Por @Alvy — 31 de Mayo de 2016

Un coche de policía examinado con detalle, como en este vídeo, es una especie de cruce entre el Batmobile y algún deportivo de James Bond, a saber:

Foco luminoso. GPS. Radar de velocidad. Radio y micrófono. Cámara de vídeo delantera. Escáner de código de barras para leer carnets de conducir. Ordenador portátil. Otra radio. Rifle. Recortada. Cargadores. Bolsa de gadgets. Manuales. Impresora térmica. Linterna. Kit médico. Alcoholímetro. Extintor. Herramientas diversas: gato, anti-pinchazos, llaves, etc. Cintas de todo tipo. Decenas de formularios. Pintura. Señales luminosas. Máscara de gas. Casco. Cono. Radar trasero. Cinta, incluyendo esa de «Police Line: Do Not Cross». Muñeco para calmar niños. Y por último, pero no por ello menos importante, libreta de multas.

Y seguro que me he dejado más de la mitad.

Actualización (mayo de 2020) – El vídeo original despareció, pero encontramos otro parecido y más reciente.

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