Por @Wicho — 28 de Mayo de 2008

Genial la portada de The New Yorker de 25 de este mes:

The New Yorker 26-5-08
The New Yorker 26-5-08

Menos mal que en Europa, al menos según cuenta El País en La UE aliviará el calvario de los controles en los aeropuertos, parece que pronto se relajarán un poco esas normas tan absurdas que nos han impuesto a raíz de los atentados del 11-S y en especial de los supuestos atentados con explosivos líquidos que se preparaban en Londres en el verano de 2006, aunque sea un poco obligados por la insistencia de Gottfried Heinrich, quien en septiembre de 2005 fue obligado a bajarse de un avión en el aeropuerto Schwechat de Viena por el personal de seguridad porque su equipaje de mano contenía raquetas de tenis y estos estimaron que podían ser utilizadas como armas.

Heinrich solicitó entonces ver la lista de objetos prohibidos a bordo, y como no se la dejaron ver, ya que esta lista es secreta, incluso para los propios empleados de los aeropuertos, inició un proceso legal en el que el mes pasado Eleanor Sharpston, abogada general del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas, daba un serio varapalo a la UE al sostener que el reglamento constituye «un vicio de tal gravedad que no puede ser tolerado por el ordenamiento jurídico comunitario» y debe ser declarado «inexistente» precisamente por el hecho de ser secreto.

(Ilustración vía Guerra Eterna y David GP; el enlace al artículo de El País nos lo pasó Conectada.)

Actualización: Un grupo de ciudadanos ha lanzado nosinzapatos.com, una web dedicada a recoger información y opiniones sobre el tema de las normas de seguridad en los aeropuertos europeos.

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