Por @Wicho — 21 de Marzo de 2023

El pasado 11 de diciembre la empresa japonesa ispace –que se llama casi igual que otra empresa china también relazionada con el espacio– lanzaba el aterrizador Hakuto-R con destino a la Luna. El Falcon 9 que lo lanzó lo colocó en una trayectoria de baja energía que minimiza el uso de combustible a cambio de tardar más en llegar. Tanto es así que hasta hace unas horas no entraba en órbita alrededor de nuestro satélite, curiosamente en su día número 100 en el espacio.

Hakuto-R aún tiene que realizar unas cuantas maniobras más para circularizar su órbita antes de poder intentar alunizar. Pero por ahora todo sigue adelante para poder convertirse en la primera misión privada en alunizar. De una pieza. Esto le llevará hasta finales de abril. Si lo consigue Japón se convertirá, además, en el cuarto país en aterrizar en la Luna tras la Unión Soviética, los Estados Unidos y China.

Para ispace este es el hito número siete de los diez en los que ha dividido la misión por si algo falla en algún momento. Los siguientes son completar las maniobras de ajuste de la órbita; aterrizar; y que el aterrizador funcione correctamente tras hacerlo. El punto de aterrizaje primario es el cráter Atlas, en el sureste del Mare Frigoris, aunque hay otros puntos alternativos planeados por si fuera necesario.


Entre las cargas útiles que van a bordo del aterrizador están el rover Rashid de la Agencia Espacial de los Emiratos Árabes Unidos y el minúsculo rover Sora-Q, que mide 8 centímetros de ancho y pesa 250 gramos, desarrollado por la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA).

La idea es, en el futuro, seguir enviando aterrizadores con otras cargas útiles.

La empresa está en Twitter como @ispace_inc.

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Por @Wicho — 21 de Marzo de 2023

Estaría bien que dieran datos acerca de la altitud máxima alcanzada, pero la empresa surcoreana Innospace afirma que el domingo 19 ha lanzado con éxito su demostrador suborbital HANBIT-TLV aún cuando el motor funcionó tan sólo 106 segundos frente a los 118 previstos. Innospace se convierte así, o eso dicen, en la primera empresa privada surcoreana en hacer un lanzamiento espacial. Aunque insisto en que habría que saber el apogeo alcanzado por el cohete para poder decir si ha llegado al espacio o no.

El lanzamiento tuvo lugar desde desde el Centro Espacial de Alcântara, en Brasil. La carga útil era una unidad de prueba del sistema de navegación inercial SISNAV que está desarrollando Brasil.


El HANBIT-TLV en la plataforma de lanzamiento – Innospace

El demostrador, con una sola una etapa de 16,3 metros de longitud y un metro de diámetro, y una masa al despegue de 9,2 toneladas es, de todos modos, una plataforma para el desarrollo del motor del HABIT-Nano, Es un motor que usa parafina y oxígeno líquido como propelentes

El Nano es el más pequeño de los tres cohetes distintos que Innospace tiene planeados. Estos son el ya mencionado HANBIT-Nano, el HANBIT-Micro y el HANBIT-Mini. El primero, con 17,1 metros de largo por 1 de ancho y dos etapas, tiene una capacidad máxima de 50 kilos; el segundo con 19,1 metros de largo y un diámetro máximo de 2,7 metros en la primera de sus dos etapas, llegará a los 150 kg; y el tercero, con una longitud de 29,6 metros y un diámetro máximo de 3,3 metros en la primera de sus tres etapas, tiene una capacidad de 500 kilos. Despegarán desde Brasil o desde el Centro de Lanzamiento de Andøya.

Es un plan de desarrollo similar al de la española PLD Space, que está a pocas semanas del primer lanzamiento de su Miura 1, un cohete suborbital que está sirviendo como plataforma de desarrollo del cohete orbital Miura 5.

Innospace está en Twitter como @innospacecorp.

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Por @Wicho — 20 de Marzo de 2023


Despegue del primer Zhuque-2 – Landspace

El pasado 14 de diciembre la empresa china Landspace lanzaba su primer cohete Zhuque-2. Podía haberse convertido en el primero propulsado por metano y oxígeno líquidos (methalox) en entrar en órbita. Pero el lanzamiento falló por un problema con la segunda etapa. Tras analizar los datos de telemetría y hacer pruebas en tierra la empresa ya sabe por qué falló. Y se confirma, además, que no fue por un problema con sus motores methalox sino con los motores de maniobra que tenían que haber mantenido la trayectoria de la segunda etapa.

En concreto el problema estuvo en que al detenerse el motor de la segunda etapa la fuerza a la que fue sometida la conexión del conducto de oxígeno líquido con la bomba que lo impulsa se rompió, lo que impidió el funcionamiento de los motores de maniobra.

Es un fallo que será corregido para el segundo lanzamiento de un Zhuque-2, que la empresa dice que llevará a cabo en 2023, aunque no dice cuándo. Así que ahora mismo la carrera por ser el primer cohete methalox por entrar en órbita está entre el Terran 1 de Relativity Space, que tiene el próximo 22 de marzo como fecha para su tercer intento de lanzamiento; el Vulcan de ULA, que apunta al 4 de mayo; o el Starship de SpaceX que no se sabe muy bien pero también podría despegar en mayo.

También anda por ahí el New Glenn de Blue Origin, que de hecho usa los mismos motores que el Vulcan. Pero no está nada claro cuando podrá estar listo para un primer intento de lanzamiento. De hecho no está claro que vaya a estar listo antes que el segundo Zhuque-2.

La ventaja de utilizar metano y oxígeno líquidos como propelentes es que aunque tienen un poco menos de impulso específico que el keroseno refinado que se utiliza habitualmente su combustión es muchísimo más limpia, lo que representa una enorme ventaja de cara a la reutilización de los cohetes que los usen.

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Por @Wicho — 20 de Marzo de 2023

Hace unos días Rocket Lab completaba con éxito su segundo lanzamiento de un cohete Electrón desde los Estados Unidos. En concreto desde el Complejo de lanzamiento 2 del Espaciopuerto Regional del Atlántico Medio, situado en el Centro de Vuelo Wallops de la NASA en la costa este de Virginia.

Esto es relevante porque cuando Rocket Lab lanza desde sus instalaciones en Nueva Zelanda sólo tiene que preocuparse de que el cohete funcione con ellas; en Virginia el Electrón tiene que integrarse con los sistemas de tierra de la NASA, lo que añade una capa extra de complejidad a los lanzamientos.

De hecho fue el retraso en que la NASA tuviera listo el sistema de terminación automática del vuelo del complejo lo que a su vez retrasó durante meses el estreno de la plataforma de lanzamiento de Rocket Lab allí. Así que está bien que el segundo lanzamiento desde allí se haya desarrollado sin problemas.

La carga útil de la misión eran los satélites de observación terrestre mediante radar Capella 9 y Capella 10 de Capella Space.

Fue el segundo lanzamiento de Rocket Lab este año, y el número 34 de un Electrón, que acumula 32 lanzamientos con éxito y tres fallos en su carrera.

La empresa está en Twitter como @RocketLab. Su director, Peter Beck, que tuitea información muy interesante, es @Peter_J_Beck.

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