Por @Alvy — 28 de Noviembre de 2023

DOSDeck: disfrutando de juegos clásicos para DOS directamente desde el navegador

DOS_Deck recupera videojuegos de la época del reinado del MS-DOS (1980-1995) directamente desde el navegador. Hay títulos conocidos como Doom, Jazz Jackrabbit, Wolfenstein 3D o el Epic Pinball, pero hay uno por el que simplemente ya merecería la pena: la versión original de los Lemmings. Lo único que hay que hacer es ir a su web, elegir el juego, darle un clic y ¡listo!

Entre otras cosas soporta el modo de pantalla completa, se pueden conectar controladores y joysticks y tiene un «teclado virtual» para cuando es necesario. Los juegos vienen ya configurados con el teclado normal moderno, pero hay una opción en las preferencias para configurarlos a tu gusto. Técnicamente está basado entre bambalinas en DOSBox y js-dos, solo que se ha simplificado y optimizado para juegos.

DOSDeck: disfrutando de juegos clásicos para DOS directamente desde el navegador

Dos cosas que hay que saber: los sonidos funcionan regulín y las teclas Escape o igual (=) dan acceso al menú.

DOS_Deck de momento tiene 16 juegos, pero cuando lo miré hace unos días eran menos, así que se ve que están comprobando y añadiendo lo que van pudiendo poco a poco: shareware, freeware, demos, abandonware, juegos liberados… Tiene una opción para guardar los favoritos por si encontrar los títulos se vuelve complicado. El plan es que la gente pueda preparar los juegos y subirlos para que la colección crezca más rápido.

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Por @Wicho — 27 de Noviembre de 2023

El tróspido avatar de El hematocrítico durante muchos añosHace unas horas se nos ha muerto Miguel López. Que por su nombre en el MundoReal™ seguramente no te sonará. Pero si te digo que era El Hematocrítico y has estado en la Internet de habla hispana de los últimos años probablemente acaba de caérsete el alma a los pies si no te habías enterado ya.

Hemato fue durante muchos años profesor en el colegio de Las Esclavas en A Coruña. Pero después de la pandemia había pedido una excedencia para dedicarse a la escritura de libros infantiles, algo en lo que lo estaba petando. De hecho su último libro –ahora en Galicia tendremos que decir derradeiro– iba a salir a la venta pasado mañana.

Pero en Internet lo conocemos por sus delirantes títulos para obras de arte que iba publicando en Tumblr y que luego se convirtieron en un par de libros –de hecho si no me equivoco su primer libro fue El Hematocrítico del arte–; por sus comentarios sobre programas y series de televisión en los que popularizó –si no inventó– el adjetivo tróspido, que bien podía aceptar la RAE; por Drama en el portal; por Los Hermanos Podcast

Una de las genialidades de Hemato

Aunque si hay algo que lo definía es que, como puso mucho tiempo en su perfil de Twitter, Miguel era «born to riquiño». Un tipo estupendo de esos que de vez en cuando te encuentras por la vida adelante. Hemato, sus tuits y su ingenio seguían siendo todavía un recordatorio de cuando esta red era mucho menos tróspida y mucho más amable. Se nos va buena parte de la historia de Twitter en Español con él. Y se nos queda un mundo más tróspido. Vaya pena más grande.

El único pequeño consuelo que nos queda es acordarnos de él y de las risas y momentos compartidos y ver como cientos, miles de personas que nunca lo habían conocido en el MundoReal™ se están despidiendo de él como si hubieran perdido a un amigo.

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Por @Wicho — 27 de Noviembre de 2023

Foto frontal del dispositivo en reposoHe estado probando el InkPad Color 3 de PocketBook, que llega al mercado apenas unos meses después que el InkPad Color 2, que salió al mercado en abril de este mismo año. Y se puede aplicar eso de que a la tercera va la vencida porque por fin su pantalla me parece lo suficientemente buena como para poder recomendarlo, aunque con algunas consideraciones.

El Color 3 es exactamente igual a su predecesor en cuanto a procesador, memoria, protección IPX8 contra el agua, iluminación con calidez ajustable, disposición de los botones, medidas, peso, conectividad y opciones de gestión en línea de tu biblioteca, etc… así que me remito a mi reseña del InkPad Color 2 si necesitas detalles. Aunque el resumen es que desde hace años cuando alguien me pregunta por un lector de libros electrónicos que no sea el de Amazon mi recomendación es siempre uno de PocketBook.

La gran –y fundamental– diferencia está en la pantalla. En lugar de una E Ink Kaleido™ Plus de 7,8 pulgadas –que es la misma en el InkPad Color original y en el 2– el InkPad Color 3 el monta una nueva pantalla E Ink Kaleido™ 3.

Esta nueva pantalla conserva los 300 puntos por pulgada de resolución en blanco y negro –bueno, en 16 grises– de las anteriores. Pero pasa de 100 a 150 puntos por pulgada en modo color, que da 4096 colores . Que aunque el fabricante dice que es un 50 % más que en el anterior en realidad como la pantalla y lo que se muestra en ella tienen ancho y alto quiere decir que en el InkPad Color 3 hay un 225 % de pixeles más en la misma superficie. Y se nota. Se nota mucho. Yo veo las imágenes más contrastadas, creo que gracias a ese aumento de resolución.

La pantalla muestra además colores más saturados, aunque no es para nada comparable con la pantalla de una tablet, por supuesto. Y no es para ver fotos aunque el InkPad traiga una aplicación para verlas. Con 4.096 colores simplemente no hay suficientes.

Foto de las pantallas del InkPad Color 2 y 3 lado a lado
InkPad Color 2 (izquierda) vs InkPad Color 3 (derecha) En la foto los dos InkPad tienen el brillo a tope y la calidez de la luz ajustadas al 50 %. No he hecho ningún ajuste de niveles ni nada parecido; la foto está tal y como ha salido de mi móvil, con la salvedad de que he acercado las dos pantallas entre sí para que ocupara menos – clic para ver la imagen en grande

Y esas mejoras me parece que por fin me permiten recomendar un InkPad si quieres leer libros y cómics en formato electrónico. Sí, son unos 360 euros en Amazon, lo que es un precio por el que te puedes hacer con una tablet capaz de hacer más cosas. Pero si quieres una pantalla de tinta electrónica en color, esta es una opción muy a tener en cuenta.

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Por @Wicho — 27 de Noviembre de 2023

Portada del libro en el que se ve una chica gamer de espaldas frente al monitor de su ordenadorPlay like a girl: desafíos de las mujeres en la industria del juego y la tecnología. Por Marina Amores. Libros Cúpula (14 de junio de 2023). 240 páginas.

Marina –ahora más conocida por estos pagos como @blissy– tuvo la suerte de que su padre, informático, le pusiera desde pequeña un ordenador en su habitación. Y de que dedicara horas a jugar con ella, enseñándole cómo desenvolverse por aventuras gráficas, juegos de estrategia, y juegos de pegar tiros. Quizás también tuvo la suerte de no tener hermanos, porque si no lo mismo otro gallo le hubiera cantado.

Así que se convirtió en la rara avis que es una niña, luego una chica, y ahora una mujer a la que le gustan los videojuegos. Aunque los datos dicen que en realidad tan rara no es, pues el reparto está prácticamente al 50 % entre mujeres y hombres en cuanto a las personas que juegan a videojuegos.

Pero en cuanto abandonó el entorno familiar y el colegio femenino y religioso en el que estudió hasta los 18 años la cosa empezó a olerle a chamusquina en el mundo de los videojuegos. Y más cuando decidió –¿¡a quién se le ocurre siendo mujer!?– que quería dedicarse profesionalmente a ello.

Porque se topó con el machismo recalcitrante que permea la industria de los videojuegos, los medios de comunicación que los cubren, y buena parte de la comunidad que los juega. Que no digo yo que la mayor parte de las personas que juegan sean hostilmente machistas. Pero aunque sean una minoría son una minoría extremadamente vociferante. No sólo en España, que también, sino a lo largo y ancho del mundo.

De hecho dice que darse cuenta de cómo era el entorno fue lo que la hizo feminista.

Todos hemos escuchado en innumerables ocasiones la expresión de «jugar como una niña». El acto de «jugar como una niña» es algo culturalmente construido y con unos significados poco menos que peyorativos y de burla. Lo que significa en nuestra cultura es que el juego de las niñas es de una calidad inferior, y «jugar como una niña» equivale a jugar mal, a jugar peor que los niños o, como mínimo, jugar a cosas que se consideran menos divertidas. De esta diferenciación y categorización inferior parte en gran medida la «justificación» para el trato denigrante de niños a niñas a la hora del juego. […]

Con la misma práctica, los mismos estímulos positivos y adecuados y en un entorno no hostil y sin presiones de género, las mujeres alcanzan el mismo nivel en un videojuego que un hombre; lo que pasa es que no se nos ha dejado hacerlo. «Las mujeres podemos ser astronautas, ingenieras… pero al parecer apretar los botones en League of Legends en el orden adecuado… Eso nos supera.»

Este libro, escrito tras haber recibido muchos palos y haber tenido que tragar con carros y carretas, es un completo y muy documentado repaso al problema del machismo en esta industria, dividido en tres partes que cubren los aspectos en los que las mujeres pueden relacionarse con los videojuegos: como desarrolladoras, como comunicadoras y como jugadoras.

A mí, que era más o menos consciente del problema –puede que más bien menos aunque supiera que existe– me ha servido para aclararme las ideas y para aprender unas cuantas cosas que no sabía del tremendo problemón que tienen niñas, chicas y mujeres en este campo.

Y me ha parecido una lectura absolutamente recomendable, en especial para los que estamos del lado «bueno» de la brecha de género en esto. Como lo estamos los hombres en casi todo, la verdad sea dicha. Aunque lo que me preocupa es que probablemente quienes más tendrían que leerlo y tomar buena nota no se van a plantear ni cogerlo en sus manos.

Sin embargo a pesar de todo al final me ha dejado con buen de boca porque creo que ahora que Marina –y muchas otras, pero personalizo en ella porque es la autora del libro– están hablando del tema y sus voces, por fin, empiezar a oírse es posible, como dice ella, que se produzca el reset que tanto necesita esta industria.

Y me ha quedado clarísimo, de nuevo como ella misma dice, que si critican la situación es precisamente porque aman el mundo de los videojuegos. Y por eso creen que no pueden quedarse calladas. Y es que si lo piensas un poco, ¿quienes son tus mejores amistades? ¿Las que te dicen sí a todo? ¿O las que te cantan las cuarenta cuando tienen que hacerlo? Pues eso.

Si no eres muy de leer en el canal de YouTube de Marina puedes echarle un ojo a Nerfeadas, una serie documental sobre el tema. Y si eres mucho de leer, Mr. Internet es un libro que se complemente bastante con el de Marina.

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