Por @Alvy — 2 de Junio de 2023

TimeGuessr

TimeGuessr es una suerte de combinación de GeoGuessr y Chronophoto, un juego consistente básicamente en adivinar el año y lugar en que están tomadas cinco fotografías y sumar punto cuanto más te aproximas.

Para datar las fotos se puede intuir la época por el aspecto y atuendos de los protagonistas, por el hecho de que estén en blanco y negro o en color –aunque esto a veces es un poco engañoso– o por cualquier otro detalle, como que sean fotos de eventos históricos o noticiosos.

En cuanto a la ubicación, muchas veces aparecen carteles, matrículas, uniformes, monumentos o edificios fácilmente reconocibles. Ahí se puede llegar a afinar sobre el mapa tanto como quieras, porque el zoom no tiene límite; de hecho cuanto más cerca se esté del lugar donde está tomada la foto, mejor que mejor.

TimeGuessr es entretenido y cada día tiene cinco fotos distintas como reto, que proporcionan entre 0 y 5.000 puntos por pregunta (tanto para la fecha como para el lugar) aunque los errores de bulto, por ejemplo creo de que más de 30 años, te dejan a cero. Muy entretenido.

(Vía Flowing Data.)

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Por @Wicho — 22 de Mayo de 2023

El disco en mi manoCuando me voy de viaje y me llevo la cámara tengo la costumbre de copiar las tarjetas al final del día en el disco interno del ordenador. Pero desde que mac OS utiliza el formato APFS saber cuánto espacio hay libre en el disco es casi imposible. Así que decidí que para no andar con agobios me iba a comprar un disco externo para estos menesteres. Y el agraciado ha sido un SSD SanDisk de 1TB con conexión USB-C 3.2 con el que estoy encantado.

Opté por un SSD porque para andar todo el día metido en mi mochila me parecía mejor opción que un disco tradicional. Además, este en concreto está protegido contra caídas de hasta dos metros y tiene protección IP55 contra agua y polvo.

Otra consideración es que el precio de los SSD ha bajado mucho en los últimos tiempos, con lo que es comparable con el de los discos externos USB de toda la vida: el modelo que compré –1 TB y 520 MB/s de velocidad de transferencia– ahora mismo sale por 89 euros en Amazon.

Hay otros modelos dentro de la gama con más capacidad y velocidad de transferencia, pero pensé que para lo que yo lo quería esa opción era suficiente, ya que no se trata de grabar ni editar vídeo directamente en él; como mucho procesar alguna foto por la noche en el hotel, y para eso los 520 MB/s me resultan más que suficientes.

En la práctica lo de los 520 MB/s quiere decir que mi MacBook Air es capaz de copiar una tarjeta SanDisk Extreme de 32 GB y 120 MB/s llena de archivos RAW de 27,1 MB al disco en algo menos de cuatro minutos y medio. Eso sí, para eso tengo que usar un lector de tarjetas USB 3, ya que mi cámara sólo es USB 2. Si trabajas con muchos archivos pequeños o con unos pocos muy grandes la velocidad puede variar en función de lo que se líe el sistema operativo al moverlos. Pero me parece una velocidad más que aceptable para copiar tarjetas al final del día, que es mi uso principal. Aunque también me sirve para mover datos a mis copias de seguridad remotas.

También necesitarás un cable capaz de dar la velocidad que puede dar el disco o los puertos USB de tu ordenador o dispositivo con el que vayas a usarlo; no todos los cables USB-C son iguales. Aunque lo parezcan. En este sentido en la caja del disco viene un cable USB-A a USB-C de unos quince centímetros; si tu cacharro sólo tiene USB-C tendrás que hacerte con el cable adecuado o con un adaptador.

El disco viene formateado en ex-FAT y así lo he dejado para maximizar su compatibilidad con otros dispositivos aparte de mi portátil, pero no hay ningún problema en darle otro formato si así lo prefieres o necesitas.

Además de funcionar bien el disco es minúsculo y muy ligero: mide 9,68×4,7×0,99 centímetros y pesa sólo 40,82 gramos. Aunque hay que verlo y sentirlo en la mano para realmente darse cuenta de lo que significa eso. Se puede esconder detrás de mi iPhone 8 o de prácticamente cualquier móvil del mercado actual sin que lo veas.

Si tuviera que ponerle un pero es que no tiene ningún LED que indique que está conectado a nada ni que está haciendo cosas; lo eché de menos un día que el disco no montaba, aunque al final resultó ser porque estaba usando un cable que había pasado a mejor vida.

Pero vamos, que estoy encantado con la compra.

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El enlace a Amazon lleva nuestro código de asociado, así que si compras el disco o alguna otra cosa tras haberlo seguido es posible que cobremos algo en forma de comisión.

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Por @Alvy — 8 de Abril de 2023

Office Life in the 1980's (Vintage Photos) - Guru

La vida de la oficina en los 80s es una galería de fotos de Guru que datan de la década de 1980 y que muestra cómo eran entonces las oficinas, las gentes que las poblaban y los objetos que había en ellas, con los ordenadores como «novedad».

Lo más interesante, aparte de la moda la época, son para lo diversos gadgets, entre los que he podido distinguir:

  • Terminales
  • Impresoras matriciales de papel continuo
  • Teléfonos fijos
  • Calculadoras
  • Cajas de manuales
  • Dispensadores de papel celofán
  • Disquetes y archivadores de disquetes
  • «Manos libres» para colgarse el teléfono (fijo) del hombro
  • Máquinas de escribir eléctricas

Como homenaje personal a la época, y prueba de que efectivamente así eran las cosas, he aquí mi mesa de redacción / laboratorio en 1986, que donde creábamos la revista Commodore World:

Commodore World 1986 (CC) Alvy

Ahí se ven un Commodore 64 y un C-128, varias unidades de disquetes (1541, Super Disk Drive) un par de impresoras matriciales ahí a lo bestia encima de los televisores (que hacían las veces de monitores), un datasette y disquetes a mansalva, con sus cajas y archivadores.

En esta otra galería de Guru hay otra galería similar pero más adecuada para ingenieros y arquitectos: La vida en las oficinas antes del AutoCAD. Aquí los protagonistas son los preciosos tableros gigantes llenos de reglas, escalas y otros instrumentos de dibujo técnico.

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Por @Alvy — 19 de Enero de 2023

The Inner Beauty of Basic Electronics - IEEE Spectrum
Un condensador de tántalo / Open Circuits, de Windell Oskay y Eric Schlaepfer

Los dispositivos electrónicos están fabricados con placas y circuitos. Las placas están llenas de minúsculos componentes. Pero… ¿qué hay dentro de esos componentes? En el libro Open Circuits se da buena respuesta a esta pregunta, con espectaculares macrofotografías de diversos componentes electrónicos, convenientemente cortados en sección para que se pueda apreciar cómo son por dentro.

The Inner Beauty of Basic Electronics - IEEE Spectrum
Un conector eléctrico / Open Circuits, de Windell Oskay y Eric Schlaepfer

En el libro hay un poco de todo, porque tiene más de 300 páginas: cables, conectores, componentes básicos (resistencias, transistores, condensadores…) También hay displays, ledes, y secciones de las propias placas para circuitos, en diversos materiales. Los componentes parecen elegidos en parte por su función en parte por su belleza, pues son todos coloridos y muy vistosos.

Entre las rarezas se puede ver por ahí una memoria de ferrita, relés y transformadores. Toda una gozada que permite maravillarse no sólo de su aspecto sino de lo complicado que es a veces todo lo que hay en su interior debajo de su aparente simplicidad exterior.

(Vía Spectrum.)

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Un libro de @Alvy y @Wicho

Se suponía que esto era el futuro | un libro de Microsiervos, por Alvy y Wicho

Se suponía que esto era el futuro
Ciencia, tecnología y mucho más
www.microsiervos.com/libro