Por @Wicho — 15 de Febrero de 2023


Se puede ver el carenado de las antenas de conexión vía satélite de este 777 de Qatar en lo alto del fuselaje a la altura de la segunda puerta – Wicho

Hace unos días surgió en una conversación el asunto de que ahora es cada vez más habitual que las aerolíneas ofrezcan Wi-Fi en sus aviones. Y qué como funciona eso. Y la verdad es que no es tan diferente a cómo lo hace en tu casa.

En casa tu proveedor de acceso habrá instalado una conexión de fibra óptica, un cable coaxial, o algún otro tipo de tecnología que la conecta con Internet. Lo normal a estas alturas es que el router de fibra o el descodificador de TV se encarguen de crear una Wi-Fi a la que se conectan tus dispositivos, aunque puede que tengas que poner tú un punto de acceso Wi-Fi aparte.

Pero en cualquier caso «el conceto» es el mismo: el router o el decodificador se encargan hacer las necesarias conversiones entre la señal de radio de la Wi-Fi y la fibra o el coaxial. O si usas un punto de acceso aparte, el punto de acceso será el que haga la conversión y se conecte, normalmente a través de un cable ethernet, al router o al decodificador, que a su vez harán su trabajo.

Obviamente a los aviones no llega ninguna fibra óptica o cable coaxial que lleve la señal; en su lugar se conectan a Internet vía radio (este enlace es a European Aviation Network, un operador concreto, pero todos funcionan de forma similar). Dentro del avión hay una serie de puntos de acceso WiFi a los que se conectan los dispositivos de las personas que van a bordo. Esos puntos de acceso, a su vez, van conectados a un router que se conecta a Internet por radio.

La conexión por radio del avión con Internet puede ser a través de estaciones terrestres –por eso a veces habrás oído que la conexión a Internet puede no funcionar al sobrevolar grandes extensiones de agua– o a través de conexiones satélite. Aunque también es posible, e incluso habitual, combinar ambos modos de conexión.

El que a la conexión a Internet no le importe nada que sea por radio, fibra óptica, cable coaxial, cable ethernet o incluso por palomas mensajeras es una de las grandes genialidades de las personas que la diseñaron. Se aseguraron de que pudiera funcionar casi a través de cualquier tipo de conexión. Y pongo el casi por ser precavido.

Para mantener la conexión el avión tiene que montar una serie de antenas en el exterior. En el caso de los sistemas que usan bases terrestres las antenas van en la parte inferior y en los lados. En el caso de las conexiones vía satélite las antenas van en la parte superior, cubiertas por un carenado aerodinámico como el que se puede apreciar en la foto de arriba. Tienen que ser, además, capaces de mantener la conexión con un satélite que se mueve a varios miles de kilómetros por hora mientras que el avión por su parte se mueve a varios cientos de kilómetros por hora. Pero no deja de ser algo muy parecido al acceso a Internet a través de Starlink desde un domicilio, con la salvedad de que normalmente el domicilio no está en marcha. Aunque Starlink también tiene un modo de servicio para barcos, aviones y otros medios de transporte.

Por lo general las conexiones vía satélite son más rápidas y fiables, al menos en el sentido de que tienen mejor cobertura, pues la señal llega incluso al medio de cualquier océano o a los polos en caso de vuelos que vayan por ahí.

Y con la aparición de constelaciones de satélites cada vez más capaces la cosa no hará sino mejorar, al menos desde el punto de vista técnico. Otra cosa es que cada vez queden menos sitios en los que podamos decir que no teníamos cobertura o conexión a Internet. Porque igual que se da acceso a Internet también se podrá dar acceso a la telefonía móvil.

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