Por Nacho Palou — 24 de Noviembre de 2011

Hace unos días tuve ocasión de probar las nuevas Nikon 1 (V1 y J1) en un breve photowalk organizado para la ocasión. De modo que estas son mis impresiones de estas cámaras tras un rato con ellas.

Nikon 1 V1 y J1

Ambos modelos son fruto del mismo planteamiento: cámaras de pequeñas dimensiones pero de gran rendimiento y que cuentan con la posibilidad de cambiar los objetivos y de capturar con ajustes manuales o semimanuales (modos P, A, S y M).

Aunque la idea así es similar al sistema micro cuatro tercios y similares -y de hecho es muy parecida por concepto, tamaño y precio-, las Nikon 1 no pertenecen a sistema conocido. El sensor de un pulgada de las Nikon 1 es menor, a medio camino entre el más habitual de las compactas y el utilizado en micro cuatro tercios.

Las diferencias entre la V1 y la J1, aunque apreciables, no son muy significativas.

La V1 es algo más grande -incorpora visor y zócalo para flash externo y otros accesorios como GPS o micrófono externo para vídeo-; y también es algo más cara.

La J1 es más pequeña y en algunos aspectos -pocos- más simple. Y más barata.

En cualquier caso estas cámaras están pensadas para utilizarse principalmente en modo automático: los ajustes y controles manuales existen pero no están a mano -permanecen ocultos con relativo acierto para un uso más ocasional y esporádico- y no son especialmente cómodos de manejar, caso del enfoque manual.

Lo malo de esto es que hará que muchos usuarios no lleguen a utilizar los controles manuales nunca, con lo que no aprovecharán todo el potencial de la cámara.

Lo bueno es que de este modo la cámara intimida menos.

Entre las compactas y las réflex


Imagen tomada con la Nikon 1 J1 y objetivo 10 mm; debajo, recorte al 100% de la parte recuadrada en rojo.

Pero la idea de Nikon es que las Nikon 1 resulten atractivas para usuarios que valoren su combinación entre calidad, tamaño y posibilidad de intercambiar ópticas -que se traduce en tener una cámara más versátil y capaz para distintas situaciones-, pero que no necesariamente están acostumbrados ni quieren utilizar controles manuales.

¿A quién van dirigidas?

Si habitualmente utilizas una réflex y buscas algo que pese menos en la bolsa para el día a día, esta no es una alternativa de entrada. Aunque podría llegar a serlo lo cierto es que tampoco vas a ahorrar mucho más peso y después de todo igualmente necesitas una bolsa para llevarla con varios objetivos. Y probablemente te acabarás sintiendo en medio de ninguna parte, echando de menos algunas funciones y la comodidad de los ajustes manuales de una réflex.

Si por el contrario utilizas habitualmente una cámara compacta y se te queda corta por prestaciones, velocidad o capacidad de la óptica; o te desespera el habitual retardo en el disparo y la, en general y salvo honrosas excepciones, calidad de las fotos, entonces las Nikon 1 pueden ser una opción a tener en cuenta.

NIKKOR-10-30-30-110.jpg

En comparación con utilizar una compacta puede parecer que eso de cambiar de objetivo es algo complicado, engorroso e incluso intimidante.

Es cierto, toda la razón. Implica cargar con bártulos, pararse a cambiar de objetivo y encontrarse con que nunca está puesto el ideal.

Pero merece la pena y cuando te acostumbras llega a ser hasta divertido. Los resultados que obtendrás al utilizar una focal fija y luminosa como el pancake (10 mm f/2.8, equivalente a un 27 mm) o al grabar vídeo con algo como un 10 - 100 (27 - 270 mm) es algo que nunca podrás obtener con una compacta, por muy buena que sea.

Además intercambiar objetivos es una posibilidad pero no una obligación, por ejemplo si se utiliza un objetivo como el 10 - 30 mm que es válido para casi todo tipo de situaciones.

En la mano

Que disponga de ópticas intercambiables hace que tamaño y peso de estas cámaras sean mayores con respecto a una compacta, por lo que son algo más incómodas de llevar. Hace que sea necesario recurrir a una bolsa.

La estética no despierta ningún sentimiento -nada que ver con la Fuji X100, otro ejemplo de compacta supervitaminada, con sensor aún más grande y ajustes manuales pero de óptica fija- pero refleja claramente su enfoque simple y práctico y los acabados y el tacto son buenos (la V1 es de aleación de magnesio y aluminio, la J1 solo aluminio), aunque resultan un poco pequeñas para poder manejarlas cómodamente, especialmente si se intentan usar los modos manuales.

Al ser tan pequeño el cuerpo la sensación que transmite la cámara en la mano varía mucho según qué objetivo se utilice. Por ejemplo con el Nikkor 10 mm f/2.8 es muy manejable (similar a una compacta). El zoom 10 - 30 marca un poco el límite y a partir de ahí, los objetivos 30 - 110 y ya el aparatoso 10 - 100 mm (equivalente a un 27 - 270 mm) desequilibran mucho el conjunto.

Eso sí, los resultados son mucho mejores gracias a la combinación de ópticas Nikkor decentes -aunque con un aspecto demasiado de plástico- y un sensor de mayor tamaño y calidad incluso a valores ISO altos y condiciones de poca luz.

La potencia de la combinación entre el sensor y la electrónica de la Nikon 1 queda reflejada en aspectos como la velocidad de enfoque -prácticamente instantánea, "las más rápida que existe, contando las réflex" según Nikon- y en su capacidad para lograr proezas tales como capturar 60 fotogramas por segundo a resolución completa, 10,1 megapíxeles.

Ambas cámaras pueden capturar en formato raw, aunque de momento sólo es soportado por el software que viene con la cámara, no por programas como Lightroom o Aperture. Aperture ya es compatible con los archivos raw de estas cámaras (25/11).

Además es capaz de grabar vídeo Full HD (1920 x 1080 píxeles) progresivo a 30 fotogramas (o 60 en modo interlazado) y a la vez tomar fotografías a resolución completa -lo habitual es que al tomar una fotografía mientras se graba vídeo lo que se hace es guardar un fotograma como imagen.

También cuenta con modos de disparo como instantánea en movimiento que genera un fotografía y a la vez un vídeo Full HD de los instantes previos y posteriores al momento de pulsar el disparador; o la grabación de vídeo a alta velocidad o la posibilidad de tomar una secuencia de fotografías previas y posteriores al instante capturado, características ya vistas desde hace tiempo en modelos Exilim de Casio, por ejemplo.

De algún modo las Nikon 1 se pueden considerar opciones a tener en cuenta para cualquiera que desee tomar fotografías de buena calidad y disponer de un equipo relativamente versátil, un paso más allá de lo que ofrecen las compactas.

El problema es que por precio (cuestan entre 549€ y 949€ dependiendo del modelo y kit objetivos) -pero también por el hecho de que prescinden de lo único positivo de las compactas, que es que caben en el bolsillo- se alejan mucho de las compactas a la vez que se solapan incluso con alguna réflex de entrada.

Pero dejan claro que esto ya no es lo que era, que ya no es imprescindible recurrir a una grande-pesada-y-compleja-réflex para obtener buenos resultados y grandes velocidades de enfoque y disparo.

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