — 18 de Abril de 2024

Es más fácil escribir un programa incorrecto que comprender uno correcto.

Los epigramas son «frases breves e ingeniosas, frecuentemente satíricas», algo así como «ocurrencias» o «frases agudas». Y hete aquí que a alguien se le ocurrió hace tiempo escribir (o recopilar) 120 epigramas sobre informática y programación.

Cuidado con el abismo de Turing, en el que todo es posible pero nada de lo fácil es interesante.

Con solo leerlos se ve que tienen cierta viejunez: hablan mucho de Fortran, Lisp y otros lenguajes que eran más populares hace décadas, además de menciones a mini y microordenadores y cosas así. Según parece provienen de Epigrams in Programming, de Alan J. Perlis, de la universidad de Yale, en un artículo publicado en el SIGPLAN de la ACM en 1982.

Todo programa tiene (al menos) dos propósitos: aquel para el que fue escrito y otro para el que no.

Es entretenido revisarlos, en parte por ser una especie de documento de otra época, en parte porque son realmente satíricos y graciosos –si les coges el punto informático, claro– y en parte porque pueden servir como inspiración. O para hacer tazas, camisetas o pósteres, que siempre hay una frase de estas para cada ocasión.

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