Por @Alvy — 3 de Octubre de 2024

Se estrena en los próximos días en Max el documental de investigación Electric Money: The Mystery of Bitcoin, un trabajo de Cullen Hoback acerca de la figura de Satoshi Nakamoto, creador de Bitcoin.

Y digo «creador» aunque como es bien sabido es tal el anonimato que guarda este personaje que no está claro si es hombre o mujer, una persona o un grupo de varias o ni siquiera si está vivo ni muerto (para mi que desapareció y murió). Simplemente es el pseudónimo con el que se publicó el trabajo (white paper) donde quedaron definidos los principios de Bitcoin, y el nombre de la cuenta con la que interactuaba con diversos expertos en criptografía en el foto BitcoinTalk. El resto, como suele decirse, es historia.

A lo largo de más de una década han surgido diversas personas que han asegurado ser Satoshi Nakamoto, pero todas ellas han ido siendo descartadas, como sucedió con un vecino de San Francisco que casualmente tenía el mismo nombre, o como el usurpador Craig Wright, que tras un lío legal de dimensiones serias y con la Crypto Open Patent Alliance de por medio acabó confesando que se había inventado la historia. También están el fallecido (y criogenizado) Hal Finney, Nick Szabo y otros de los que interactuaron en los primeros tiempos con Nakamoto, pero ninguno se ha confirmado con el «auténtico Satoshi Nakamoto».

Recordemos que para demostrar que alguien es Satoshi Nakamoto bastaría con que hiciera una transferencia de algunos de los bitcoins primigenios que conserva la cadena de bloques. Esos bitcoins, de los que hay alrededor de 1,8 millones, están bajo el control personal de Nakamoto, según se analizó hace tiempo (al menos un millón). Si alguien los «mueve» es que tiene las claves. Y si tiene las claves es que es Nakamoto… O alguien cercano de gran confianza, claro. Pero eso no ha sucedido en más de una década.

El documental no sólo parece un resumen serio de toda esa historia desde los principios de Bitcoin allá por 2009, sino que dice que además puede que acabe arrojando algo de luz sobre quién puede ser el personaje en cuestión. Parece un buen planteamiento, documentado y rodado con medios dignos, como casi todas las producciones de HBO, así que lo veremos con gran interés.

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Por @Alvy — 2 de Octubre de 2024

El código que incluye palabrotas es de mayor calidad, según se ha analizado formalmente en un estudio

Un estudiante llamado Jan Strehmel decidió dedicar su tesis a analizar la relación entre la calidad del código abierto y la aparición en él de palabrotas y términos malsonantes. Tan intrascendente investigación demostraría de una vez por todas si incluir improperios en los comentarios del código (o en los nombres de variables) tiene alguna relación con su calidad. El resultado fue que el código que contiene palabrotas tiene una calidad objetivamente superior, aunque no puede inferirse una causa-efecto directo, pero ya el dato da algunas pistas sobre lo que sucede.

¿Cómo se hace un análisis de este tipo? En total se revisaron 11.400 proyectos de código abierto escritos en C disponibles en Github. Utilizando diccionarios se vio que unos 3.800 contenían palabras malsonantes Para medir la calidad del código se utilizó SoftWipe, que es un software bastante conocido para comprobar si el código cumple con ciertos estándares y convenciones de codificación, en una escala de 0 a 10. Los repositorios que contenían palabrotas obtuvieron una nota de 5,87 de promedio; el resto, solo un 5,41.

Es divertido ver cómo la gente incluye palabrotas en expresiones de todo tipo y variantes: «fuck» (joder), que es obviamente una de las más repetidas, aparece como Fuck, whatTheFuck, this_Fuck_ing0ddity, WHAT_THE_FUCK, FUCK_MY-badExamples y similares. El software filtra ese código con una expresión regular intentando pillarlas todas. En la tesis se explican los tests estadísticos realizados respecto a todos los palabros, incluyendo histogramas y gráficos.

Strehmel considera que una posible explicación para este fenómeno es que usar palabrotas en el código «implica una mayor implicación emocional». Como detalle, descubrió que aunque la diferencia en las puntuaciones de código-con-tacos y código-sin-tacos es pequeña, el uso de ciertas palabrotas se concentra en los repositorios de alta calidad. Puestos a plantear posibles explicaciones, sugiere que dedicarle improperios al código o a otros programadores sirve para aliviar el estrés y, por ende, a programar mejor.

La tesis completa de Jan Strehmel tiene más de 45 páginas y puede leerse aquí: Is there a Correlation between the Use of Swearwords and Code Quality in Open Source Code? Si alguna vez te ha intrigado el tema o te has preguntado el porqué de esas palabrotas, igual esta explicación sacia tu curiosidad.

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Por @Alvy — 1 de Octubre de 2024

 Gridclock: un reloj digital-geométrico interesante

El Gridclock es un curioso reloj en el que la hora con minutos y segundo está representada como líneas que cruzan la pantalla. Está inspirado por el reloj Arvelie-Neralie de Devine Lu Linvega y por Hundred Rabbits.

En la anotación del blog de Joshleeb, su programador, se explica cómo adaptó la idea original a un recuadro que combina los relojes Neralie (3 dígitos, llamados latido y pulso, donde cada latido son 1.000 pulsos de unos 86,4 segundos, algo parecido al Tiempo internet de Swatch) y el formato Arvelie, un calendario de 26 meses de 14 días, en el que hay días bisiestos.

En este reloj las horas son 12 particiones verticales que representan las 24 horas (en la etiqueta), seguido de 12 particiones horizontales cada una de las cuales se divide a su vez en 5 posiciones que representan los minutos (12 × 5 = 60) y finalmente 12 particiones horizontales y cinco verticales para los segundos. El Gridclock «funciona» mejor para ciertas horas que otras (es decir, «es más legible») pero esto varía a lo largo del día.

El código para cotillearlo, modificarlo y mejorarlo se puede descargar en Sourcehut: Gridclock.

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Por @Wicho — 30 de Septiembre de 2024

Con el lanzamiento y llegada a la Estación Espacial Internacional de la Crew Dragon Freedom la tripulación de la Starliner ya tiene nave con la que volver a casa. Con la que volver a casa sentados en unos asientos y no sujetos de aquella manera detrás de los asientos de la Crew Dragon Endeavour de la tripulación Crew-8.

Así, Butch Wilmore y Sunita Williams se unen a Nick Hague de la NASA y a Alexánder Gorbunov de Roscosmos como parte de la tripulación Crew-9. Aunque ocupando las plazas que habían sido asignadas a Zena Cardman y Stephanie Wilson, que han tenido que cederlas para que la Freedom tuviera dos plazas libres.

La descripción
Butch Wilmore y Sunita Williams habrían vuelto a casa sujetos «de aquella manera» en las posiciones C6 y C7 en la cabina de la Endeavour. Y sin traje espacial de ningún tipo – NASA

Cardman era quien iba a haber estado al mando de la tripulación Crew 9. Pero las reglas de la NASA exigen que cuando una cápsula va a atracar en la EEI al menos una de las personas que van a bordo tenga experiencia previa en el espacio. Y no era el caso. Así que su plaza fue asignada a Hague. Gorbunov, por su parte, tenía la suya bastante asegurada en virtud del acuerdo entre la NASA y Roscosmos para intercambiar plazas en las naves tripuladas enviadas a la Estación,

Todo esto es debido a que la NASA, finalmente, decidió que no se fiaba de la Starliner y decidió que volviera vacía de su primera misión tripulada. Por eso Wilmore y Williams se quedaron a bordo de la EEI a la espera de tener una nave en la que volver a casa.

Si no hay cambios de aquí a entonces la tripulación Crew-9 volverá a casa el 22 de febrero de 2025. Mucho antes lo hará la Crew-8, a quien dan el relevo, que tiene previsto su regreso para el 7 de octubre.

Fue el primer lanzamiento tripulado de la historia desde el Complejo de lanzamiento 40 (SLC 40) de la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral, con lo que ahora mismo los Estados Unidos tienen tres plataformas desde las que lanzar misiones tripuladas, algo nunca visto hasta ahora.

Se trata de la Plataforma 39A del Centro Espacial Kennedy (KSC) y el SLC 40 de Cabo Cañaveral para las Crew Dragon y la Plataforma 39B del KSC para el SLS y la Orión… Aunque con la cadencia de lanzamiento de SLS es casi como si sólo tuviera dos.

En una curiosa casualidad la Freedom fue lanzada justo el día en el que se cumplían 16 años del primer lanzamiento con éxito de SpaceX, de un Falcon 1 en aquel entonces. Éxito que llegaba tras tres intentos fallidos con la empresa al borde de la desaparición. ¡Cómo han cambiado las cosas desde entonces!

Pero aunque el lanzamiento de la Freedom se llevó a cabo sin problemas la segunda etapa del Falcon 9 tuvo un problema con el encendido de su motor que tenía que haberla deorbitado, por lo que cayó fuera del área prevista. No causó daños porque cayó en un área remota del océano pero SpaceX ha decidido pausar los lanzamientos hasta entender qué ha pasado.

Es el segundo fallo de una segunda etapa de un Falcon 9 en poco menos de tres meses: el pasado 12 de julio fallaba el segundo encendido de una, lo que impidió colocar en la órbita prevista los satélites Starlink que llevaba a bordo.

La Administración Federal de Aviación (FAA) de los Estados Unidos, responsable de los lanzamientos espaciales en el país, puso en pausa los lanzamientos de SpaceX mientras se investigaba la causa del fallo. Aunque la pausa apenas duró un par de semanas antes de que SpaceX obtuviera permiso para seguir lanzando.

En este caso la FAA también ha pedido una investigación, lo que se suma a la decisión de SpaceX de detener los lanzamientos. Así que habrá que ver hasta cuándo quedan parados. Aunque lo más probable es que no sea por mucho tiempo.

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