Por @Alvy — 24 de Marzo de 2023

Elektrocas HH3

Que en el CERN trabajan gentes raras y peculiares no es ninguna novedad. Lo divertido es ver los inventos maravillosos en los que se meten, desde –ejem– una red global de páginas de hipertexto en los 90 a, en esta ocasión un reloj de péndulo más preciso del mundo.

El invento se le ocurrió a Daniel Valuch, quien consiguió adquirir un Elektročas HH3 de péndulo, un enorme reloj de origen en la antigua Checoslovaquia, con su armario original de dos metros de altura. Era considerado hasta hace años una herramienta habitual en laboratorios de todo el mundo. Eso sí: el paso del tiempo había hecho mella en él: estaba un poco cascado, se notaba que alguien había tenido la feliz idea de ponerle un tiesto con una planta encima y se había filtrado la humedad y demás, pero tras el «rescate» consiguió restaurarlo y hacerlo funcionar correctamente.

Este reloj de péndulo tiene en su encarnación básica una precisión de unos 0,1 segundos por día, lo cual está bien, pero nada que ver con los relojes atómicos (o con la que marca tu ordenador/teléfono móvil ajustada por internet (protocolo NTP). Por eso su idea de científico loco fue conectarlo a un reloj de fuente de cesio del Laboratorio Nacional de Física (NPL) del CERN. Este reloj de cesio está a su vez relacionado con uno de los experimentos de partículas subatómicas (ALPHA) y se considera una «medida ultra precisa del tiempo».

Mediante un mecanismo controlado por la electrónica que leía la hora exacta del reloj de cesio Valuch podía desplazar el centro del gravedad del péndulo ligeramente, básicamente moviendo un poco un peso. El método consistió en obtener y trabajar estadísticamente las mediciones normales del reloj, luego aplicar el mecanismo de control y compensar periódicamente los retrasos/adelantos, que pueden deberse a cambios de temperatura, presión atmosférica, vibraciones de maquinaria cercana y demás.

El resultado es un chisme con aspecto aviejunado y manecillas horarias tradicionales pero que es en sí mismo el reloj de péndulo más preciso del mundo. Dice en su página que sólo atrasa 1 segundo cada 158 millones de años, lo cual puede que sea un poco un cálculo «de aquella manera», y no sé yo si del todo correcto, pero desde luego es todo un motivo de orgullo –y récord– para su creador.

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Por @Alvy — 17 de Marzo de 2023

Not By AI Badges — A Badge for Your AI-free Content

Not By AI es una curiosa y un poco distópica iniciativa que propone añadir unos sellos o etiquetas identificativas al contenido generado por humanos en contraposición con el contenido generado por las inteligencias artificiales de moda, ya sean textos, imágenes, música o de otro tipo. Hay básicamente tres tipos de sellos:

  • Escrito por humanos
  • Dibujado por humanos
  • Producido por humanos

Tal y como explican en la página donde se presenta la iniciativa:

Una experta estima que el 90 por ciento de los contenidos en línea podrían estar generados por IA para 2025. Con este aumento de los contenidos generados por IA es importante tener en cuenta que originalmente se entrenan con contenidos generados por humanos. Si los humanos siguen confiando únicamente en la IA para generar contenidos en el futuro, cualquier contenido nuevo podría acabar siendo simplemente contenido reciclado del pasado. Esto podría suponer un gran obstáculo para el avance de la humanidad. Tan solo limitando nuestra dependencia de la IA y continuando con la creación de contenidos originales podremos avanzar como especie.

En el menú hay un kit de sellos para descargar. Vienen los tres sellos (escrito/dibujado/producido) en formato EPS y SVG, en dos versiones, con fondo blanco y fondo negro. La página es una pequeña guía de estilo de cómo integrarlo en sitios web, obras de arte o blogs.

Generado por humanos¿Hasta qué punto es esto necesario? ¿No es perfectamente lícito crear textos o imágenes con estas IAs para ahorrar tiempo y trabajo? Hasta Google dice que los contenidos los han de escribir los humanos y para los humanos.

El caso es que estos sellos no tienen ninguna validez «legal»: nadie va a comprobar que el contenido no esté generado por una IA ni va a servir para protestar respecto a algo ni nada más, excepto para que un medio / creador de contenidos enfatice su «humanidad» frente a las IAs. Simplemente es una forma de dar visibilidad al «problema», si es que acaso existe, que también es algo que habrá quien dude. A mi me recuerda un poco a los sellos que se proponían para las imágenes retocadas con Photoshop o la marca de colores que le pone Dall-E 2 a las imágenes que genera.

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Por @Alvy — 16 de Marzo de 2023

En Digital Trends dedicaron un segmento divulgativo a las razones técnicas que impiden que los deportes en directo en calidad 4K sean algo habitual en la televisión de nuestros salones, donde el 4K es algo habitual desde hace años. Aunque la diferencia de calidad suele ser notable en películas y series a las que podemos acceder a través de las apps de streaming, lo que sucede con las emisiones en directo es algo distinto.

Hace algunos meses, por ejemplo, muchos pudimos disfrutar de todos los partidos del Mundial de fútbol en 4K a través de Gol Mundial, mientras que en RTVE se pudieron ver algunos partidos también en UHD-4K. El despliegue de Gol Mundial y sus comunicaciones funcionó bien en general, aunque los primeros días se producían cortes. Lo mejor: cubrían todos los partidos del evento (por un precio más que razonable, he de añadir: unos 20 euros). La calidad respecto a la emisión de RTVE era muy similar y se podía elegir entre 1080p y 4K en caso de problemas.

Estamos acostumbrados a que esas emisiones en 4K suelan limitarse a eventos puntuales: mundiales de fútbol, Juegos Olímpicos, la Super Bowl americana… Y esto es porque hay diversas dificultades como enumera el vídeo que hacen que no sea fácil adaptar todas las emisiones a 4K. Hay que tener en cuenta que «en directo» hay todos los días ligas de un sinfín de deportes más o menos populares, que requieren de decenas de cámaras por evento, además de toda la parafernalia de equipos de producción y transmisión.

En el caso concreto del formato 4K, las cuestiones técnicas son:

  • 4K significa cuatro veces más píxeles y más «de todo»: capacidad de procesamiento, cables, ancho de banda, consolas de vídeo, camiones, parabólicas… No hay nada más que ver el despliegue para cubrir un evento en directo (frente a simplemente grabarlo) para entender esa complejidad.
  • Hay que desplegar cámaras 4K para captar las imágenes con la máxima calidad, cámaras que son tremendamente caras en comparación con las habituales.
  • Han de añadirse adaptadores de 4K a 1080p en la fase de producción y emisión para que todo siga funcionando en los sistemas antiguos.
  • El añadido de HDR o Dolby Vision para obtener más calidad en la «calidad de los píxeles» complica todavía más las cosas.

Según explican, para tener que evitar ese despliegue de cámaras 4K y multiplicar por cuatro todo lo que las rodea, incluyendo los costes (que son difíciles de recuperar) una buena opción es utilizar 1080p escalado a 4K en HDR a 60 fotogramas por segundo. También se sabe que cuanta menor sea la compresión, mejor, de modo que visualmente resulta de mejor calidad un 1080p con poca compresión que un 4K muy comprimido (que es a lo que a veces se ven abocadas las cadenas).

Aunque la tendencia es ir avanzando poco a poco de unos formatos a otros, queda todavía un largo camino para que el 4K sea algo habitual en las emisiones en directo, igual que ya lo es con películas y series, especialmente las de nueva producción.

Naturalmente, el 8K que se puede ver desde hace tiempo en los televisores tope de gama de las tiendas puede ser considerado todavía una rareza, porque aunque técnicamente sea impresionante ahora mismo no hay apenas nada a nivel de contenidos más allá de algunas grabaciones experimentales y videojuegos capaces de aprovecharlo.

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Por @Alvy — 2 de Marzo de 2023

Este precioso y a la vez didáctico vídeo de Posy describe con lujosas imágenes de alta calidad la tecnología y funcionamiento de los VFD («visualizadores fluorescentes de vacío») que comenzaron a usarse en las primeras calculadoras, juegos electrónicos y todavía son muy comunes hoy en día en los equipos de alta fidelidad y vídeo por su vistosidad al ser especialmente brillantes, lo que permite verlos en todo tipo de condiciones de luz ambiente.

Los VFD los inventó Philips en 1959 y se fabrican con unas delgadas ampollas de vidrio al vacío con filamentos que operan a 12 voltios. Al polarizar esos filamentos la corriente los ilumina de forma uniforme, lo cual es una de sus ventajas. Los diseños de los VFD son muy flexibles y una de sus mejores características: además de utilizarse como visualizadores de siete segmentos o más para mostrar números y letras pueden crearse diseños a medida de lo que se necesite, como flechas, palabras, logotipos…  Por su alto consumo en comparación con las pantallas LCD tuvieron difícil competir y hoy en día son menos comunes, pero nadie les quita su encanto.

Otra de las curiosidades tiene que ver con los colores: el color de un VFD depende del tipo de fósforo que se utilice y además puede modificarse con diversos filtros superpuestos en los propios aparatos. La mayor parte de los VFD suelen ser blancos, pero se pueden combinar con filtros azules o verdes; también los hay naranjas, rojos o incluso dorados. Lo malo de usar filtros es que absorben mucha luz, pero todo es cuestión de gustos.

Otros vídeos de Posy:

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