Por @Alvy — 7 de Enero de 2013

¡Qué majo el prototipo de Facebook del vídeo! ¿Verdad? Pero... ¿Ves el problema? Es bien sencillo: no solo no es real sino que no está bastado en hechos reales.

Seamos sinceros: muchos de los vídeos procedentes del departamento de Pajas Mentales exageran en demasía, nos prometen futuros límpidos y un mundo Profident. Pero es que no creo que sea justo basarse en esos materiales cuando la realidad a la que van a enfrentarse es tan radicalmente distinta en cuanto a calidad de «materia prima»».

Es como diseñar un coche que vaya a supervelocidad y epatarse con su diseño y comportamiento en el túnel del viento virtual cuando en el MundoReal™ deberá atravesar carreteras con baches como campos de nabos y no va a haber forma de remediar eso.

Porque, a ver, observa el vídeo y después haz este ejercicio:

  • Cambia los rostros de las bellas modelos por los de tus amigos y amigas (si acaso tienes). La mitad serán muñecos e iconos chusqueros, por no hablar de fotos de mascotas, personajes populares, de cómics o similares.
  • Elimina tanta falsa sonrisa y tanta dentadura perfecta de esos rostros: en tu timeline seguro que no hay gente tan sonriente sino más bien caras de tipos asustadizos, otros haciendo el ganso y el resto cascarrabias de mal aspecto.
  • Cambia los cuidados y cortos mensajes de texto por MENSAJES EN MAYÚSCULAS, incluyendo algún OLA K ASE: ya verás cómo se va el poético diseño atomarporsaco.
  • Quita tanta foto de stock y pon imágenes borrosas de gatos y de Powerpoints de esos absurdos que te pasan tus amigas. Eso se ajustaría más a la realidad.
  • En vez de amañadas cuyos colores incluso hacen juego con el diseño que las rodea, utiliza esas fotos de comida que hacen tus amigos, con gamas de colores propias de los mundos psicodélicos de Yupi. ¿A que así no pegan ni con cola?
  • Reemplaza finalmente alguna que otra foto decente por cualquier cosa oscura y pixelada, de esas con píxeles como puños, que es lo que más circula por la red. ¡Ajá!

Y por eso, queridos niños, es por lo que algunos diseñadores prefieren vivir en mundos conceptuales y sistemáticos como aproximaciones a la realidad en vez de usar en sus bocetos contenido real. Porque se ven incapaces de «hacer algo» con la materia prima que por desgracia la mayor parte de la gente utiliza para rellenar las páginas web y las redes sociales.

¡Ilusos! Pero benditos sean, al mismo tiempo.

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