Por @Alvy — 21 de Octubre de 2010

Cuando creíamos haberlo visto todo en el mundo de la robótica, llega E.A.R.L., un robot que juega a los bolos. Tal y como cuentan en Popular Science es capaz de repetir los movimientos con precisión milimétrica y conseguir un tiro perfecto sin demasiados problemas: dicen que en alguna ocasión ha marcado una partida perfecta: 300 puntos (12 plenos).

Sin embargo, esta bestia que acojonaría incluso a Jesús Quintana perdió miserablemente contra un campeón humano: Chris Barnes batió a la máquina por 259 a 209 en un «reto oficial» celebrado recientemente. ¿Cómo lo hizo?

El secreto es que las pistas de bowling se pulen e impregnan con un aceite especial para conservarlas y a la vez mejorar el deslizamiento de las bolas. Si se realiza siempre el mismo lanzamiento por el mismo sitio el aceite acaba desgastándose de forma no uniforme y modificando el rozamiento de la pista, algo que influye sobremanera en el giro y trayectoria de la bola. El campeón humano supo ajustar su tiro gracias a la experiencia más rápidamente de lo que pudo hacerlo el robot, que no pudo superar las cambiantes condiciones de la pista.

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