Por @Wicho — 8 de Octubre de 2012

Muchos años los premios Nobel de medicina son otorgados por trabajos tan especializados que es muy complicado entender de qué tratan.

Pero no este año, ya que el Nobel de medicina ha sido otorgado a John B. Gurdon y Shinya Yamanaka por sus trabajos en el campo de las células madre, de las que hemos hablado en numerosas ocasiones.

Las células madre son aquellas que tienen la capacidad de convertirse en cualquier otra célula de nuestro cuerpo, y los avances que se están produciendo en el conocimiento que tenemos sobre ellas permiten atisbar posibilidades asombrosas, no sólo a la hora de crear tejidos de reemplazo sino incluso órganos enteros tal y como cuenta Sergio Pérez Acebrón en su charla de Naukas Bilbao 2012:

El problema de la investigación con células madre es que hasta no hace mucho la única fuente que conocíamos para obtenerlas en cantidad eran embriones, lo que causaba no pocos debates e incluso hizo que en los Estados Unidos durante años fuera imposible conseguir dinero público para hacer este tipo de investigaciones.

Así que el Nobel de medicina de este año reconoce el trabajo de dos investigadores en el campo –aunque probablemente se queden fuera algunos– que dieron dos pasos importantísimos.

Por un lado está John B. Gurdon, quien en 1958 consiguió demostrar que las células adultas siguen guardando la «memoria» de como convertirse en cualquier otra célula al conseguir clonar una rana reemplazando el núcleo de un huevo por el de una célula adulta de esa rana.

Por otro Shinya Yamanaka y su equipo consiguieron demostrar entre 2006 y 2007 que es posible reprogramar células adultas, incluidas células de seres humanos, para que vuelvan a ser células madre, o lo que es lo mismo, demostró que existe una forma de conseguir células madre que no implica la destrucción de embriones, acabando con los problemas morales al respecto.

Como siempre pasa en cualquier investigación hay que ser muy prudente porque lo que parece estar al alcance de la mano al final puede tardar años en llegar, pero si al final de su charla Sergio habla de células que laten en una placa de cultivo, en la Universidad de Minnesota ya han llegado a reconstruir corazones de rata usando células madre.

¿Quién sabe hasta dónde podremos llegar?

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