Por @Wicho — 21 de Marzo de 2023

Estaría bien que dieran datos acerca de la altitud máxima alcanzada, pero la empresa surcoreana Innospace afirma que el domingo 19 ha lanzado con éxito su demostrador suborbital HANBIT-TLV aún cuando el motor funcionó tan sólo 106 segundos frente a los 118 previstos. Innospace se convierte así, o eso dicen, en la primera empresa privada surcoreana en hacer un lanzamiento espacial. Aunque insisto en que habría que saber el apogeo alcanzado por el cohete para poder decir si ha llegado al espacio o no.

El lanzamiento tuvo lugar desde desde el Centro Espacial de Alcântara, en Brasil. La carga útil era una unidad de prueba del sistema de navegación inercial SISNAV que está desarrollando Brasil.


El HANBIT-TLV en la plataforma de lanzamiento – Innospace

El demostrador, con una sola una etapa de 16,3 metros de longitud y un metro de diámetro, y una masa al despegue de 9,2 toneladas es, de todos modos, una plataforma para el desarrollo del motor del HABIT-Nano, Es un motor que usa parafina y oxígeno líquido como propelentes

El Nano es el más pequeño de los tres cohetes distintos que Innospace tiene planeados. Estos son el ya mencionado HANBIT-Nano, el HANBIT-Micro y el HANBIT-Mini. El primero, con 17,1 metros de largo por 1 de ancho y dos etapas, tiene una capacidad máxima de 50 kilos; el segundo con 19,1 metros de largo y un diámetro máximo de 2,7 metros en la primera de sus dos etapas, llegará a los 150 kg; y el tercero, con una longitud de 29,6 metros y un diámetro máximo de 3,3 metros en la primera de sus tres etapas, tiene una capacidad de 500 kilos. Despegarán desde Brasil o desde el Centro de Lanzamiento de Andøya.

Es un plan de desarrollo similar al de la española PLD Space, que está a pocas semanas del primer lanzamiento de su Miura 1, un cohete suborbital que está sirviendo como plataforma de desarrollo del cohete orbital Miura 5.

Innospace está en Twitter como @innospacecorp.

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Por @Wicho — 21 de Marzo de 2023

El avión siniestrado aterrizando en Hong Kong en agosto de 2015 – Kelvin Yu (Dominio público)
El avión siniestrado aterrizando en Hong Kong en agosto de 2015 – Kelvin Yu (Dominio público)

Hoy hace un año desde que el vuelo 5735 de China Eastern Airlines, que volaba de Kumming a Guangzhou, se precipitara al suelo prácticamente en picado sin emitir ninguna llamada de socorro. Las 132 personas que iba a bordo fallecieron en el impacto. En una nota publicada hace unas horas la Administración de Aviación Civil de China (CAAC) indicaba que su investigación sobre el accidente sigue en curso ya que el caso es «muy complejo y sumamente raro».

Publicar alguna información respecto a la investigación al cumplirse un año del accidente es un requisito de las normas de la Organización Internacional de Aviación Civil (OACI). Pero es muy raro que en un año esté terminada la investigación. Así que por ahora sólo sabemos lo que dice el informe preliminar, en su momento publicado al mes del accidente, también según las normas de la OACI. Aunque hay que recordar que en el informe preliminar no se busca esclarecer las causas sino publicar los hechos conocidos:

La investigación indica que las cualificaciones de la tripulación de vuelo, de la tripulación de cabina y del personal de mantenimiento cumplían con los requisitos; que el certificado de aeronavegabilidad de la aeronave accidentada era válido; que no había informes de ninguna avería ni de ninguna avería diferida en el día del accidente; que no había carga declarada como mercancía peligrosa en el avión; que las instalaciones y equipos de navegación y monitoreo a lo largo de la ruta involucrada en este vuelo no presentaban ninguna anomalía, y que no había predicción de meteorología adversa peligroso. Hasta el momento de desviarse de la altitud de crucero la comunicación por radio entre la tripulación y el departamento de control de tráfico aéreo eran normales.

Todo lo demás, mientras la CAAC sigue con su investigación, son especulaciones.

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Por @Wicho — 20 de Marzo de 2023


Despegue del primer Zhuque-2 – Landspace

El pasado 14 de diciembre la empresa china Landspace lanzaba su primer cohete Zhuque-2. Podía haberse convertido en el primero propulsado por metano y oxígeno líquidos (methalox) en entrar en órbita. Pero el lanzamiento falló por un problema con la segunda etapa. Tras analizar los datos de telemetría y hacer pruebas en tierra la empresa ya sabe por qué falló. Y se confirma, además, que no fue por un problema con sus motores methalox sino con los motores de maniobra que tenían que haber mantenido la trayectoria de la segunda etapa.

En concreto el problema estuvo en que al detenerse el motor de la segunda etapa la fuerza a la que fue sometida la conexión del conducto de oxígeno líquido con la bomba que lo impulsa se rompió, lo que impidió el funcionamiento de los motores de maniobra.

Es un fallo que será corregido para el segundo lanzamiento de un Zhuque-2, que la empresa dice que llevará a cabo en 2023, aunque no dice cuándo. Así que ahora mismo la carrera por ser el primer cohete methalox por entrar en órbita está entre el Terran 1 de Relativity Space, que tiene el próximo 22 de marzo como fecha para su tercer intento de lanzamiento; el Vulcan de ULA, que apunta al 4 de mayo; o el Starship de SpaceX que no se sabe muy bien pero también podría despegar en mayo.

También anda por ahí el New Glenn de Blue Origin, que de hecho usa los mismos motores que el Vulcan. Pero no está nada claro cuando podrá estar listo para un primer intento de lanzamiento. De hecho no está claro que vaya a estar listo antes que el segundo Zhuque-2.

La ventaja de utilizar metano y oxígeno líquidos como propelentes es que aunque tienen un poco menos de impulso específico que el keroseno refinado que se utiliza habitualmente su combustión es muchísimo más limpia, lo que representa una enorme ventaja de cara a la reutilización de los cohetes que los usen.

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Por @Wicho — 20 de Marzo de 2023


Me crucé con esta imagen de una máquina de escribir binario por ahí sin atribución alguna. Pero gracias a TinEye tardé unos quince segundos en descubrir que es uno de los muchos objetos descabellados –o no tanto– salidos de la imaginación de las personas que forman el estudio japonés Pantoghrap.

La máquina de escribir en binario, un router WiFi a válvulas que sigue a este párrafo, una prensa que convierte bolas de información en discos CD-ROM, un móvil que se abre para desvelar los típicos prismáticos para ir al teatro… sus creaciones han salido en numerosos anuncios en Japón.


En su blog, que no actualizan desde 2014, todo hay que decirlo, se pueden ver más creaciones suyas. Y hasta tienen un libro, titulado algo así como Libro de recuerdos de un mundo paralelo. Al menos según DeepL, que mi japonés está un tanto oxidado.

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Un libro de @Alvy y @Wicho

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Se suponía que esto era el futuro
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