Por @Alvy — 5 de Junio de 2005

En el suplemento Ariadna de El Mundo de hoy domingo cuentan en una nota titulada Vendo «Jedi» con experiencia cómo hay gente que vende objetos y jugadores virtuales a cambio de dinero real, en juegos de rol multijugador masivos:

El máximo vendedor de piezas de oro para World of Warcraft se embolsó más de 20.000 euros mediante subastas de esta moneda virtual, que se vende a unos 40 céntimos el lote de 50 (...) El negocio está creciento tanto que ya se habla de «talleres» clandestinos en el tercer mundo con trabajadores que se dedican exclusivamente a crear personajes poderosos y encontrar objetos valioss que vender luego a los jugadores del primer mundo. El primer taller detectado, Black Snow estaba situado en México (...)
Lo de los talleres en el tercer mundo muestra hasta qué punto las economías reales y virtuales pueden llegar a estar entrelazadas, y cómo puede haber deficiencias en los sistemas y puntos de interconexión.

Todo esto me recordó también una antigua viñeta en Mad, de Sergio Aragonés, en la que unos padres veían como el niño se pasaba el día jugando a la consola e imaginaban «futuros trabajos» para él en el periódico: «Rescatador de Princesas, 10.000 dólares mensuales», «Eliminador de Marcianos Invasores, 500.000 al año». Pues lo mismo.


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