Por @Wicho

Portada del informeEsta mañana había montado un pollo por una actualización de los términos de servicio de WeTransfer que decía

Por la presente, usted nos concede una licencia perpetua, mundial, no exclusiva, libre de regalías, transferible y sublicenciable para utilizar su Contenido con el fin de operar, desarrollar, comercializar y mejorar el Servicio o las nuevas tecnologías o servicios, incluso para mejorar el rendimiento de los modelos de aprendizaje automático que mejoran nuestro proceso de moderación de contenidos […] Dicha licencia incluye el derecho a reproducir, distribuir, modificar, preparar trabajos derivados, difundir, comunicar en público, mostrar públicamente y ejecutar el Contenido. Usted no tendrá derecho a compensación alguna por el uso que hagamos del Contenido en virtud de las presentes Condiciones.

Que IANAL pero básicamente parecía indicar que WeTransfer podía hacer básicamente lo que le diera la gana con los archivos que pasan por el servicio tanto para entrenar modelos de aprendizaje automático como para generar contenido a partir de ellos.

Lo que, dejando aparte los derechos de cada uno sobre nuestro contenido, es un problemón cuando estás trabajando con alguien bajo un acuerdo de confidencialidad.

Sólo que como suele pasar en estos casos la empresa dijo que en realidad no habíamos entendido nada pero por si acaso dio marcha atrás.

Así que si ahora vas a la página en la que aparecen dice

Por la presente, usted nos concede una licencia libre de regalías para utilizar su Contenido con el fin de operar, desarrollar y mejorar el Servicio, todo ello de conformidad con nuestra Política de privacidad y cookies.

Lo que es menos malo pero aún así tiene lo suyo porque la Política de privacidad y cookies también tiene lo suyo.

Pero de todos modos hay una solución muy fácil, que es la de enviar lo que sea que envíes en un archivo comprimido protegido por una contraseña, contraseña que le tienes que dar a la persona a la que vaya destinado el envío por otros medios por si acaso.

Aunque también queda la opción de usar otros servicios similares como los que ha recopilado Laurielle, a saber:

Claro que habría que leerse los términos de uso de esos servicios porque, ya se sabe, cuando algo es gratis en Internet es porque el pago eres tú. O tus datos, que viene a ser lo mismo.

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Por @Alvy

Kigen: un generador de paletas de colores con mucho estilo

Kigen es un generador de paletas de colores muy estiloso, en el que basta elegir el color dominante para obtener un degradado en todas las variantes deseadas. Normalmente son suficientes para ajustarse al ancho de la pantalla –toma ya medida arbitraria– pero con un simple clic puedes aumentar o reducir el número de variantes.

Además de eso permite elegir distintos tipos de algoritmos, como los de Tailwind, Tono, Saturación, Complementarios… y la cantidad de contraste deseada.

El resultado se puede descargar como SVG o como SVG/Figma, según venga mejor. También están a mano el CSS, Tailwind y Tailwind 4, Tokens XML y todo ello en variantes HEX, RGBA, HSL y OKLCH. Más opciones, es difícil.

Relacionado:

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Por @Alvy

Un juego que combina puzles 3-D, vóxeles y el aprendizaje de la programación

Replicube es un todo en uno que sirve para entretenerse y aprender algo de programación, si acaso no lo has probado nunca. Es un juego en el que el objetivo es replicar la imagen que se muestra, pero para hacerlo hay que picar código de modo que la nueva imagen se genere según las instrucciones.

Lo más fácil es seguir el tutorial («Introductory Puzzles») para aprender a base de ejemplos: allí se explica cómo funcionan los comandos para cambiar colores, los condicionales del tipo IF… THEN… ELSE… END y muchos otros.

El juego tiene además el tacto pixelado de los píxeles como puños (y en este caso también vóxeles como puños) y las ventanas con interfaz y tipografía propia de un equipo de 8 bits, aunque estés corriéndolo con el último Macbook Pro.

Además de esta versión gratuita con unos cuantos puzles hay una versión completa en Steam con más de 100 juegos distintos, así que por problemas de programación que no sea.

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Por @Wicho

Impresión artística de ambas naves acopladas en órbita – NASA/Robert McCall
Impresión artística de ambas naves acopladas en órbita – NASA/Robert McCall

Se suele considerar que el fin de la carrera espacial entre los Estados Unidos y la URSS lo marca la misión Apolo-Soyuz. Lanzada el 15 de julio de 1975, el día 17 a las 16:19:09 UTC alcanzaba su objetivo con el acoplamiento en órbita de un módulo de comando Apolo con la Soyuz 7K-TM. El módulo estadounidense llevaba un adaptador específicamente diseñado para la misión y que hacía compatibles ambas naves para un encuentro espacial, algo impensable no muchos años antes.

Aunque es cierto que tras años de dura competencia entre los Estados Unidos y la URSS la carrera había perdido ya casi todo su impulso tras el éxito de la misión Apolo 11, que en 1969 ponía por primera vez a un ser humano en la Luna.

En el Museo Nacional del Aire y el Espacio de los Estados Unidos hay una exposición dedicada al programa Apolo-Soyuz.

Apolo Soyuz en el NASM
Reproducción de ambas naves acopladas – Museo Nacional del Aire y el Espacio

Aquí se pueden ver unidades a tamaño real del programa de pruebas Apolo-Soyuz, el programa conjunto de los EEUU y la URSS para desarrollar y probar un mecanismo común de atraque para naves espaciales. En 1975 esta misión fue la primera vez que naves espaciales de dos países se encontraron en el espacio. A la izquierda están los módulos de comando y de servicio Apolo. Esta nave se usó como vehículo de pruebas durante el programa Apolo y fue restaurada para ser expuesta aquí. En el centro está el módulo de atraque que fue construido como reserva del utilizado durante la misión. A la derecha está la Soyuz verde, que incluye un módulo orbital esférico, un módulo de aterrizaje con forma de campana, y un módulo de servicio cilíndrico. Es un modelo construido por la Asociación de Producción científica Energía, la empresa que aún fabrica las Soyuz reales.

A bordo de la nave estadounidense iban Thomas Sttaford, Vance Brand, y Deke Slayton; a bordo de la Soyuz iban Alexei Leonov y Valeri Kubasov.

La descripción
Historic Handshake: Apretón de manos entre Stafford y Leonov tras la apertura de las escotillas

Durante las 44 horas que ambas naves permanecieron acopladas sus tripulantes llevaron a cabo experimentos científicos, intercambiaron banderas y regalos, y visitaron ambas naves.

Firma del certificado conjunto de la misión
Certificate Signing of First American and Russian Docking: Firma del certificado conjunto de la misión

La descripción
Symbol of Cooperation: placa conmemorativa que ambas tripulaciones ensamblaron en órbita

Leonov y Kubasov volvieron a tierra el 21 de julio a las 10:50:00 UTC; su misión fue la primera misión espacial soviética cuyo lanzamiento y aterrizaje fue televisado.

Sttaford, Brand y Slayton amerizaron el 24 de julio a las 21:18:00 UTC; su misión fue la última misión tripulada de la NASA en amerizar hasta la llegada de las Crew Dragon en 2020, que retomaron el método. Fueron también los últimos astronautas de la NASA en salir al espacio hasta que John W. Young y Robert L. Crippen despegaron a bordo del transbordador espacial Columbia el 12 de abril de 1981 en la misión STS-1.

Dejando aparte el valor de relaciones públicas y de imagen de la misión esta sirvió para que ambas agencias espaciales comenzaran a trabajar juntas, lo que desembocó en las misiones de los transbordadores espaciales a la Mir –aunque casi veinte años más tarde– y luego en la Estación Espacial Internacional.

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