Por @Alvy — 16 de Agosto de 2013

237 Poster Dc 02

Tan insulsa y bobalicona como prometedora era, Room 237 es una «especie de documental» sobre El resplandor, una de las grandes películas de Stanley Kubrick basada en un libro de Stephen King.

Digo bobalicona por no decir una soberana soplapollez dado que lo único en lo que consiste el asunto es en ver montajes de escenas de la película mientras gente de lo más diversa explica sus «teorías» sobre el significado de la película. Entre que la mitad ven relaciones con el holocausto y los nazi, la otra mitad rollos sexuales e incluso otro sostiene que El Resplandor es la confirmación de que Kubrick grabó el famoso aterrizaje falso del Apolo 11 en la Luna, la hora y media reúne a lo más granao del mundo de la masturbación mental, versión cinematográfica-friki.

Por poner un simple ejemplo relacionado con el título: una de las teorías sostiene que la misteriosa habitación 237 lleva ese número (que en el libro era 217) porque la distancia Tierra-Luna «como todo el mundo sabe por los libros son 237.000 millas» – y Kubrick quería dar a entender que él había rodado el falso alunizaje dejando caer el dato. ¡Oh vaya! Resulta que esa distancia son más bien 238.900 millas – y varía entre 221.600 y 252.500 millas más o menos, según la órbita. Pues todo así.

El documental tampoco es que tenga mucho trabajo propio excepto la selección de escenas, algunas flechas e indicaciones de dónde ocurren ciertas «cosas extrañas» y poco más. Al final hay hasta un resumen de una proyección que se hizo con la película en formato normal y simultáneamente «hacia atrás» (empezando por el final), con el predecible resultado psicodélico (ejem). En fin, si quieres ahorrarte hora y media de soplapolleces, aquí están resumidas.

Del mismo estilo pero mucho más entretenido es Film Psychology: «The Shining», Spatial Awareness and Set Design, que reseñamos hace tiempo: se puede ver en YouTube y simplemente examina las contradicciones visuales, de continuidad, diseño arquitectónico, etcétera que pueden resultar realmente apasionantes – dejando a cada cual el análisis sobre si es algo meticulosamente planificado por el detallista Kubrick o simples descuidos.

(¡Gracias a Thorgal y algún que otro lector que nos avisó de su existencia!)

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