Por @Wicho — 1 de Marzo de 2022

A lo largo del fin de semana, con las últimas incorporaciones ayer mismo, Europa continental, Islandia y Canadá han ido cerrando su espacio aéreo a las aerolíneas rusas como represalia por la invasión de Ucrania. No pueden ni sobrevolarlo ni despegar ni aterrizar en ninguno de sus aeropuertos. La única excepción serían vuelos humanitarios previamente autorizados o situaciones de emergencia. Rusia ha respondido haciendo lo propio con las aerolíneas de 36 países.

Esto, básicamente, impide a las aerolíneas rusas volar hacia el oeste a menos que estén dispuestas a hacer enrutados muy largos y extraños, lo que ha llevado a Aeroflot, por ejemplo, a suspender los vuelos a Cuba, Estados Unidos, México y República Dominicana. Para estos destinos es fundamental el bloqueo del espacio aéreo islandés y del canadiense, pues evita que aún volando muy al norte puedan ir hacia allí.

Se estima que para las aerolíneas rusas los vuelos al extranjero son como un 35%, y hay que recordar que pueden seguir volando hacia África, Oriente Próximo, Oriente Medio, Asia, e incluso a través del Pacífico hacia Oceanía e incluso los Estados Unidos, Centroamérica o América del Sur, que no han cerrado su espacio aéreo a las aerolíneas rusa; otra cosa es que les compense. Así que quizás esto no les haga muchísimo daño, aunque todo suma.

Pero quizás el problema más serio para las aerolíneas rusas es que se estima que hasta un 60% de los aviones que operan son alquilados a empresas occidentales que en los próximos días podrían empezar a pedirlos de vuelta tanto en cumplimiento de las sanciones impuestas al país como por el temor a la falta de pago. A esto se añade la decisión de Airbus y Boeing de dejar de ofrecer soporte y piezas de recambio a las aerolíneas rusas. Y seguro que otros fabricantes seguirán el ejemplo.

Aunque por lo visto el Ministerio de Transportes ruso está considerando nacionalizar los aviones alquilados. Esto les permitiría seguir usándolos dentro de los espacios aéreos a los que aún tienen acceso y, en el peor de los casos, canibalizar unos aviones para obtener piezas de repuesto que les pudieran hacer falta. Y le haría mucho daño a las empresas hasta entonces dueñas de esos aviones, claro.

Para las aerolíneas europeas el cierre del espacio aéreo ruso supone un problema no sólo a la hora de volar a Rusia –obviamente– sino a la hora de hacerlo hacia Asia u Oceanía, pues muchas rutas pasan sobre Rusia. De hecho Air France, por ejemplo, suspendió sus vuelos a Corea, China y Japón mientras estudia opciones. Y un vuelo de carga de Seúl a París, también de Air France, que normalmente habría sobrevolado Rusia, tuvo que volver a casa volando hacia el este, algo enormemente costoso pero que ha permitido a la aerolínea recuperar su avión.

Actualización 1 de marzo: a partir de las 2:00 UTC del 3 de marzo el espacio aéreo de los Estados Unidos también quedará fuera de límites para los vuelos rusos. Así que eso de volar a través del Pacífico para llegar a los EE.UU., pues tampoco.

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