Por @Alvy — 27 de Marzo de 2024

La dominancia de las criptodivisas en una imagen: Bitcoin (BTC), Ethereum (ETH) y decenas más

Esta interesante gráfica de Coin360.com muestra cómo se reparte el mercado global de las criptodivisas en función de su capitalización.

El dato está indicado como «dominancia» y un porcentaje: el Bitcoin (abreviado, BTC) tiene el 51% del mercado ahora mismo; le siguen Ethereum (ETH), Binance (BNB), Solana (SOL), Ripple (XRP) y otras (de las otras curiosamente no se indica el porcentaje de dominancia, hay que calcularlo). Aquí se entiende capitalización de mercado como el equivalente en dólares según la cotización del momento multiplicada por el circulante (número de criptos emitidas). Algunas criptos tienen un número limitado (Bitcoin, Solana) y otras no, como sucede con el dinero fiduciario (dólares, euros).

Es interesante que quienes se autodefinen como maximalistas de bitcoin creen que Bitcoin es la única criptomoneda que hay que tener en cuenta, así que toda la parte derecha del gráfico sobraría. Ese argumentario viene a decir que Bitcoin (y sus partes fraccionarias, los satoshis, milisatoshis, etcétera; es muy fraccionables) son la única criptomoneda viable; todas las demás serían inferiores por no decir completamente inútiles. Sólo Ethereum, y alguna otra, suele salvarse por algún motivo de practicidad de la quema de quienes conciben las criptodivisas de forma maximalista.

Top Assets by Market Cap

La capitalización de las criptodivisas se calcula de forma parecida a como se calcula la del oro, las empresas que cotizan en bolsa y otros activos. En el caso de Bitcoin circulan actualmente 1,3 billones de dólares. Comparativamente todo el oro del mundo son entre 200.000 y 300.000 toneladas, que a un precio de unos 2.200 dólares la onza serían unos 14,8 billones de dólares (10 veces más).

Otro detalle que se ha conocido estos días es que MicroStrategy, la empresa que preside Michael Saylor (con amplia mayoría accionarial, un 70% del voto), posee el 1% de todos los Bitcoin emitidos, comprados a un precio promedio de unos 13.000 millones de dólares, según explicó. Esto es una auténtica muestra de barbaridad con poderío, equivalente a 15.000 millones de dólares, con capacidad de influir en el precio con sus compras y ventas como las de cualquier gran accionista.

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Por @Alvy — 27 de Marzo de 2024

Resulta asombroso cómo el ser humano hace de la necesidad virtud, en este caso en las terribles condiciones de una guerra convencional. Con el paso de los meses, el conflicto surgido a raíz de la invasión rusa de Ucrania ha llevado a un tremendo desgaste en armamento y munición para ambos bandos. Equipamiento nada barato y escaso a todas luces. En esta pieza de opinión del Wall Street Journal se recogen algunas declaraciones del General James Hecker de la OTAN explicando algunas de las ingeniosas soluciones que han observado en ambos bandos sobre el campo de batalla.

Drones FPV de ataque

Hecker dice que según explicó el ministro ucraniano de Transformación Digital, los famosos drones FPV de los que hemos visto tantos vídeos son capaces de causar más bajas en los tanques y fuerzas enemigas que la propia artillería. Son pequeños, rápidos y maniobrables. Vuelan a unos 30 ó 40 metros de altura y eso los hace indetectables al radar. En sus exploraciones actúan básicamente como kamikazes haciendo estallar las cargas explosivas que transportan si los operadores ven un blanco adecuado.

Estos drones son a veces equipamiento de «sólo ida», sacrificable, aunque a veces son «ida y vuelta» si pueden soltar sus explosivos y retornar a la base, en modo manual o automático. Esto es porque los tanques y trincheras enemigas suelen estar equipados con contramedidas para inutilizar las señales radioeléctricas. Algunos drones son como kits de piezas montables para niños, sorprendentemente ligeros pero capaces.

La defensa de un país… con teléfonos móviles

Otra de las historias impresionantes que cuenta Hecker es cómo para detectar los drones rusos a los ucranianos se les ocurrió un sistema práctico y barato que funcionó extraordinariamente bien. Los drones, a pesar de que son casi indetectables por volar bajo y su velocidad, son muy ruidosos como sabe cualquiera que haya estado cerca de uno de ellos. Ese es uno de sus puntos débiles.

Así que, armados de paciencia y baja tecnología, los ucranianos instalaron 8.000 teléfonos móviles en lo alto de postes de 2 metros, repartidos por todo el país en lugares estratégicos. De este modo los operadores podían escuchar los ruidos de drones que se acercaban y calcular su posición, rumbo y velocidad. Esos «palos y móviles» son dispositivos fácilmente reemplazables que costaban 500 dólares. Toda esa información se convertía en un mapa fácil de consultar para los soldados a través de un iPad.

Las defensas AAA, equipadas con armamento antiaéreo (unas 200 unidades) podían entonces localizar y disparar a los drones con más facilidad. Cuenta que a lo largo de un día detectaron 84 de estas amenazas, pudieron hacer un seguimiento de las 84 y derribar 80. Todo con teléfonos móviles y gadgets de menos de 1.000 dólares, frente a uno de los conocidos misiles Patriot de defensa que cuesta entre 1 y 3 millones.

Drones vs. armamento convencional

A lo largo de su intervención da la impresión que el general Hecker aboga por ideas futuras que sean baratas y prácticas para situaciones como las de Ucrania. Cuenta cómo en los ataques en Yemen se derribaron drones de 7.000 dólares con misiles SM2 que cuestan 700.000 dólares, algo que acaba arruinando a (casi) cualquier bando en una guerra a medio-largo plazo.

Esto me recordó a cuando hace décadas se decía que en Estados Unidos la NSA con todo su poderío era capaz de interceptar y descifrar todas las redes de comunicaciones del mundo excepto la de Osama Bin Laden, porque el líder de Al Qaeda enviaba sus misivas con mensajeros montados en burro, que nadie podía interceptar. Soluciones no convencionales, de baja tecnología, pero sumamente ingeniosas para un mundo donde hay que resolver problemas demasiado complejos.

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Por @Wicho — 26 de Marzo de 2024

Portada de la novelaDestination: Void. Por Frank Herbert. WordFire Press (12 de junio de 2011). 272 páginas.

En un futuro no determinado pero aparentemente no demasiado lejano siete países de la Tierra colaboran en un proyecto para crear una inteligencia artificial. Pero tras una desastrosa experiencia en una isla cerca de la costa de los Estados Unidos han trasladado la base de operaciones del proyecto a la Luna.

Y, como no se fían, tampoco intentan crear esa IA en la Luna sino en una nave espacial interestelar con destino a Tau Ceti. Esa nave lleva a bordo miles de colonos y animales en estado de hibernación, así como todo lo necesario para colonizar el planeta, planeta que por otra parte no es habitable. La nave está controlada por un cerebro humano incorpóreo, conocido como Núcleo Mental Orgánico u OMC por sus siglas en inglés. Y a bordo van otros dos de reserva por si acaso.

Pero la nave está mal diseñada a propósito con la idea de que empiece a fallar a las pocas semanas de haber empezado su viaje. Y de hecho al principio de la novela los dos primeros OMC están en estado catatónico y el tercero ha asesinado a dos miembros de la tripulación de control que debe asegurarse de que todo funciona correctamente antes de entrar también en hibernación.

Así que a los que quedan vivos no les queda más remedio que asesinar al OMC enloquecido y sacar de hibernación a una compañera para que les ayude a mantener el control de la nave usando el ordenador de a bordo, que necesita supervisión humana por los múltiples fallos que se producen en la nave.

Claro que, sin ellos saberlo, todos los problemas con los que se enfrentan están planeados con el objetivo de que lleguen a la conclusión de que necesitan una IA que se pueda hacer con el control de la nave en los siglos que le llevará llegar a Tau Ceti.

La novela es una interesante reflexión acerca de lo que es la inteligencia, la consciencia, el libre albedrío, e incluso la libertad, pues tanto la tripulación de la nave como los colonos son clones. Clones considerados fungibles por la corporación que dirige el experimento, que es la séptima vez que lo repite; todos los anteriores intentos terminaron con la destrucción de la nave. Pero clones con pensamientos, sentimientos y, suponemos, voluntad propia. Si es que la voluntad propia existe, claro. Además, siendo una novela de Frank Herbert, la religión también juega un importante papel en las reflexiones de quienes la protagonizan.

Esta novela se puede leer suelta pero si te quedas con ganas de más tiene tres secuelas escritas junto con con Bill Ransom: El incidente Jesús (1979); El efecto Lázaro (1981); y El factor ascensión (1988). Tanto Destino: El vacío como las otras tres están descatalogadas en español. Por eso arriba enlazo la versión en inglés.

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Por @Wicho — 26 de Marzo de 2024


Impresión artística de Euclid en el espacio – ESA

Se confirman las primeras impresiones adelantadas hace unos días: la ESA ha conseguido restaurar la vista del telescopio espacial Euclid al evaporar el hielo depositado en sus ópticas.

El problema de que es prácticamente imposible eliminar por completo el aire de su interior antes de lanzar un satélite, una sonda o un telescopio espaciales. Por eso en el caso de instrumentos como Euclid, especialmente sensibles, se deja un periodo para que estos restos de aire se pierdan en el vacío del espacio antes de empezar a operar.

Pero en el caso de Euclid ese periodo no fue suficiente y se estaban depositando finísimas capas de hielo sobre sus ópticas procedentes del aire que sale de sus mantas de protección térmica. Esto, aunque no detuvo su trabajo, afectaba la capacidad del instrumento de luz visible, conocido como VIS, para hacer su trabajo, y terminaría por impedir su funcionamiento.

Así que tras estudiar cuidadosamente la estrategia a seguir desde el control de la misión empezaron por activar los calentadores de dos de los espejos del telescopio, justo aquellos en los que el equipo de la misión pensaba que estaba el problema. La temperatura de los espejos subió de los -147 °C a los -113 °C, una diferencia de temperatura suficiente como para que se evaporara el hielo. Y apenas una hora después de empezar el proceso la cantidad de luz captada por VIS empezó a subir hasta alcanzar sus niveles originales.


Gráfico con la cantidad de luz captada por VIS una vez comenzado el proceso de calentar los espejos – ESA

Esto es una magnífica noticia para la misión, pues en el futuro es posible que se sigan produciendo depósitos de hielo. Aunque ahora parece que el proceso para librarse de ellos está claro y funciona.

El objetivo de Euclid durante los seis años que se prevé que dure su misión es cartografiar la estructura del universo a gran escala y con ello ayudarnos a comprender la materia y energía oscuras. Para ello creará el mapa 3D más exacto y más grande del universo, que revelará cómo se ha expandido el universo y cómo ha evolucionado la estructura a gran escala durante su historia. A partir de esto podremos aprender más acerca del papel de la gravedad y la naturaleza de la energía y materia oscuras.

Para ello monta dos instrumentos: una cámara de longitud de onda visible (VIS), que como decía arriba es la que está teniendo problemas con el hielo, y un espectrómetro y fotómetro de infrarrojo cercano (NISP, por sus siglas en inglés). La NASA contribuye a la misión con los detectores del infrarrojo cercano de NISP. VIS medirá la forma de las galaxias que observe Euclid. NISP el brillo y la intensidad de su luz; al medir su corrimiento al rojo determinará la distancia a la que están. Les «da de comer» un telescopio de 1,2 metros de diámetro.

La misión está en Twitter como @ESA_Euclid.

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