Por Nacho Palou — 7 de Mayo de 2018

El sistema de pilotaje autónoma MapLite (que está desarrollando el laboratorio Csail del MIT) prescinde de los mapas tridimensionales que utilizan la mayoría de los coches autónomos para determinar por dónde ir cuando circulan sin conductor. En su lugar MapLite se vale únicamente del radar láser (lídar) y del GPS para “suponer” por donde discurre la carretera o el camino.

Los mapas tridimensionales utilizados habitualmente son tan detallados que distinguen los carriles, las curvas e incluso algunas señales, según explican en el vídeo Self-Driving Cars for Country Roads. De modo que cuando esos coches autónomos circulan más allá de las zona cubierta por el mapa carecen de esa información, como es el caso de la mayoría de carreteras y caminos rurales.

Los investigadores del Csail hacen uso del radar lídar (que funciona enviando haces de luz láser en todas direcciones y detectando los obstáculo según el tiempo que tarda en rebotar la luz) para recrear una imagen tridimensional del entorno y determinar cuáles son los bordes probables de la carretera o del camino. Con esa información el vehículo calcula en tiempo real cuál es la trayectoria más probable que debe seguir el vehículo para mantenerse dentro de los márgenes.

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