Por @Alvy — 27 de Febrero de 2012

El orden en que se grabaron y proyectaron las películas de la saga de La guerra de las galaxias, para muchos el orden natural es

IV, V, VI, I, II y III

Pero el orden cronológico de la propia saga sería

I, II, III, IV, V y VI

¿Cómo debería verlas alguien que no las haya visto nunca? Una propuesta bastante bien razonada que vi pasar por Neatorama proviene de Rod Hilton, quien plantea verlas ordenadas a machete, que no es sino este otro ingenioso orden:

Machete Order-580X142-500X122

IV, V, II, III y VI

La ordenación a machete tiene varias ventajas, entre ellas que no desvela la relación Vader-Luke hasta el Episodio V –que de otro modo quedaría desvelada por las precuelas– y además permite disfrutarlas en «una sucesión de emociones y altibajos más fuertes» según su defensor.

Pero lo más avispados ya se estarán preguntando… ¿Dónde queda el Episodio I? Fácil: eliminado de la saga. Eso permite ahorrarse no solo a Jar-Jar Binks sino también la escena de acción de la carrera de vainas, el rollo de los midiclorianos y las concepciones virginales… Sin todo eso, «en realidad no te pierdes gran cosa», dicen.

Star Wars en 3-DAhora que han reestrenado Star Wars: La amenaza fantasma mejorada en 3-D y tras haberla visto el par de veces de rigor en salas de pantalla gigante yo sería más clemente y recomendaría volver a verla aunque fuera en un «aparte». Lejos de ser una aberración mal montada, el 3-D no está mal, aunque tampoco aporta demasiado… pero hay que reconocer que está bien conseguido. Si hace años que no has visto la película la verdad es que se pueden captar detalles muy interesantes y entrelazados de la saga que quizá en su momento pasaron por alto sin pena ni gloria.

Además, conviene volver a ver La amenaza fantasma en el nuevo formato por una poderosa razón: la proyección es digital, y hay una diferencia enorme entre las copias originales en 70 mm de hace más de una década –o de las televisiones actuales– y la versión digital de pantalla grande: tanto que se pueden ver hasta los más ínfimos detalles en cada secuencia, aunque haga falta verla varias veces para fijarse en todos ellos.

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