Por @Alvy — 8 de Enero de 2019

El loco simpático de The Backyard Scientist muestra en este vídeo la respuesta a una pregunta medio técnica, medio-filosófica: ¿Puede una cámara grabar su propia muerte? Hablando con más propiedad deberíamos hablar de su propia destrucción –al no tratarse de un ser vivo– y como se ve en el vídeo la cuestión acaba resolviéndose con un argumento más propio de la lógica y filosofía que de la técnica. El origen de la «investigación» que da origen a estas pruebas parece ser un vídeo que circulaba por internet y que era fake como un piano donde se veía algo parecido pero con una especie de selfie.

Para las pruebas –que nadie debe hacer en casa porque es peligroso– este joven científico loco utiliza un potente rifle de aire comprimido. Los objetivos son primero la batería de un teléfono móvil y luego el terminal móvil en sí mismo, que no paran de grabar.

Para mi gusto toma pocas precauciones (¡ni siquiera lleva gafas protectoras, WTF!) y además dispararle a la batería de un móvil es potencialmente una muy mala idea, casi digna de Premio Darwin. En cualquier caso guarda una distancia más que prudencial, lo que nos permite ver a cámara superlenta lo que sucede cuando se pinchan o perforan las baterías de Ion-Litio, algo curioso y que también hemos visto en otros vídeos, normalmente accidentes.

Aparte de eso las pruebas que realiza pasan por grabar la destrucción del móvil mientras graba y emite en directo por Instagram, algo que sus seguidores pudieron ver en directo en su momento. Aunque el teléfono parece sobrevivir unos segundos en ocasiones, la retransmisión no, porque se congela segundos antes incluso de que dispare (!) Esto es debido a la forma en que funciona la propia app de Instagram, que primero almacena y luego envía, de modo que no transmite «en tiempo real» sino con unos segundos de retraso (latencia). Así que si alguien ve un teléfono «morir» mientras retransmite es que el vídeo es fake.

La cuestión técnico-filosófica de fondo la de clara al final: «Si se graba es que el teléfono no está muerto del todo, y si está muerto no puede grabar. Fin de la historia.» Así de claro, y así de entretenido.

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