Por @Wicho — 26 de Septiembre de 2024

Desde hoy está disponible Exographer, un metroidvania deliciosamente pixelado en el que la ciencia juega un importante papel. Sale para PC, PS5, Nintendo Switch y Xbox. Yo había estado probando la demo de acceso anticipado en mi Mac pero por lo visto la versión final para macOS aún tardará un poco porque están terminando de exterminar algunos bugs. Aunque, curiosamente, en Steam figura como disponible.

El concepto del juego es sencillo: eres un explorador que llega a un planeta en el que se encuentra con lo que ha dejado atrás –o no tan atrás– una civilización alienígena desconocida. Utilizando las herramientas de tu kit de exploración y la lógica tienes que ir descubriendo qué ha pasado mientras recorres las varias dependencias.

Como es típico en este género de juegos tendrás que ir resolviendo puzzles –en los que la ciencia tiene mucho que ver– para ir avanzando e ir reuniendo pistas que te permitan tanto ir comprendiendo lo que ha pasado como adquirir nuevas habilidades que te permitirán ir más adelante.

Captura de pantalla de uno de los puzzles en el que tienes que ver como manipular unas partículas
Uno de los puzzles del juego – Abylight Studios

La parte de la «cencia» no es de extrañar si tenemos en cuenta que el juego ha sido creado por el físico y colaborador del CERN Raphaël Granier de Cassagnac. La parte de ciencia ficción tampoco es de extrañar si tenemos en cuenta que además de físico Raphaël es escritor de ciencia-ficción. La música es de Yann Van Der Cruyssen.

Me encantan los juegos en los que no mueres 42 veces por minuto. Y más si te hacen pensar. Y, hasta dónde he podido ver en la demo, en Exographer nunca mueres. Como mucho enloqueces con los puzzles… Aunque hay formas de volver atrás sin reiniciar la partida si te atascas en algún punto.

Así que si te van los metroidvania, yo le echaría un ojo.

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Por @Alvy — 25 de Septiembre de 2024

Una máquina de Turing de Lego que funciona

Combinando lo mejor de ambos mundos, o al menos de los mundos que nos gustan a nosotros, esta Máquina de Turing de LEGO aúna los orígenes de la informática con las sempiternas piezas de construcción de Lego. No es algo precisamente sencillo en cuanto a construcción, bastante intrincada por lo que parece, aunque sí en cuanto a concepto.

Inventada por el mismísimo Alan Turing, la máquina puede entenderse como una especie de ordenador básico o lenguaje de programación simplificado, según cómo se mire. El dispositivo tiene su cabezal, que puede «leer» y «escribir» ceros y unos en una «cinta» o larga fila de piezas que hace las veces de memoria, actúa como registros de estado de la máquina y también contiene las instrucciones. El cabezal puede moverse a ambos lados para hacer avanzar o retroceder la cinta, en una suerte de bucle que depende del algoritmo o programa introducido. Ese algoritmo programado puede finalizar o continuar durante mucho tiempo, dependiendo de lo que haga. En teoría, este modelo básico puede ejecutar los mismos programas que cualquier otro ordenador, siempre que se le de suficiente tiempo.

La propuesta de este proyecto de kit de Lego Ideas tiene 4 símbolos y 8 estados posibles (32 combinaciones de estados y símbolos) con 7 bits para las instrucciones. No necesita motor pero tal y como avisan «el mecanismo es bastante complicado». En total está construido con 2.900 piezas (dentro del límite permitido de 3.000 para entrar en el Lego ideas).

Shut up and take my money!!!

Ahora su creador («The Bananaman») espera a ver si consigue suficientes apoyos para que Lego lo bendiga y haga oficial. Con 1.540 personas apoyándole en el tiempo que lleva, y teniendo en cuenta que le quedan dos años, podría conseguirlo… Y nuestras carteras volver a resentirse, porque sería uno de esos kits irresistibles.

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Por @Alvy — 20 de Septiembre de 2024

En el Japan Brickfest 2024, como otros años, construyeron un complicado mecanismo al estilo de Rube Goldberg pero limitada al mundo de las piezas de Lego. Lo llaman «Gran Máquina de Pelotas», un nombre apropiado aunque con una traducción un tanto jocosa al castellano.

La máquina consta de 53 módulos que construyeron entre 8 personas. La mitad contribuyeron con 1 ó 2 módulos, pero otros como Karsumata montaron hasta 21. Una forma interesante de pasar el tiempo, que no debió de ser poco.

En el montaje pueden verse distintos tipos de pelotas: de colores, balones de fútbol, de baloncesto, y todo tipo de ingeniosos mecanismos de Lego Technic que entran en bucle cada pocos segundos y que van transportando las bolas/pelotas arriba y abajo, ayudándose de la gravedad. Tan entretenido como hipnotizante.

(Vía Kottke.)

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Por @Alvy — 19 de Septiembre de 2024

Drivin’ Wild y el espíritu de Out Run

Lo primero que viene a la mente cuando se arranca Drivin’ Wild (técnicamente: Dr1v3n Wild!, pero es que con esto del estilismo en los nombres ya…) es un fuerte sabor a Out Run, la famosa recreativa de carreras de 1986. Con pocos botones que manejar (o el propio ratón) y una fluidez potente y accesible, es un entretenimiento breve pero intenso, una experiencia bastante disfrutable.

Sólo le falta la música, pero es sabido que se puedes poner de fondo por tu cuenta, una banda sonora digna de la edición en vinilo de coleccionista. Por lo demás, aunque algunos detalles son parecidos como son la dinámica del coche cuando se sale de la carretera o choca, o los check points para alargar el tiempo, los escenarios son diferentes y cambiantes.

En definitiva, un jueguecillo de esos para quitarse el gusanillo y matar un rato, digno de ser mencionado y disponible en Github para cotillear el código.

Actualización (19 de septiembre de 2024) – Agradecimientos a @Pau que me dio la pista del sitio exacto en el que estaba el código de Github, que yo ayer era incapaz de encontrarlo.

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