Por @Wicho — 9 de Enero de 2019

El 27 de febrero de 2013 –200 días marcianos después de haber llegado a Marte– el ordenador A del rover Curiosity falló. Pero la misión pudo seguir adelante porque el vehículo dispone de dos ordenadores gemelos precisamente por si falla uno y bastó con hacer que el ordenador B tomara el control. Ese ordenador estuvo en uso hasta el 15 de septiembre de 2018, el sol 2.172 de la misión, cuando también falló.

Y lo que hizo entonces el equipo de la misión fue volver a activar el ordenador A, que hacía tiempo que había sido diagnosticado. El problema es que el fallo del sol 200 afectó a la mitad de la memoria flash del ordenador, con lo que ahora sólo dispone de 1 GB de almacenamiento, por lo que el equipo de la misión preferiría volver a utilizar el B si es posible. Así que están trabajando en diagnosticar el fallo y ver si se puede recuperar, aunque mientras tanto la misión sigue adelante.

The Ultimate Mars Rover On-board Computer Talk es una charla celebrada en el marco del 35 congreso del Chaos Computer Club en la que breakthesystem habla precisamente de los ordenadores de a bordo de Curiosity, aunque curiosamente al principio dice que el rover tiene un ordenador.

Es una charla sorprendentemente poco técnica para estar enmarcada dentro de la serie Ultimate, pero quizás por eso sea más fácil de seguir para los que sepan menos de informática. Habla del hardware –la CPU de cada ordenador es un procesador RAD750 de BAE a 133 MHz con 256 MB de RAM y 2 GB de memoria flash– y del software que permite manejar a Curiosity y sus instrumentos, escrito en una versión un poco limitada de C++ que corre sobre VxWorks 6.7, un sistema operativo en tiempo real.

Pero sobre todo es interesante porque cuenta cómo el software de a bordo está organizado por capas, desde las más bajas, que «hablan» directamente con el hardware, a las más altas, que permiten decirle cosas como «toma muestras de tal roca con la ChemCam». Cuenta también cómo está preparado para gestionar errores y tenerlos muy controlados, de forma que la mayoría de los problemas los resuelve de forma autónoma, sin necesidad de que ningún humano le diga nada. El software le permite incluso escoger el camino a seguir cuando le indican un punto al que ir.

No está nada mal para un cacharro que, recordemos, tiene un procesador a 133 MHz y 256 MB de RAM.

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