Por @Alvy — 6 de Junio de 2023

Los mapas y cartas geográficas de Levi Walter Yaggy

No conocía los Mapas y cartas geográficas de Levi Walter Yaggy y (1842–1912) hasta que me los he encontrado en este artículo de The Public Domain Review y la verdad es que son de una gran belleza.

Según he leído, este autor era medio artista, medio empresario, medio inventor; entre otras cosas fundó una editorial de libros en la que destacaban estos mapas llamados Estudio Geográfico. Eran grandes y detallados, con más de un metro de ancho y estaban pensados para estudiantes: un mapa de las estrellas, del mundo submarino, de los planetas… Algunos tenían mucha imaginación –quizá demasiada– y mostraban personajes viviendo en el subsuelo y cosas así.

Los mapas y cartas geográficas de Levi Walter Yaggy

En el Archivo de Internet (Archive.org) encontré que muchos otros de los trabajos de Yaggi, que también están en las colecciones de David Ramsey; incluyendo láminas –lo que hoy en día serían infografías– sobre la Tierra, los animales, la demografía… Algunas de ellas, debido a la antigüedad y al uso laxo de las ciencias de la época no son del todo correctos (o incluyen alguna que otra burrada) pero vistas en su contexto resultan realmente fascinantes.

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Por @Alvy — 1 de Junio de 2023

World Capitals Voronoi

En esta casa somos muy de Voronois, así que estamos encantados de habernos topado con este Globo terráqueo con las capitales del mundo como diagrama de Voronoi. Es una proyecto de Jason Davies que además de interesante incluye alguna que otra sorpresita.

Tal y como mandan los cánones cada área de color es un polígono equidistante a los diferentes puntos que tiene cerca. Esta idea matemática tan simple como poderosa tiene múltiples aplicaciones en el MundoReal™, desde la meteorología a la física o el control de epidemias.

Moviendo el ratón se puede hacer girar el globo para descubrir algunas curiosidades: en España, por ejemplo, el Voronoi hace que Marruecos engulla Cádiz, mientras que Andorra se asigna una región gigantesca entre Francia y España, como también sucede con el Vaticano, que fragmenta Italia. Los Estados Unidos quedan también reducidos cuando México, Cuba y Bahamas los invaden por el sur. En Sudamérica se produce un curioso reparto casi equivalente de todo el continente entre los diferentes países que lo componen.

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Por @Alvy — 29 de Mayo de 2023

Nikola Tesla Autobiografía (IA) Alvy + Adobe Firefly

Quien quiera conocer más en profundidad la figura de Nikola Tesla, el «hombre que inventó el Siglo XX» pueden hacerlo en un documento poco conocido pero muchas veces citado: My Inventions (Mis invenciones), la autobiografía que escribió para la revista Electrical Experimenter en 1919, cuando tenía 69 años, bastante antes de que falleciera en 1943 con 86 años, ya en su ocaso físico y mental.

Está dividida en seis capítulos o entregas; tan solo 34 páginas en total:

  • I. Mis primeros años
  • II. Mis primeros intentos de invención
  • III. Mis esfuerzos posteriores
  • IV. El descubrimiento de la bobina y el transformador Tesla
  • V. El transmisor de aumento
  • VI. El arte de la Telautomática

En ellos describe muchos de sus inventos y cuán importantes considera que eran, aunque algunos no lo fueron tanto. Por ejemplo habla del transformador Tesla como algo «tan revolucionario como la pólvora fuera en su día en la guerra» pero también de el «transmisor de aumento» que serviría para enviar energía alrededor de todo el globo terráqueo con tanta energía que «podría iluminar 200 bombillas incandescentes» (no fue el caso).

Durante un tiempo me entregué por completo al intenso placer de imaginar máquinas e idear nuevas ideas. Era el estado mental de felicidad más completo que he conocido en mi vida. Las ideas fluían ininterrumpidamente y la única dificultad que tenía era retenerlas. Los aparatos que concebía me parecían absolutamente reales y tangibles en todos sus detalles, incluso en las marcas y señales de desgaste. Me deleitaba imaginando los motores en constante funcionamiento, pues de ese modo se me presentaban ante el ojo de la mente, como un espectáculo fascinante. Cuando la inclinación natural se convierte en un deseo apasionado, uno avanza hacia su meta con botas de siete leguas.

Es curioso cómo de parecido es su «Sistema del Mundo» a la Internet actual; según Tesla se podría poner en marcha en solo 9 meses (fueron más bien casi 90 años) e incluiría la interconexión de todas las centralitas de telégrafo y teléfono, la criptografía para comunicaciones seguras y «la transmisión de datos bursátiles, distribución de música, letras, cheques» entre otras cosas.

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Imagen generada con (IA) Adobe Firefly; traducción cortesía de DeepL.

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Por @Alvy — 18 de Mayo de 2023

Este este breve pero intenso vídeo del cazador de tornados Reed Timmer y su equipo Team Dominator se puede disfrutar de lo que él llama una «interceptación de Tornado» de libro, la mejor que ha hecho, en su humilde opinión. El vídeo lo tiene todo: tomas aéreas, vehículos blindados, vientos huracanados, lluvia, ramas… Muy de película.

Y sí, es que esta no la vimos venir: estos personajes que se comportan como los protagonistas de la mítica Twister existen. Y décadas después están mejor equipados que nunca para documentar su medio trabajo, medio afición, medio locura, con cámaras de todos los tipos y tamaños, drones, sensores meteorológicos y furgonetas acorazadas que podrían pasar sin problemas el batmóvil de Batman.

El tornado en cuestión circuló por Spalding (Nebraska, Estados Unidos) y además de la espectacularidad de la persecución por las carreteras comarcales están siempre presentes los aparatos científicos que llevan a bordo registrando datos. Hay un corte en el vídeo que probablemente se debe a los fuertes movimientos y luego una calma total mientras están «en el ojo del tornado», efecto que aprendimos en la película. Luego termina de pasar el destructivo tornado y todos los del equipo explotan, pero de alegría.

Interesante también es que luego procesan y leen los datos de los sensores etiquetados como del «observatorio de infrasonidos subsónicos», donde se guardan datos del GPS, de los cambios de presión y del anemómetro. La lectura final: unas 147 millas por hora que equivalen a 236 km/h.

Una estupenda y mortífera velocidad, suficiente para que la situación les hiciera aspirantes a candidatos a los Premios Darwin de este año pero sin que pasaran a la final.

Ya sabéis, niños, ¡no intentéis esto en vuestras carreteras comarcales!

(¡Gracias por la pista, Gali!)

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