Por @Alvy — 11 de Diciembre de 2009

Amanda Palmer / Foto: Lindsey BarnesModelos de negocio: Cómo ganar dinero en un mundo perfectamente copiable (y su segunda parte) es probablemente uno de los mejores artículos de este año sobre el tema, por no decir de la década –a la altura diría del mítico Por favor, ¡pirateen mis canciones! de Nacho Escolar, que data de 2001– donde se explican las formas alternativas de hacer negocio fuera de los circuitos tradicionales en el mundo editorial, de la música y la industria audiovisual. Su autor es el hiperactivo Javier «Candyman» Candeira.

Copias digitales + cariño = ventas físicas + ingresos paralelos.

El artículo cubre un gran número de ejemplos con datos detallados y cifras. Muchos de los cuales distan de ser casos simplemente simbólicos: son negocios tan válidos y auténticos para los autores/creadores como cualquier otro:

Algunos autores incluso han dejado de vender discos, porque prefieren vender camisetas, que son más baratas de producir, se venden a mayor precio y dejan más margen (…) Que un músico viva de vender camisetas es tan aceptable (o tan dañino) como que un futbolista viva de anunciar zapatillas.

Aunque los ejemplos se centran en el mundo anglosajón, en España también se pueden encontrar muchas iniciativas similares, tanto en el mundo de la música como en otros. Una de mis iniciativas favoritas y que también se menciona es El Cosmonauta, un proyecto cinematográfico en el que se está consiguiendo financiación e inversores para un largometraje gracias a donaciones y aportaciones de pequeños productores, poco a poco y gracias a la pasión y buen trabajo de todos implicados. Estoy seguro de que sus promotores estarían de acuerdo con esa ilusión por el futuro de la creación que se menciona en el artículo y que muchos compartimos:

El futuro es tan brillante que tendremos que llevar gafas de sol.

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