Por @Wicho — 12 de Septiembre de 2023


Apple acaba de presentar el Apple Watch Series 9, el Apple Watch Ultra 2, y la familia del iPhone 15 y el iPhone 15 Pro. Tanto los relojes como los teléfonos incorporan toda una serie de mejoras que los hacen los mejores que haya presentado nunca Apple, faltaría más. Pero para mí la gran novedad es que por fin el iPhone incorpora el conector USB-C. Aunque tampoco es porque Apple lo deseara sino porque hay una normativa europea que los obligaba a ello.

Eso facilita la gestión de cables y cargadores, e incluso permite usar el iPhone como batería externa para cargar otros dispositivos. Y en el iPhone 15 Pro, que soporta el estándar USB 3, permite transmisión de datos con una velocidad de hasta 10 Gbps. Aunque a saber los precios de los cables que soporten esas tasas de transmisión de datos.

Por lo demás, como desde hace años, me ha parecido más de lo mismo. Y ojo, llevo usando iPhones desde el 3G y aunque tengo en casa un Apple Watch soy más de relojes analógicos. Automáticos a ser posible.

Y sí, llevo el suficiente tiempo utilizando Macs como para recordar el PowerBook G4 con cuerpo de titanio. De hecho tuve uno y era una máquina excelente. Así que lo del titanio en el iPhone 15 Pro tampoco me parece para tanto aunque seguro que le sienta muy bien en el apartado del peso.

Eso sí, me tientan mucho las cámaras del iPhone 15 Pro; casi me puedo ver haciendo planespotting con ellas en ciertos aeropuertos. O incluso las del iPhone 15. Pero ya en su momento me tentaron las del 14 y las del 13… aunque ahora mismo tengo otras prioridades.

Y para el uso que le doy al iPhone –calendario, tareas, mensajerías varias, gestión de mis cuentas del banco, apps de transporte urbano y de aerolíneas– me sobra el iPhone Xr que uso ahora y que heredé este verano. Antes usaba un iPhone 8 con el que estaba igual de contento. Salvo por lo de la cámara, claro.

En fin, que ya sé que parezco el abuelo Cebolleta, pero aunque sigo recomendando los iPhone como teléfonos fáciles de usar, con millones de aplicaciones, y que conservan durante mucho tiempo su valor –al iPhone 8 que usaba hasta hace un par de meses me remito– me resulta complicado recomendar actualizarte al modelo más reciente si ya tienes uno que aún soporte las versiones actuales de iOS por temas de seguridad.

Compartir en Flipboard Publicar / Tuitear
PUBLICIDAD


Por @Wicho — 17 de Agosto de 2023

El enchufe enchufado en un enchufe de la paredDos de las adiciones más recientes a mi casa domótica han sido un par de enchufes inteligentes Aqara, que están disponibles en Amazon por 29 euros la unidad.

Básicamente lo que permiten es volver «listillo» cualquier electrodoméstico que enchufes a ellos y controlarlo tanto desde la app de Aqara como desde Casa de Apple o cualquier otra aplicación compatible con HomeKit. Aunque también tiene un botón para dar corriente o no a mano.

Para utilizar el enchufe necesitas tener un hub de Aqara –yo tengo un M1S– que es el que, además de conectarlo a la app, también hace que HomeKit lo vea. Como ya tenía más accesorios de Aqara no necesité comprarlo, ya que cada hub soporta decenas de accesorios. Si no, si es tu primer accesorio de Aqara, al precio del enchufe tendrás que añadirle el del hub.

Lo que hacen los enchufes es dar corriente o cortarla a cualquier cosa que hayas enchufado a ellos, ya sea una cafetera, un ventilador, una lámpara, o una regleta de enchufes, por poner algunos ejemplos.

Así que si aquello que tengas conectado al enchufe es capaz de ponerse a hacer cosas en cuanto lo enciendes –café, ventilar, etc– tienes un control básico de ese electrodoméstico.

Eso sí, el enchufe sobresale cuatro centímetros del enchufe al que lo enchufes, así que tendrás que tener esto en cuenta de cara a dónde quieras utilizarlo: no cabe, por ejemplo, detrás de un mueble si pretendes dejarlo arrimado a la pared. Aunque siempre puedes poner un enchufe ultraplano acodado con una hembra a la que a su vez enchufar el enchufe inteligente.

Automatizaciones

Más allá del control desde una app o de darle al botón puedes hacer cosas bastante más sofisticadas como por ejemplo programar una automatización que según la temperatura de una habitación encienda o apague un ventilador. O crear una automatización que cinco minutos antes de que suene el despertador los días de semana encienda la cafetera para que cuando te levantes el café ya esté hecho. O que apague el árbol de Navidad a las tres de la mañana (por decir algo) en lugar de que se quede encendido toda la noche.

Otra automatización interesante es una que haga que cuando no quede nadie en casa se corte la corriente a cacharros como televisiones, videoconsolas, etc, que tienen un consumo residual –también conocido como consumo fantasma– sólo por estar en reposo. El enchufe en sí consume 0,4 vatios de pico cuando se conecta a la red para decir que está vivo, aunque la mayor parte del tiempo no consume nada. Así que si cuelgan de él cosas que consumen más ya puede merecer la pena. Aunque eso dependerá mucho de la tarifa eléctrica que tengas. Pero también está aquello de poner un granito de arena para luchar contra el calentamiento global. De la misma forma es muy sencillo crear otra automatización que vuelva a darles corriente en cuanto la primera persona llegue a casa.

Puedes hacer algo parecido si tienes una automatización de buenas noches para eliminar esos consumos cuando te vas a dormir; basta con reactivar los enchufes a la hora de levantarse. O un poco más tarde según lo que tengas enchufado a ellos.

Tanto la app de Aqara como Home+, por ejemplo, son capaces de leer el consumo en tiempo real de lo que hay conectado al enchufe, algo que Casa no hace. En mi caso utilizo esa función para que, si el consumo del enchufe de la TV de la sala está por encima de los 100 vatios y el nivel de luz está por debajo de los 35 luxes, encienda una lámpara que tenemos en una esquina. Es como un detector de presencia «a lo bestia» que asume que si la tele está encendida es que estamos en la sala. Ojo que si bien la app de Aqara da los consumos en vatios, HomeKit los muestra en milivatios. Hasta que caí en eso estuve un buen rato devanándome los sesos para averiguar por qué la automatización encendía la lámpara estuviera encendida o no la tele.

El enchufe en sí tiene un temporizador de apagado que puedes activar desde la app de Aqara entre un minuto y 23 horas y 59 minutos, aunque viene con preajustes definidos de 10, 30 y 60 minutos.

En fin, que es un accesorio fácil de utilizar, no excesivamente caro, y que permite añadir muchos electrodomésticos, luces y similares a tu casa «inteligente» aunque ellos mismos no lo sean. Con un poco de imaginación le sacarás mucho jugo.

_____
Los enlaces a Amazon llevan nuestro código de asociado, así que si compras el enchufe o alguna otra cosa tras haberlos seguido es posible que cobremos algo en forma de comisión.

Compartir en Flipboard Publicar / Tuitear
PUBLICIDAD


Por @Alvy — 17 de Agosto de 2023

Una colección de calculadoras de entre 1968 y 1983

A Greg Maletic le fascinan las calculadoras antiguas, de modo que atesora cerca de 250 que ha restaurado y mostrado en una exposición: Calculadoras 1968-1983. Las hay de todos los colores, con todas las funciones y de todos los diseños distintos. En Flickr pueden verse algunas como galería de fotos.

Esta colección explora estos notables objetos de diseño, junto con las historias que hay detrás de por qué tienen el aspecto que tienen y funcionan de la manera en que lo hacen. En unas pocas décadas, uno de los productos más importantes del mundo pasó de ser indispensable a irrelevante.

Las calculadoras tienen un encanto especial, sobre todo para quienes convivimos con ellas desde sus inicios, más que para quienes sólo las han usado en el móvil o en clase como artilugio de tortura en las clases de física.

No recuerdo cuál fue mi primera calculadora, pero sí que recuerdo una Casio superbásica que hacía poco más que las operaciones aritméticas básicas, aunque contaba con un extra que nunca he vuelto a ver: tenía reloj y cronómetro. Luego usé otras Casio más avanzadas hasta llegar a mi favorita, una Texas Instruments SR-50 que, entre otras cosas tenía unos preciosos ledes rojos (y batería recargable, que solía dejarme colgado en los exámenes). Un detalle divertido es que el SR significa Slide Rule, «regla de cálculo».

Si te gustan estos chismes, por cierto, no te pierdas la MyCalcDB, una base de datos de calculadoras de la época, por marcas, modelos y características.

(Vía Core77.)

Relacionado:

Compartir en Flipboard Publicar / Tuitear
PUBLICIDAD


Por @Wicho — 16 de Agosto de 2023

Un Ring Intercom instalado al lado del telefonillo de un portero automático

He estado probando un Ring Intercom de Amazon que me han prestado. Básicamente es un dispositivo que te permite contestar desde tu móvil al portero automático de tu casa o de tu oficina o de lo que sea siempre que tengas conexión a Internet– y, si es necesario, abrir la puerta. Puedes compartir ese control con más personas si quieres.

En la caja viene todo lo necesario para instalarlo:

  • El Ring Intercom propiamente dicho con su batería, que tendrás que cargar mediante su conector USB mini. Viene un cable USB A a mini para ello, pero no un cargador.
  • Tres cables planos de los que usarás uno –aunque a lo mejor no todos sus hilos– para conectarlo al telefonillo.
  • Un destornillador con cabeza de estrella y plana para abrir el telefonillo y para conectar los cables.
  • Dos tojinos y sus correspondientes tornillos por si quieres fijar el Intercom así a la pared, aunque también tiene dos tiras adhesivas por si no quieres hacer agujeros. Eso sí, como puedes ver en la foto el cacharro ocupa lo suyo.
  • Una guía de inicio rápido y un folleto con las cosas legales pertinentes… y ya.

La instalación es muy sencilla, aunque antes de decidirte a adquirirlo deberías comprobar si es compatible con tu portero automático, lo que puedes hacer en línea. Ojo: aunque el portero automático de tu casa soporte vídeo, como sucede con el mío, Ring Intercom sólo soporta audio.

Si es compatible lo es primero tendrás que crearte una cuenta en Ring si no la tienes ya. Y luego seguir las instrucciones de la app, que son completas y claras. Dice que puedes tardar entre 20 y 30 minutos pero lo cierto es que a mí no me llevó ni cinco.

La app te pide que identifiques el fabricante y modelo de tu telefonillo y te va diciendo qué cable de los tres que vienen en la caja has de utilizar y a qué terminales conectarlo. Un detalle extra que facilita la instalación es que el plástico aislante del extremo de cada uno de los hilos de los cables planos viene ya precortado, así que sólo tienes que quitarlo para poder conectarlo al terminal correspondiente.

Una vez conectado físicamente la app te indica cómo probarlo, aunque para esto es más cómodo si tienes a alguien que pueda echarte una mano y que llame desde el portal mientras sigues las instrucciones de la app.

La única salvedad es que el Ring Intercom sólo soporta WiFi de 2,4 GHZ, así que si tienes una red de 2,4 y 5 GHz que tenga el mismo nombre en las dos bandas necesitarás poder poner en pausa la de 5 GHz en las fases iniciales de la instalación del Intercom.

Seguir leyendo: «Prueba del Ring Intercom, un gadget para poder contestar el portero automático y abrir la puerta si hace falta desde cualquier sitio»

Compartir en Flipboard Publicar / Tuitear
PUBLICIDAD