Por @Alvy — 12 de Abril de 2024

La nostálgica camiseta de Wired con el logotipo de Apple sufriendo un camino de penitencia

Hacía mucho que no recomendábamos por aquí una camiseta interesante, y justamente me he cruzado con la Camiseta de la portada del Wired de junio de 1997, aquella maravilla de fondo blanco que mostraba el logo de Apple con una corona de espinas y una sola palabra: Pray («reza»). La venden en Nostalgia-ultra.com. [Nota: ojo con la tienda que a mi aunque me parece legal no me ha terminado de funcionar bien.]

El artículo principal hablaba de lo mal que estaba Apple en aquella época, a punto de ser expulsada del mercado y acabar fatal. El CEO de la compañía era por entonces Gil Amelio (si no te suena, no te extrañe; el hombre hizo lo que pudo). Lo reemplazaría Steve Jobs justo un mes después, en julio de 1997. Apple era por aquel entonces una compañía principalmente de hardware aunque coqueteaba con todo y se había metido en proyectos bizarros como el Newton, tal vez un poco a destiempo.

El artículo de Wired enumeraba 101 sugerencias del equipo de redacción para salvar a Apple. Vistas a toro pasado, ni siquiera muchas de aquellas ideas tenían sentido. Incluían traer de vuelta a John Sculley como CEO (en vez de a Steve Jobs), convertirse en una entidad sin ánimo de lucro (!) o mejorar la velocidad de los procesadores.

Quien salvaría a Apple sería entonces un caballero blanco inesperado: Bill Gates, que puso 150 millones de dólares de Microsoft para evitar la bancarrota de Apple a cambio de algunas licencias y patentes y de incluir Internet Explorer como navegador por defecto en el Mac OS de la época. Este movimiento tenía mucho que ver con que no acusaran a Microsoft de monopolio, la apariencia más sana de varias plataformas para desarrollar y a que Microsoft también se sacaba un dinerillo vendiendo sus aplicaciones para Macintosh.

Desde luego fue una época sumamente delicada para Apple y aquel un momento mítico (yo tuve la suerte de ver la famosa presentación de Steve Jobs dando la bienvenida a Bill Gates en la Macworld Expo de Boston de 1998 en persona, con los ¡buuuuuu! incluidos). La por entonces ya muy popular Wired se marcó un punto anticipando el declive tecnológico y los movimientos en la compañía ya en mayo* y todo el mundo pudo ponerse las pilas. Nostálgicamente recordable, como bien deja ver la camiseta.

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* Al revés que en España, en Estados Unidos las revistas se retiran del quiosco cuando el mes en curso es el que marca la portada. Por eso los ejemplares de «junio», por ejemplo, llegan a los quioscos a principios de mayo y pasan todo el mes allí hasta que el 1 de junio se retiran cuando llega la revista marcada como «julio».

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Por @Alvy — 5 de Abril de 2024

Bitcóin / RAE

Parece que estamos ante otro caso de esos en los que la Real Academia Española se ha lucido. Desoyendo los usos y pronunciación comunes del término bitcoin ha decidido nombrarlo #PalabraDelDía como bitcóin, así, como suena, con su tilde de pronunciación aguda.

Me recuerda un poco a cuando acuñaron cederrón o jáquer, términos que nadie usa y jamás de los jamases los verás escrito, excepto en algún sitio sumamente pedante. Porque vale que otros extranjerismos acaban adoptándose, pero raro es que cambien tanto. De hecho siguen chirriando durante años o décadas.

Un aplauso por cierto para quien se haya inventado que Bitcoin® es una “marca registrada”. A saber de dónde ha salido eso; seguramente de algún desquiciada interpretación de registros no menos aberrantes.

Nosotros seguiremos usando «bitcoin» para referirnos a la criptodivisa y Bitcoin (con mayúsculas) cuando hagamos referencia al concepto y el protocolo, como hemos intentado hacer desde término en general. Y bitcoins para el plural, que nos parece más apropiado.

Bonus: para lo del plural bitcoines, que ya es para nota. Entre los conocidos usamos ese término para referirnos a varias unidades de bitcoin en plan gracioso, como decir «influénceres» (¡ups! ahora igual la acuñan!)

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Por @Alvy — 4 de Abril de 2024

El Mapamundi de Fra Mauro en versión interactiva: una obra cartográfica adelantada a su tiempo

Este Mapamundi de Fra Mauro interactivo es tan fascinante como poco conocido. El planisferio circular original, dibujado sobre pergamino, es una gigantesca obra de más de dos metros y medio de diámetro que está expuesta en Venecia.

Este mapa data de 1459, cuando todavía Colón no había descubierto América ni se había demostrado la redondez de la Tierra, pero incluye sorprendentes detalles de tierras lejanas como las islas de Japón. En la versión del Museo Galileo se puede usar el zoom, rotarlo y leer mucho más acerca de su origen y sus detalles.

En esta breve pieza de BBC Global se explican algunos detalles más, tanto sobre Fra Mauro (que no salío de Venecia en su vida, pero donde se comerciaba mucho con mapas) como por lo increíble que supone el compendio de conocimientos volcados en una sola imagen. Para empezar, se ve mejor girándola hasta localizar España e Italia en su configuración tradicional, que no era tan tradicional entonces puesto que los mapas del mundo árabes estaban «al revés», aunque como sabemos eso es siempre relativo.

La obra recopila datos de diversas fuentes y de exploradores del medievo, incluyendo los escritos de Marco Polo (1254-1324). Las imágenes y descripciones sin duda habrían fascinado a Cristóbal Colón y otros descubridores de la época: el mapa está basado en la idea de una Tierra esférica («de unas 24.000 millas de circunferencia, aunque no ha sido probado»), con continentes rodeados de agua, no muy distinta de la realidad excepto por la ausencia de las Américas. La deformación por la falta de una cartografía más precisa es notable, especialmente en las tierras más lejanas e islas.

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Por @Alvy — 1 de Abril de 2024

Back of Your Hand

Si te gustan los mapas, conocer el callejero y moverte por las ciudades te encantará Back of Your Hand («La palma de tu mano»). Consiste en una serie de pruebas al estilo GeoGuessr pero con el lugar en que vives. Se te muestran varios nombres de calles, normalmente cinco,y tienes que ubicarlas en el mapa. O quedarte lo más cerca posible al menos.

La cosa no es tan fácil como parece, porque aunque las calles más cercanas o grandes te resulten fácilmente reconocibles, las más apartadas, recónditas y escondidas no siempre tienen nombres fáciles de recordar, como podrás experimentar en primera persona. El juego permite elegir varios niveles de dificultad: turista, residente y taxista, que van de menos a más. También puedes ampliar el radio del barrio o zona en la que quieras jugar y el número de preguntas por ronda. Ni que decir tiene que puedes elegir cualquier ciudad del mundo; al fin y al cabo, todo está ya mapeado.

La puntuación varía en función de lo mucho o poco que te acerques a la calle correcta (nota: vale cualquier punto de la calle) y se expresa en un porcentaje. Luego se combinan esos porcentajes para obtener un total. A mi me ha pasado, tristemente, sacar varios ceros por intentar el «modo taxista» y he tenido que reducir un poco el radio y la dificultad para poder puntuar. Dicho esto, buena suerte si juegas solo o con amigos, que también hay un modo para grupos.

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