Por @Wicho — 9 de Mayo de 2006

Suena el teléfono en casa; es una amiga que necesita de una sesión de soporte técnico:

-Mira, es que tengo que hacer un trabajo en PowerPoint y quiero hacer que suenen unas cosas cuando haga clic en un botón, pero no me funciona con los mp3. Los WAV funcionan sin problema, pero los mp3 no suenan.
-Bueno, no uso PowerPoint, pero imagino que eso es porque no entiende los mp3; tendrías que convertirlos a WAV.
-Sí, ves, ya me parecía, pero me bajé un conversor de Internet y no funciona. ¿Sabes tú cómo va?
-Hombre, dependerá del programa que sea. Normalmente tienes que añadir los archivos que quieres convertir a una lista y luego decirle a qué formato quieres que los convierta.
-¿Y eso cómo se hará? Porque después de bajar el conversor copié el archivo, lo pegué al lado, le cambié lo de mp3 por WAV, pero no va.

[pausa de unos segundos mientras mi cerebro se convence de que realmente acaba de oír lo que acaba de oír]

-¿Cóooomo? ¿Que copiaste el archivo, lo pegaste, y le cambiaste el nombre?
-Sí, pero algo debo haber hecho mal que no funciona.
-A ver, es que lo de cambiarle el nombre al archivo es como si le pones una placa que ponga Rolls Royce a tu coche, no cuela.
-¿Entonces tengo que usar el programa que me bajé?
-Hombre, pues sí. Normalmente, si no usas los programas, ellos solitos no hacen nada.
-Vale. ¿Entonces lo abro?
-Eeeehhh… pues sí, claro.
-Nex… nex… nex… ¿Qué es agree?
-Decir que estás de acuerdo. Mira, ¿no habías instalado el programa todavía?
-No, es que ya te dije que me parecía que algo estaba haciendo mal. Vale, ya está. ¿Reinicio?
-No, si el instalador no te dice nada será que no hace falta.
-Bueno, voy a reiniciar igual por si acaso.

[unos minutos después, tras hablar de la familia y esas cosas]

-Ya está. ¿Ahora qué hago?
-Pues abre el programa.
-Vale. Nex… nex… No, esto no es, me vuelve a salir el instalador. ¿Dónde está el programa que tengo que abrir?
-Pues imagino que el instalador te habrá creado un acceso directo en el escritorio…
-Pues no lo encuentro. ¿Le doy otra vez al instalador?
-No, no. Pincha en Inicio y mira en Programas.
-A ver… Ah, sí, ya está abierto.
-Vale, pues ahora dile que te convierta un archivo para ver si funciona.
-¿Y cómo hago?
-Hombre, pues no tengo ni idea. Prueba a mirar en los menús a ver si hay algo que ponga add, convert, o algo parecido.

[de nuevo pasan unos minutos mientras mi amiga trastea con el programa y finalmente…]

-Ah, vale, ya tengo el archivo en una lista.
-Vale, pues ahora busca un botón o algo que ponga convertir.
-Sí, ya está. ¡Huy! Me pregunta un montón de cosas… aquí pone rate y no se qué más…
-¿Pero hay ya cosas marcadas?
-Sí.
-Pues no toques nada y dile que siga.
-Vale… Ya acabó. Ahora inserto el archivo en PowerPoint, ¿no?
-Sí, claro.
-¿Y dónde está el archivo?
-Pues imagino que donde tú le hayas dicho que lo guarde, ¿no?
-Es que no se dónde le dije que lo guardara…
-Pues no se, mira a ver si lo dejó en el escritorio o en Mis Documentos.

[otro par de minutos mientras busca]

-Nada, que no lo encuentro. ¿Le doy para que lo convierta otra vez?
-Pues casi que no, porque te va a pasar lo mismo. Pincha otra vez en Inicio, escoge buscar archivo, y allí escribe el nombre del archivo que buscas.

[pausa mientras abre el cuadro de búsqueda y teclea el nombre]

-Mira, es que me salen todos los archivos.
-¿Cómo todos?
-Sí, todos, y también salen archivos que no tienen nada que ver.
-A ver, ¿qué nombre has escrito?
-Música de semana santa.
-¿Y le has dicho que busque ese nombre exacto?
-¿Y eso cómo se hace?

[…]

-A ver, prueba a escribir sólo santa.
-¿Sólo santa?
-Sí… prueba.
-¡Ah vale, ya lo encontré! ¿Ahora lo meto en PowerPoint?
-Pues tú verás…

[pausa mientras inserta el archivo… ¡y finalmente suena!]

-¡Chachi, tío! ¡Ya está!
-Vale, pues nada, que usted lo pase bien haciendo el trabajito.
La transcripción no es textual, pero juro por mi Macintosh que no me he inventado nada. Total, que media horita palmada por la nulidad informática de mi amiga, que, la verdad sea dicha, nunca pensé que alcanzara tales extremos a pesar de que no sabe usar un iPod.

¿Para cuando los ordenadores con tecla de socorro?

Actualización: José Luis nos cuenta otra divertida historia sobre la inventiva de los usuarios:

Un cliente nuestro necesitaba colgar unas imágenes en la web (a través de un programa Java) y le dijimos que usara el formato GIF o el JPG, así que ni corto ni perezoso hizo lo mismo que contabais aquí, simplemente cambió la extensión de un archivo TIFF que tenía a GIF y se quedo tan pancho.

Pero eso no es todo, como el archivo era bastante grande pensó en hacerlo más pequeño, así que comprimió su recien adquirido GIF en un archivo ZIP y después volvió a cambiarle la extensión para quedarse con un GIF más pequeño.

Después nos llamó para ver por qué demonios no se mostraba nada!!!! ;-)

Estos casos de incultura tecnológica son muy divertidos, pero también me hizo ver la tremenda ocurrencia que tenemos los humanos!!!!

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