Por @Wicho

El 15 de abril de 1975, en la última Conferencia Espacial Europea celebrada en Bruselas, los ministros europeos con atribuciones sobre el tema adoptaron la versión final de la Convención de la ESA, la Agencia Espacial Europea. Las primeras firmas para ratificarla fueron estampadas en ella el 30 de mayo de 1975, hoy hace 50 años, por los representantes de ESRO y ELDO en la Conferencia Espacial Europea celebrada en París

El documento, de 378 páginas, se puede ver en línea desde hoy mismo para conmemorar el aniversario.

Y es que la ESA nacía como la fusión de la Organización Europea para la Investigación Espacial (ESRO por sus siglas en inglés) y de la Organización Europea para el Desarrollo de Lanzadores (ELDO) con la idea de unificar esfuerzos y optimizar recursos.

El documento quedó abierto a la firma hasta el 31 de diciembre de 1975, aunque no entró en vigor hasta el 30 de octubre, cuando Francia ratificó su firma en el documento. Porque una cosa es firmarlo y otra que el gobierno del país en cuestión lo ratifique.

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Algunas de las primeras firmas estampadas en el Convenio de la ESA – ESA

Con el tiempo más países se fueron añadiendo al tratado, con lo que de los diez originales, Bélgica, Dinamarca, España, Francia, Italia, Países Bajos, Reino Unido, la entonces República Federal Alemana, Suecia y Suiza la ESA ha pasado ahora a 23 países miembros con la entrada de Austria, Chequia, Eslovenia, Estonia, Finlandia, Grecia, Hungría, Irlanda, Luxemburgo, Noruega, Polonia, Portugal y Rumanía.

Otros seis países de la Unión Europea, Bulgaria, Chipre, Eslovaquia, Letonia, Lituania y Malta tienen acuerdos de colaboración con la agencia, aunque no son miembros. Canadá hace también tiempo que colabora con diversos programas de la ESA bajo distintos acuerdos de cooperación que se han ido firmando a lo largo de los años.

Lo mismo sucede con agencias espaciales e instituciones de otros países que han participado en distintos proyectos de la ESA o al revés, con los que la ESA ha colaborado en proyectos suyos.

Como celebración de estos 50 años la ESA, junto con la Oficina de Turismo de Viena, y aprovechando que este año se celebra el bicentenario de Johan Strauss II, otra bonita cifra redonda, ha organizado para el sábado 31 la retransmisión al espacio de el Vals del Danubio Azul, una pieza que gracias a 2002: una odisea del espacio se ha convertido sin duda en la banda sonora de la era espacial.

Pero no se trata de la retransmisión de una grabación sino de la interpretación en directo que hará la conocida Orquesta Sinfónica de Viena, dirigida por Petr Popelka, en el Museo de Artes aplicadas de Viena (MAK). Aunque también se podrá ver a través de Internet o en el MundoReal en el Strandbar Herrmann en Viena o en el planetario de Madrid a partir de las 20:30, hora peninsular española (UTC +2) o en una pantalla al aire libre en Bryant Park en Nueva York desde las 14:30 locales.

Las casas de la moneda de Bélgica y de los Países Bajos, por su parte, han emitido sendas monedas conmemorativas de 2,5 euros (sí, dos euros y medio) y 50 céntimos. Se podrán pedir a través de Internet en sus respectivas webs a partir de principios de junio: Bélgica y Países Bajos.

Cincuenta años de historia dan para muchas cosas, así que sin querer desmerecer a nadie ni a nada mencionaré algunas misiones como la sonda Huygens, que aterrizó en Titán el 14 de enero de 2005, o Rosetta y Philae, las sondas que orbitaron y aterrizaron en el cometa 67p/Chuyumov-Gerasimenko como algunos de los grandes logros de la agencia que hemos cubierto en esta casa. Pero hay muchos más.

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Impresión artística de Huygens sobre la superficie de Titán– ESA

La ESA también fue capaz de hacer algo que la ELDO nunca consiguió, como fue desarrollar lanzadores como las familias del Ariane y del Vega, representadas hoy en día por el Ariane 6 y el Vega C. Y en el ambiente geopolítico actual se ha demostrado como un gran acierto poder disponer de un lanzador propio.

Y por supuesto también están las misiones espaciales tripuladas, que desde el despegue de Ulf Merbold a bordo del transbordador espacial Columbia en la misión STS-9 de la NASA el 18 de noviembre de 1983 han asegurado una presencia más o menos continua de astronautas europeos en el espacio.

A por, al menos, otros 50 años más.

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