Por @Alvy — 8 de Julio de 2014

Mejor ver el vídeo antes de continuar. ¿Cuál es la historia?

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Casi todo el mundo que ve este vídeo de NatGeo lo interpreta de la misma manera: un triángulo grande y abusón molesta a un pequeño circulito, que al final de la historia tiene suerte porque otro triángulo lo ayuda para que pueda escapar. Los voluntarios del «experimento» cuentan esa historia cuando ven el vídeo, y probablemente tú hayas visto lo mismo a menos que seas un poco psicópata - en cuyo caso, háztelo mirar.

Lo interesante es que en realidad todo son unas formas geométricas simples moviéndose en una pantalla: como cuenta el narrador, «somos los seres humanos los que creamos una historia de villanos y héroes con unos protagonistas con atributos humanos y un final feliz». Y eso, según dicen, es porque nuestro cerebro ha evolucionado de algún modo para entender la «compasión».

Para mi la explicación podría ser también otra: la animación está hecha de modo que sugiere formas y actuaciones que nuestro cerebro reconoce como «humanas»: da un poco igual que se trate de formas geométricas supersimplificadas (todos los dibujos animados lo son), pero parecen demostrar movimientos inteligentes. Y estamos acostumbrados a las pequeñas narraciones de unos segundos que tienen un hilo conductor, unos protagonistas, principio y final - desde los tiempos de Barrio Sésamo, al menos.

Tal vez sea todo más sencillo y simplemente asociamos «película» + «seres animados inteligentes» con «historia», protagonistas que tienen sentimientos y actúan según pautas que la mayoría conocemos. Fin del experimento.

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