Por @Alvy — 16 de Marzo de 2024

Feeeed: un nuevo e interesante lector de feeds para iOS

¿Están muertos los feeds RSS? ¡No! Cual irreductibles galos parecen resistirse con uñas y dientes a su desaparición. Tal y como comentábamos al hablar de redescubrir la experiencia de leer gracias a los RSS de los medios, blogs y diversos servicios, siguen teniendo su utilidad: más control, mejores contenidos y la decisión personal acerca de lo que lees. A esta lucha contra «el invasor», ya sea el algoritmo de las redes sociales o la IA se une ahora Feeeed (ahí, con cuatro «e»s, toma ya), un nuevo lector de RSS para iOS.

Todavía no he podido probarlo en toda su profundidad, pero lo instalé tan pronto como me llegó el enlace y a simple vista va bastasnte bien. Es gratuito y se instala con un clic como cualquier app. Si te gusta una web basta ir a Subscribe y teclear su URL (la de la web en cuestión, que puede encontrar automáticamente cuál es la URL del feed) y ya está.

La app tiene un botón Home para ir a tu portada, otro llamado Explore donde aparecen combinados todos los feeds por fecha y un menú desplegable por otras opciones: temas (que parece seleccionar por categorías o palabras clave), lista de lectura, carpetas…

Feeeed también tiene una interesante opción, habitual de este tipo de lectores: poder importar y exportar listas de feeds en OPML. De este modo puedes trasladar tus feeds favoritos, ya sean unos pocos o cientos, de una app a otra, y comparar. Definitivamente, una app interesante para probar y ver qué tal va en el uso del día a día.

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Por @Alvy — 15 de Marzo de 2024

El mapa de las rutas marítimas del correo postal a principios del siglo XX

El Mapa de las rutas marítimas del correo de MacDonald Gill (1937) es una auténtica preciosidad. Forma parte de la impresionante colección de mapas de David Rumsey, que por aquí hemos referenciado más de una vez. Muestra por dónde navegaban los grandes barcos de vapor de las primeras décadas del siglo XX para transportar el correo postal.

El mapa de las rutas marítimas del correo postal a principios del siglo XX

Según cuentan, el trabajo fue encargado por la Oficina de Correos del Reino Unido y formaba parte de una serie de postales que mostraba la historia marítima del correo postal. Es especialmente curiosa la proyección del mapa, muy centrada en el hemisferio Norte, zona que queda bastante deformada aunque legible, mientras que el hemisferio Sur queda un poco raro hasta el punto de que hay dos Antártidas y dos Polos Sur.

El mapa de las rutas marítimas del correo postal a principios del siglo XX

Otro detalle interesante es que en la parte inferior aparecen todo tipo de barcos que, de un modo u otro, han transportado correo, comenzando por los años 900 y 1200 (durante las Cruzadas) hasta llegar al RMS Queen Mary (1936) y al SS Mauritania (1907). Estas siglas por cierto significan «Royal Mail Ship» (barco del correo Real) y «Steam Ship» (barco de vapor); el famoso RMS Titanic también era un barco con esta prestigiosa denominación.

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Por @Alvy — 15 de Marzo de 2024

¡Se acabó el sufrir con las manchas de café en tu ropa gracias a este increíble paquete de CTAN!

No se puede negar que programadores y científicos tengan un fino sentido del humor. Un perfecto ejemplo sería este paquete/extensión creado por Hanno Rein y Patrick Bideault que sirve para añadir marcas de tazas de café a los documentos generados con LaTeX, el popular editor para trabajos científicos.

Llamada Coffeestains (CTAN) tan solo hay que instalarla para disponer de varias opciones:

  • Huella de taza de 270° con un par de salpicaduras
  • Huella de taza de 60°
  • Dos salpicaduras de tonos claros
  • Dos salpicaduras más coloridas

Con esta extensión, dicen sus creadores, «te ahorras tener que añadir las manchas manualmente» (osea: dejando la taza de café real sobre el papel físico, estropeándolo en el proceso). Algo que podría considerarse una rara especie de avance científico en sí mismo: siempre va a acabar pasándote; al menos así ahorras tiempo.

(Vía @algoritmic.)

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Por @Wicho — 14 de Marzo de 2024


Impresión artística de la Voyager 1 en el espacio intergaláctico – NASA-JPL/Caltech

Desde el pasado mes de noviembre la sonda Voyager 1 sufre un problema que le impide transmitir datos de sus instrumentos ni de telemetría. Aunque afortunadamente sí hay comunicación con la ella gracias a que el Computer Command System (CCS, Sistema informático de mando), el ordenador de a bordo encargado de decodificar los comandos que se envían a la sonda así como de la detección y corrección de fallos funciona correctamente. La agencia lleva desde entonces intentando solucionarlo sin éxito. Y cuando ya empezábamos a perder la esperanza ha saltado la noticia de la Voyager 1 ha vuelto a dar señales más o menos coherentes de vida.

El pasado día 3 la señal que llegó de ella era un poco diferente a la de días anteriores, sin ser aún legible. Pero el día 10 alguien de la Red de Espacio Profundo de la NASA fue finalmente capaz de decodificarla. Y resultó que lo que contiene es una copia completa de la memoria del Flight Data System (FDS, Sistema de datos de vuelo), el ordenador que se encarga de recoger los datos de los instrumentos aún en funcionamiento y de los sensores de la sonda y de empaquetarlos para su envío a Tierra.

La memoria del FDS incluye los programas que ejecuta así como las variables con las que trabajan esos programas y que pueden cambiar en función de los comandos ejecutados o del estado de la sonda. También contiene los datos recogidos por los instrumentos y la telemetría de la nave.

Eso es una magnífica noticia no sólo porque por fin hay datos recientes sino porque, además, el equipo de la misión cree que el problema está precisamente en el FDS. Así que ahora pueden comparar la señal recibida el día 3 con una copia anterior de la memoria del FDS para intentar ver qué ha pasado y dónde puede estar el origen del problema.

Aunque en cualquier caso aún queda camino por recorrer, entre otras cosas porque a la distancia que está la Voyager los comandos que se le envían tardan 22 horas y media en llegar. Y son necesarias otras tantas para recibir la respuesta.

Pero además primero habrá que determinar si el origen del problema está efectivamente en el FDS –esperemos que sí– para poder seguir adelante; luego ver cómo solventarlo; hacer las pruebas pertinentes en tierra; y finalmente enviar los comandos necesarios a la Voyager 1 para solventarlo.

Suponiendo que se pueda, pues la sonda ya tiene unos años: lanzadas respectivamente el 5 de septiembre y el 20 de agosto de 1977 las Voyager 1 y 2 –sí, la Voyager 2 despegó antes que la 1– son las dos sondas en activo más longevas. Además, son las que más lejos están de la Tierra, explorando partes del universo a las que no habíamos llegado antes; de ahí el interés en mantenerlas en funcionamiento todo lo posible. Y de ahí que la NASA haya actualizado hace poco su software con ese objetivo.

Así que el éxito no está asegurado. Pero podemos seguir teniendo esperanza.

Están en Twitter como @NASAVoyager, aunque la cuenta @NSFVoyager2 también habla bastante por ellas.

Si te interesa saber más sobre ellas recomiendo encarecidamente el libro Viajes interestelares de Pedro León, en el que está todo lo que querías saber y algunas cosas que no sabías que querías saber de la historia de las sondas Voyager.

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