Por @Wicho — 2 de Marzo de 2024


El Lucky Lady II, abajo, avión protagonista del vuelo, durante uno de los repostajes – Fuerza Aérea de los Estados Unidos

El 2 de marzo de 1949 el B-50A Lucky Lady II aterrizaba en la Base de la Fuerza Aérea de Carswell en Texas, de dónde había despegado 94 horas y un minuto antes. La peculiaridad es que lo hacía tras haber recorrido casi 37.750 kilómetros sin escalas. Fue el primer vuelo sin escalas alrededor del mundo.

Aunque fueron necesarios cuatro repostajes en vuelo para poder completarlo en los que el Lucky Lady II recibió combustible de aviones nodriza KB-29M que habían sido enviados a Lajes en las Azores, Dhahran en Arabia Saudí, la base aérea de Clark en Filipinas y la base aérea de Hickam en Hawai.

En cada base para los KB-29M había, de hecho, tres aviones por si acaso aunque sólo uno fuera necesario para el repostaje por si uno fallaba. Volaron acompañados de aviones de carga C-54 y un C-97 con apoyo logístico


El recorrido del vuelo – Fuerza Aérea de los Estados Unidos

También había preparados cinco B-50A en los que se instalaron los sistemas de repostaje con la idea de que al menos uno lo consiguiera. Y de hecho el Lucky Lady II no fue el primero en intentarlo: antes lo hizo el Global Queen II, que despegó de Carswell el 25 de febrero pero se vio obligado a aterrizar en Lajes 16 horas después por problemas con uno de sus motores.

Todo esto se hizo de forma muy discreta, pues la Fuerza Aérea de los Estados Unidos no tenía claro que fueran a conseguirlo. Así que no anunciaron nada hasta después de que el Lucky Lady II terminó su vuelo.

Iba a los mandos el capitán James Gallagher; a bordo iban en total catorce personas para poderse ir turnando durante el vuelo. Gallagher y su tripulación recibieron numerosos homenajes y premios, así como la Cruz de Vuelo Distinguido. No así las tripulaciones de los aviones nodrizas, que al parecer fueron simplemente ignoradas.

Pero todo esto no se hizo en aras de llevar un poco más allá los límites de la aeronáutica. O al menos no simplemente por eso: después del aterrizaje del Lucky Lady II en Carswell el Teniente General Curtis E. LeMay, comandante del Comando Aéreo Estratégico (SAC), explicó la importancia del vuelo diciendo que las Fuerzas Aéreas podían ahora llevar una bomba atómica a cualquier lugar del mundo.

El Lucy Lady II sufrió más tarde un accidente pero su fuselaje aún puede verse en el Museo del Aire Planes of Fame en Chino, California

El Lucky Lady I fue también –entre otros, ya que es un nombre que se repite– uno de los dos B-29 que entre finales de julio y principios de agosto de 1948 hicieron un vuelo alrededor del mundo con ocho escalas en 15 días tras 103 horas y 50 minutos en el aire. El Lucky Lady III fue un B-52B que junto con otros dos aviones del mismo modelo volaron alrededor del mundo sin escalas entre el 16 y el 18 de enero de 1957 tras 45 horas y 19 minutos en el aire. A sus mandos iba el Teniente Coronel James H. Morris, quien había sido el copiloto del Lucky Lady II en 1949 en su vuelo alrededor del mundo.

Hoy en día ningún avión civil o militar es capaz de volar alrededor del mundo sin escalas en el primer caso o sin al menos repostar en el segundo. Aunque hay vuelos regulares comerciales muy largos como el de Singapore Airlines entre Singapur y Nueva York, con casi 17.000 kilómetros de recorrido según la ruta de cada día.

Y Qantas no se va a quedar a la zaga con sus vuelos del Proyecto Sunrise, que a partir de 2025 pretende unir los 17.000 kilómetros de un Sydney-Londres o los 16.000 de un Sydney-Nueva York también sin escalas. Eso sí, van a usar para ellos unos Airbus A350-1000 convenientemente tuneados para esos vuelos.

(Vía Eileen Bjorkman).

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