Por @Alvy

Pantallas de Tiny Emus: emuladores pequeñitos pero que guardan grandes recuerdos

Andre Weissflog es quien está detrás de Tiny Emus, un curioso proyecto que consiste en crear «pequeños emuladores» de ordenadores de 8 bits. Ideales para sentir nostalgia de tiempos en los que cargar un juego era una prueba de fuego de la paciencia humana, solo que aquí va todo más rápido. Entre otros están máquinas como:

  • KC85/2, /3 y /4
  • Amstrad CPC
  • ZX Spectrum
  • Acorn Atom
  • Z1013 and Z9001
  • C64
  • VIC-20

Como demostración de lo bien que funcionan ha creado una colección de archivos que incluye el propio emulador ya cargado un juego retro. De este modo se puede acceder o bien directamente con un clic al BASIC propio de estas máquinas, o bien a demos o juegos de la época: Zaxxon, Arkanoid, Ghosts'n'Goblins… Hasta el Jet Set Willy anda por ahí.

Los mini-emuladores no solo funcionan, sino que admiten archivos con programas en los formatos que son propios de otros emuladores, como los .DSK y .TAP para discos y cintas del Amstrad, .Z80 y .TXT para el Spectrum o los .PRG y .TAP del Commodore 64. El mapeado del teclado es un cristo, eso sí, porque además de que ya es difícil de forma natural si tienes el teclado en castellano hay que hacer un doble tirabuzón mortal. Cuestión de ir probando.

Algo interesante es que todo el código está en Github, de modo que si sientes curiosidad por alguno de estos emuladores o quieres usarlo en algún proyecto, por ahí anda.

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Por @Alvy

¡Cambia tu voz en un santiamén con el nuevo filtro de IA de Adobe!

Aunque lo he leído hoy en Fast Company, según parece Adobe lanzó una herramienta llamada Mejorar la voz como parte de Adobe Podcast, y ya va por la versión 2. Es tan sencilla que simplemente hay que arrastrar encima un archivo de audio o vídeo y el resultado que el audio queda limpio de ruido de fondo, clics y otras molestias. Lo suficiente como para hacer entendible cualquier podcast mal grabado, la charla de una conferencia o esos audios que te llegan por WhatsApp y quieres conservar.

Aunque yo tengo la versión Premium que va incluida con el plan completo de herramientas Adobe, que no tiene limitaciones, se puede usar sin registrarse y con archivos de hasta 30 minutos de audio y 500 MB de datos, un máximo de 60 minutos al día. Admite formatos WAV, MP3, AAC, FLAC y M4A. (Con registro de prueba se amplían estos límites a 4 horas y 1 GB.)

Lo he probado con diversos audios y vídeos funciona sorprendentemente bien. Un audio de los de la radio no lo mejora mucho porque ya están procesados y muy limpios, además de grabados en estudio super-profesional; en los vídeos grabados con el micrófono del ordenador «al aire», con grabaciones del teléfono móvil o incluso los vídeos grabados con micrófonos externos la mejora es notablemente buena.

Todo funciona en la misma página web, es un gran ejemplo de facilidad de uso y simplicidad. Hay un par de barras para controlar cuánta mejora se le aplica a la voz y cuánto ruido de fondo se quiere dejar. Y el Mejoreador guarda los archivos de audio procesados durante diez días en un histórico, pasados los cuales desaparecen automáticamente.

Me he guardado la herramienta en los favoritos porque nunca se sabe cuándo puedes necesitar eliminar la voz «desayuno de resaca» para convertirla en «narrador de documentales de La 2». Si tienes algún audio por ahí que quieras que suene mejor y con más carisma… haz la prueba.

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Por @Alvy

Los robots estarán realmente integrados entre nosotros cuando puedas pedirles que arreglen la casa y lo hagan completamente bien. Mientras tanto, versiones avanzadas para ciertas tareas, controladas por modelos como π0.5 pueden servir para irnos haciendo una idea de cómo será la cosa.

Y es que este nuevo modelo, denominado π0.5 y desarrollado por Physical Intelligence, es ya todo un avance en el «un mayordomo robótico en tu hogar». Básicamente es una prueba controlada de la robótica en entornos abiertos (lo que llaman Open World). La idea es entrenar a los robots con multimodales —datos visuales, táctiles e instrucciones verbales— y luego dejarlos sueltos en el MundoReal™ en escenarios y con objetos desconocidos a ver qué tal se buscan la vida.

Según dicen sus creadores, en pruebas rigurosas ha demostrado una capacidad muy alta, completando el 90% de las tareas, incluyendo ordenar cocinas y dormitorios a la orden de «¿Por favor, podrías ordenar la habitación?» o «¿Podrías colocar todos los cubiertos en el fregadero?» Es lo que denominan un modelo de Visión-Lenguaje-Acción (VLA) avanzado. Eso sí: muy rápido no resulta. El truco es que las imágenes del vídeo se reproducen a velocidad entre ×2 y ×10… Y aun así parece una tortuga.

Para que las pruebas fueran más realistas lo llevaron a habitaciones nuevas que nunca había visto antes. Eso sí, el montaje del chisme no es trivial; parece que vayas a preparar un nido de francotirador. Y el robot en sí, con su brazo-pinza, ruedas, cámaras y demás me parece gigantesco.

Pero lo importante va por dentro: lo interesante es que si lo entrenas lo suficiente (aquí probaron con 100 entornos distintos, llevándoselo a Airbnbs) el modelo puede reconocer un buen número de órdenes y luego completar las tareas correctamente la mayor parte de las veces, aunque se equivoque o se quede corto de vez en cuando. Además, si está realizando una tarea y lo interrumpes es capaz de reorganizar sus planes en base a lo que le pidas, un poco como hacemos las personas.

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Por @Alvy

Logicquiz: un complicado juego de lógica y deducción en forma de preguntas de test autorreferentes

Logicquiz es el típico juego de lógica cabroncillo en donde hay que responder a un test en el que toda las preguntas se refieren a sí mismas o a otras preguntas del propio test. En cierto sentido, es fácil… si sabes la respuesta antes de leer la pregunta. El dial de la autorreferencia al 11, vamos.

El asunto tiene más intríngulis de lo que parece, pero se puede resolver utilizando únicamente la lógica y el razonamiento deductivo. Dicen que la mejor forma de resolver este tipo de problemas es comenzar eliminando lo que es obviamente incorrecto o imposible y seguir a partir de ahí poco a poco, retrocediendo cuando se llega a respuestas imposibles.

Lo divertido de este tipo de tests es que en vez de respuestas directas algunas dependen de varias de las demás preguntas (y sus respuestas). El lío puede ser fenomenal, de modo que el juego se ofrece en cinco niveles de dificultad: el más sencillo con 4 preguntas y luego otras con 6, 8, 10 y 12 preguntas en total.

Al ir marcando las respuestas la barra que hay a la izquierda se enciende en verde o rojo según sea viable o imposible; muchos rojos es mala señal. ¿Cómo saber si has acertado? Fácil: cuando te hayas vuelto loco y hayas perdido toda fe en la lógica humana.

Según parece hay una batería de tests cada día, y ya llevan más de 500 así que debe ser que a la gente le gusta (o le enloquece).

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