Por @Wicho — 3 de Octubre de 2023


Chiqui en una imagen de 2017 – El País

No recuerdo en qué sarao conocí a Chiqui. Quizás en el famoso WebDosBeta o a lo mejor en un Blogs y Medios –tengo fotos de él en muchas de sus ediciones– pero recuerdo perfectamente que en cuanto me dijo que era Chiqui yo dije admirado «¡Chiquiworld!» y el asintió con una tímida sonrisa.

Y es que Chiqui es de aquellos que ya estaban allí cuando los Microsiervos decidimos liarnos la manta a la cabeza con el blog; su Chiquiworld era toda una referencia. Y eso que él, por aquel entonces, ya tenía una carrera detrás en El País que le podría haber llevado a ignorar eso de los blogs.

Pero sin embargo, como bien dice Arturo Paniagua, «lejos de mirarnos con desprecio (algo habitual entonces) Chiqui asumió que se trataba de una nueva forma de comunicación que utilizó, defendió y divulgó.» De hecho nos estaba esperando en Bluesky…

Claro que en cuanto lo tratabas un poco te dabas cuenta de que Chiqui era mucho más que el autor de un blog muy recomendable y de que era un tipo encantador, siempre con una sonrisa en los labios, siempre sin levantar la voz por muy intensa que se pusiera la charla, siempre dispuesto a echar una mano. No hay más que ver las reacciones que ha traído la noticia de su muerte para ver que no sólo yo opino así.

Y sí, ya sé que quienes nos metimos en el fregado de los blogs a principios de los 2000 ya no somos unos chavales. Pero Chiqui se nos ha ido demasiado pronto. Igual que Pepe. Igual que Mario. No es justo que no vayamos a poder echarnos unas risas con él; que no vayamos a poder arreglar el mundo –al menos el de los blogs– de nuevo.

Aunque si no nos parece justo a quienes tuvimos la suerte de conocerlo y tratarlo, no puedo ni imaginar cómo estarán Paloma y Rosca por mucho que les mandemos abrazos y por mucho que sepan que los tenemos presentes a los tres.

El pequeño consuelo que nos queda es que estoy seguro de que pasarán muchos años antes de que Chiqui deje de estar en nuestros recuerdos.

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Por @Wicho — 29 de Septiembre de 2023


Mario Tascón – Prodigioso Volcán

Hoy nos hemos despertado con la tristísima noticia de la muerte de Mario Tascón con tan sólo 60 años. Demasiado pronto. Siempre es demasiado pronto. Pero a veces aún lo es más.

No recuerdo exactamente cuando conocí a Mario, pero sé que siempre que se hablaba de la llegada de Internet a España el nombre de Mario no tardaba en salir; él fue de los que primero vieron su potencial y de los que primero vieron como iba a poner patas arriba el mundo de los medios de comunicación. No en vano estuvo al frente de la creación de las primeras versiones web de El Mundo y de El País.

Pero recuerdo con mucho cariño las horas de charlas compartidas durante varias ediciones de NeThinking en la Isla de San Simón y de las míticas Blogs y Medios de Granada. Y su siempre buena disposición cuando lo llamabas para participar en un evento. A poco que su agenda se lo permitiera, sabías que allí iba a estar Mario dispuesto a compartir todo lo que sabía.

Con él se va, además de una gran persona, una parte fundamental de la historia de Internet en España.

Que Mario era un tipo muy querido lo prueban los montones de mensajes y artículos que están siendo publicados en redes sobre él. Unos cuantos:

Y la que, quizás, se la última entrevista que le hicieron: Mario Tascón: "Lo peor no es distinguir lo real de lo verdadero, sino que empiece a no importar".

Para hacerlo todo un poco más duro –qué cabrón eres, Murphy– la noticia del fallecimiento de Mario ha llegado justo en el día en el que se cumplen cinco años de la muerte de Pepe Cervera, otra grandísima persona y otro de los protagonistas de la historia de Internet en España.

Cinco años después a Pepe aún lo echamos de menos. Sé que en cinco años –y por mucho tiempo después– seguiremos echándolos de menos. Quizás, aunque no sea gran cosa, esa sea el mejor homenaje que podemos hacer a sus vidas. Dicen que nadie muere del todo mientras está en la memoria de otras personas.

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Por @Wicho — 29 de Septiembre de 2023

Logo de HashiCorpComo casi cualquier persona que ande metido en esto de la informática había oído hablar de los servicios en la nube que ofrecen Amazon, Google o Microsoft para desplegar ordenadores sin necesidad de adquirir máquinas. Incluso utilizo algunos servicios en mi trabajo que están montados de esta forma. Pero nunca me había parado a pensar mucho cómo despliegas estas máquinas hasta que la gente de HashiCorp me invitó a una de sus jornadas para desarrolladores.

La historia de HashiCorp comienza con Vagrant. Mitchell Hashimoto, uno de los fundadores de la empresa, se encontró allá por 2010 con que cada cierto tiempo tenía que reinstalar el software de los entornos de desarrollo montados sobre máquinas virtuales que había sido actualizado a versiones nuevas. Era un proceso básicamente manual pero con Vagrant buscó la forma de automatizarlo.

Vagrant funciona entre la máquina virtual y quien la va a usar y le evita quebraderos de cabeza, ya que es adaptable a distintas plataformas y configuraciones de software; se encarga de buscar lo que es necesario para desplegar las herramientas que sean sobre la plataforma que sea.

Pero además tiene la ventaja de que los ficheros en los que se describe la configuración sirven también para codificar el por qué de las opciones tomadas, de tal manera que ese conocimiento queda ahí guardado con independencia de que la o las personas que hayan tomado esas decisiones luego se olviden del motivo o dejen la empresa. Esta es una idea que HashiCorp ha ido incorporando en todos sus productos.

La primera versión estable de Vagrant salió en marzo de 2012; y en noviembre de ese año Mitchell Hashimoto y Armon Dadgar fundaron HashiCorp para dar soporte a su desarrollo.

Con el tiempo la empresa ha ido añadiendo más productos a la colección. Sin ser exhaustivo: Packer, en 2013, que sirve para automatizar la configuración esas máquinas virtuales y que parece un paso lógico después de Vagrant; Terraform, en 2014, que sirve para automatizar la provisión y configuración en distintas plataformas de la infraestructura sobre la que corren esas máquinas; Vault, de 2015, que permite guardar información sensible como claves, contraseñas y tokens sin meterla en el código de las aplicaciones; y Boundary, de 2020, que permite configurar accesos remotos a la infraestructura creada.

De nuevo, en todas ellas la información que se ha usado para ponerlas en marcha queda descrita y codificada en los archivos de configuración. Y al ser productos del mismo fabricante se hablan entre ellos sin mayores problemas, lo que también facilita la vida de quien ha de gestionarlos y usarlos.

Airbus, Air France, Booking o Decathlon, por citar algunos nombres, usan los productos de HashiCorp. Aunque no hace falta ser tan grande para usar sus productos: todos ellos son Open Source y están disponibles bajo un modelo freemium, así que si estás mirando opciones para montar y gestionar infraestructura en la nube pueden ser opciones a tener en cuenta.

La empresa tiene publicadas tres encuestas sobre adopción y resultados del uso de la computación en la nube que te pueden interesar: Welcome to the Multi-Cloud Era (2021), Making Multi-Cloud Work (2022) Y Cloud maturity drives operational efficiency (2023).

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Por @Alvy — 24 de Septiembre de 2023

EU-CAPTCHA: tres nuevos captchas de código abierto mantenidos por la Unión Europea

En el repositorio code.europa.eu gestionado por la Comisión Europea se puede acceder ya a EU-CAPTCHA (técnicamente ISA Action 2018.08 EU-Captcha), una iniciativa de la Comisión Europea. Consiste básicamente en tres tipos de captchas listos para utilizar en cualquier proyecto. El principal objetivo es distinguir a las personas de los bots en diversos procesos: registros de usuarios, envío de formularios o de mensajes en algún tipo de foro.

Las ideas básicas de EU-CAPTCHA es que sea suficientemente potente como para dar pocos falsos positivos («robots que se cuelan como personas») y pocos falsos negativos («humanos que fallan los tests»). Al estar bajo el paraguas de la Comisión Europea se supone que estará mejor mantenido que otros captchas populares que hay por ahí, y además cumple con estándares de usabilidad, uso de varios idiomas, licencias (EU Public License (EUPL) 1.2, etcétera.

El primero de los captchas es una variación del de toda la vida de las letras ondulantes deformadas sobre líneas y colores, hay otro consistente en girar imágenes hasta que queden correctamente orientadas y uno último que requiere leer un texto y hacer un cálculo sencillo y luego mover un desplazador hasta la solución numérica.

Quien necesite un captcha para algún proyecto ya puede ahorrarse el desarrollo de ese código usando este EU-CAPTCHA que parece que funcionará suficientemente bien en todos los aspectos, y que además podrá evolucionar si los bots se vuelven más «listillos».

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