Por @Alvy — 8 de Agosto de 2024

En este vídeo el aficionado a la música Hainbach enseña lo que es el rebote lunar, una especie de eco que se considera una forma de comunicaciones Tierra-Luna-Tierra y utilizan a veces los radioaficionados para comunicarse. Es algo que se conoce desde los años 40, y que con el equipamiento adecuado resulta curiosísimo de observar.

Como puede verse en las explicaciones se utiliza una gigantesca antena parabólica de 25 metros de diámetro para enviar los sonidos como ondas de radio, ya sean voz o música y luego esperar el «rebote» en forma de eco. Aquí la antena actúa como una especie de gigantesco espejo formado por una malla de cables de 7 × 7 mm. Como la distancia hasta la Luna es de unos 384.400 km las ondas de radio tardan más o menos dos segundos en recorrer ese camino: uno de ida, otro de vuelta.

Cuando las ondas llegan a la superficie lunar, simplemente rebotan. Aquí en la Tierra la parte más interesante, además del intrincado funcionamiento de la antena, sus motores y mecanismos, es que los sonidos vuelven ligeramente modificados debido a la dinámica lunar. Esto es porque la Luna se acerca o aleja constantemente en su órbita elíptica y tiene un movimiento de libación, moviéndose ligeramente en la fracción de segundo en que rebotan las ondas. ¿El resultado? Los sonidos se «desplazan» como cuando se produce el efecto Doppler y las notas recibidas suenan un poco más graves o agudas.

En los experimentos de Hainbach se utilizó su propia voz pero también la de una soprano y un bajista. Su objetivo era crear un plug-in gratuito para AudioThing, que llamó Eco Lunar. Es la forma más sencilla de experimentar con una especie de sintetizador cómo es el famoso rebote lunar.

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Por @Alvy — 20 de Julio de 2024

Un ordenador y unos altavoces en un escritorio (CC) Pew Nguyen @ Pexels

Un escenario típico en el que se escucha el sonido en casa o en el coche incluye un software para reproducir el contenido, que tiene su regulador de volumen, el controlador general de volumen del sistema y finalmente unos altavoces externos más potentes y de calidad con el que se consigue que aquello suene estupendamente.

Esta configuración puede variar: a veces es un teléfono móvil conectado con un cable o por Bluetooth a los altavoces del coche, a veces un cable que va del ordenador a un preamplificador y de ahí a un amplificador + altavoces u otras ideas similares.

La cuestión que mucha gente se plantea es: ¿qué idea es mejor para controlar el volumen¿ ¿Hacerlo desde el primer dispositivo, desde el sistema o desde el altavoz final? Las opiniones varían según a quién preguntes (IAs incluidas) y no recuerdo haberla visto de forma definitiva y consensuada en ningún sitio. Tampoco he encontrado un porqué, aunque seguro que hay muchos y de todos los pelajes.

Según he visto por ahí hay quien habla de controlar el «porcentaje de volumen» de cada componente individualmente, usando valores como 75-85% para el dispositivo inicial, 100% para el sistema y regular finalmente con el altavoz. Pero por lo general, la mayor parte de las recomendaciones que he visto van en la línea de subir el volumen de todas las fases iniciales al 100% y luego regular finamente con el amplificador/altavoces.

La razón es que de ese modo se mantiene al máximo la potencia de la señal durante todas las fases iniciales, dejando el control fino manual para el final. En un escritorio con un PC esto supondría subir a tope el volumen del software, el sistema y controlar el altavoz; en el coche, sería subir el teléfono móvil al máximo y afinar con el mando del volumen de la «radio» o sistema de entretenimiento.

Hay otra razón que parece tener incluso más sentido: las operaciones que se hacen con el software o el sistema reducen la señal digitalmente, lo cual podría llevar a cierta pérdida de calidad del sonido; si se deja pasar limpia la señal se pueden evitar esas conversiones y no perder calidad. Esto requiere que no se estén usando filtros, ecualizadores o limitadores por software (que convendría anular y gestionar con el ampli). Aparte de esto siempre se recomienda usar cables de calidad, una conexión Bluetooth fiable, etcétera, como dicta el sentido común.

Así que el consejo definitivo es: volumen a tope en todo lo que sea software y dispositivos previos y a controlar finalmente el volumen de salida con el botón grande de los altavoces.

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Foto (CC) Pew Nguyen @ Pexels.

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Por @Wicho — 27 de Junio de 2024

Patrick Hernandez tuvo un sólo éxito en su carrera musical: Born to Be Alive. Pero vaya éxito: una canción estrenada en 1979 que vendió 25 millones de copias por las que tiene 56 discos de oro y que no ha dejado de sonar desde entonces. Hasta el punto de que como autor, compositor e intérprete del tema aún sigue ganando dinero cada vez que su canción se utiliza en un anuncio o para animar fiestas en discotecas. Así que como según él mismo ha dicho en alguna ocasión gana entre 800 y 1.500 euros al día gracias a ella. De hecho desde 1990 vive de rentas retirado junto con su mujer y su hija. [Fuente: Iván Fernández Amil + fraceinfo: Culture.]

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Por @Wicho — 10 de Junio de 2024

Auriculares y funda de cargaHe estado probando los auriculares intraaurales Bluetooth con cancelación de ruido Yavi de Trust. Y aunque últimamente le he cogido algo de manía a este tipo de auriculares la verdad es que me han gustado más de lo que esperaba. Ojo, no confundir con los también llamados Yavi pero en versión abierta que no se meten en el canal auditivo.

Los Yavi vienen con tres juegos de almohadillas: pequeñas, medianas y grandes. El fabricante no identifica el material pero parecen de silicona. Como siempre con unos auriculares intraaurales es importante conseguir un buen sellado. Y para eso las medianas han demostrado ser adecuadas de tamaño y cómodas para mis oídos aún teniendo puestos los auriculares bastantes horas.

Esto tiene la ventaja de que te aislarán de tu entorno. El principal inconveniente es, a la vez, que te aislarán de tu entorno, lo que según en qué circunstancias puede no ser lo mejor.

Eso sí, aunque estos auriculares incorporan cancelación de ruido ambiental (ENC) para las llamadas no incorporan cancelación activa de ruido (ANC). Esto quiere decir que durante las llamadas un par de micrófonos en cada auricular recogen tu voz y «le quitan» los ruidos que te rodean, con lo que la persona que esté al otro lado te oirá mejor. Pero para escuchar música, podcasts o ver un vídeo nada te aislará de los ruidos exteriores.

Los Yavi montan unos transductores (los altavoces que van dentro de cada auricular) de neodimio de 12 mm con una respuesta de frecuencia que va de los 20 Hz a los 20.000 Hz, lo que coincide con el rango auditivo de una persona. Sólo soportan el códec SBC, que es el mínimo olímpico para unos auriculares Bluetooth que soporten el perfil A2DP; es el que menos capacidad de cálculo requiere.

En la práctica esto, si los tienes bien colocados en los oídos, hace que suenen razonablemente bien, en especial para unos auriculares de 23 euros. Aunque según se vayan escurriendo y el sellado empeore perderás un poco en la intensidad de los bajos. Eso sí, la escena sonora es bastante reducida; todo suena bastante apelotonado dentro de tu cabeza. Pero, de nuevo, para unos auriculares de 23 euros me parece más que suenen más que bien.

Batería, peso y otras cosas

Las baterías de los Yavi dan hasta seis horas de uso, aunque con el estuche de carga la autonomía llega a las 23 horas en total. Una hora y media sirve para cargarlos completamente, mientras que el estuche se carga en dos horas mediante un conector USB C. La caja incluye un cable –corto– USB A a USB C.

Una cosa que me ha gustado es que la funda de carga tiene un botón para saber cómo anda de carga. Aunque otra cosa es que las instrucciones no sean precisamente claras acerca de lo que significan los colores y frecuencia de parpadeo del LED que está al lado del botón en cuestión.

De hecho las instrucciones me parecen excesivamente exiguas en general. Quizás con la idea de evitarse tener que traducirla a diferentes idiomas. Pero es que no sé si mirándolas sabría como poner los Yavi en modo de emparejamiento.

Una chica con la funda en una mano sacando uno de los auriculares de ella con la otra mano

Los auriculares miden algo más de dos centímetros de ancho –depende de la almohadilla que estés usando– por unos tres de alto y dos y medio de profundidad, de nuevo dependiendo de la almohadilla. La funda mide 2,6×6,4×4,8 centímetros. Los auriculares pesan cuatro gramos cada uno y la funda 28 para un total de 36 gramos.

Están disponibles en blanco, morado y negro. Y fabricados un 35 % de plásticos reciclados.

Ojo, no tienen certificación IPX de ningún tipo a pesar de que dos de los casos de uso que menciona Trust son deportes y correr (como si correr no fuera un deporte).

Controles en la punta de los dedos y algo de descontrol inalámbrico

Como es de rigor en este tipo de auriculares puedes controlar la reproducción de contenidos y recibir y colgar llamadas tocando los auriculares. Un toque activa la reproducción o la pone en pausa; dos toques pasan a la pista siguiente; tres toques vuelven al principio o, si los das al principio de una pista, pasan a la pista anterior; y si haces una pulsación larga se activa el asistente de voz.

Lo que no incorporan es control de volumen: tendrás que utilizar los botones o la pantalla del móvil, tablet o dispositivo al que los tengas conectados para cambiarlo.

Pero la verdad es que no sé es si acabo de llevarme bien con esto de los controles táctiles. Un montón de veces he puesto en pausa la música cuando sólo intentaba ajustarme los auriculares. Y a veces he colgado llamadas cuando quería contestarlas.

Otra cosa que he notado es que los Yavi, mi iPhone XR con iOS 17 y Spotify a veces van cada uno por su lado y me ha sido necesario reiniciar Spotify para que se sincronizaran de nuevo. No sólo es que a veces no haga caso de los controles táctiles; es que a veces Spotify decía que estaba sonando una canción cuando sonaba otra.

También he visto que en lugares en los que se concentran un montón de dispositivos Bluetooth como por ejemplo una puerta de embarque de un aeropuerto la conexión a veces iba un poco a trompicones.

En cualquier caso y a pesar de los inconvenientes que he citado creo que si buscas unos auriculares baratos –23 euros en Amazon– que no te vaya a doler mucho si los pierdes o si resultan dañados los Yavi son una opción muy a tener en cuenta. Sí, hay cienes y cienes de modelos entre los que escoger por ese precio. Pero no con todas las funciones de los Yavi. Ni de una marca conocida que da dos años de garantía, algo que siempre me parece algo a valorar.

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