Esta semana la NASA anunció que superada la fase de pruebas y calibración de sus instrumentos y realizado un último ajuste que la deja en una órbita polar de algo menos de 50 kilómetros de altura la sonda Lunar Reconnaissance Orbiter está ya en pleno funcionamiento: NASA Lunar Satellite Begins Detailed Mapping of Moon's South Pole.
El objetivo de la sonda, que tiene una misión de una duración prevista inicialmente de un año, es recopilar información detallada acerca de la superficie de la Luna y de sus condiciones, en especial de cara a identificar lugares adecuados para el aterrizaje en el futuro de una nave tripulada.
Para ello lleva a bordo diversos instrumentos:
Aún cuando la sonda apenas acaba de empezar con su tarea de recolección de datos la NASA ha adelantado ya algunos datos preliminares acerca de sus observaciones.
Por un lado, los primeros resultados del LEND indican que en las regiones permanentemente en sombra del sur de la Luna podrían albergar depósitos de agua e hidrógeno:
Variaciones en el flujo de neutrones - NASA/Institute for Space Research (Moscú). Original en LRO Early Results Press Conference Visuals
Y aunque habrá que confirmar estos resultados lo cierto que el Diviner ha medido temperaturas de unos 33 grados kelvin (unos 240 grados bajo cero) en el interior de alguno de los cráteres, temperatura a la que podrían mantenerse depósitos de hielo de agua o hidrógeno durante miles de años y que por cierto es la temperatura más fría que se haya medido nunca en el Sistema Solar hasta la fecha.
A la izquierda, mapa de temperaturas diurnas, a la derecha las nocturnas - NASA/UCLA. Original en LRO Early Results Press Conference Visuals
La LRO también ha fotografiado durante este periodo de pruebas los lugares de aterrizaje del programa Apolo, incluyendo el del Apolo 12 y la Surveyor 3, que había quedado fuera de la primera ronda de observaciones presentada debido a que todavía no había sido sobrevolado por la sonda:
Por cierto que antes de quedar fuera de servicio la sonda india Chandrayaan-1 también fotografió las huellas dejadas por el rover que utilizaron los astronautas del Apolo 15, lo que es una prueba más de que no existió la conspiración lunar.
La Lunar Resonnaissance Orbiter podría, una vez terminada su misión principal, seguir en órbita otros cinco años y actuar como relé de comunicaciones para otras sondas.
Junto con la LRO también fue lanzada la sonda LCROSS (Lunar CRater Observation and Sensing Satellite), que tiene como objetivo chocar contra la Luna el 9 de octubre de este año, justo cuatro minutos después de que lo haga la etapa superior del cohete que las lanzó, con el objetivo de analizar la composición de la superficie lunar.