Por Nacho Palou — 27 de Febrero de 2018

El “nuevo” Walk-man no reproduce casetes de audio sino que se trata de un robot bípedo diseñado y desarrollado por el IIT (Istituto Italiano di Tecnologia) con el propósito de servir (tal vez en el futuro) en el cuerpo de bomberos.

El vídeo recrea una situación de daños causados por un terremoto en una planta industrial. Los gases nocivos y el fuego hay que imaginárselos porque al parecer no había presupuesto para prender fuego a las instalaciones del IIT.

Se supone que el robot es capaz de moverse por sí mismo a través de una sala destruida por el terremoto, abriendo y cruzando puertas y retirando los escombros que obstaculizan su camino. Su autonomía es de unas dos horas asumiendo que la batería no explote con las llamas o el calor.

El robot Walk-Man también es capaz de localizar la válvula que controla la fuga de gas y cerrarla, y de identificar dónde está el fuego y atacarlo con extintor convencional gracias a que sus manos comparten medidas y proporciones con las manos de los humanos.

Según NewAtlas se trata de una versión mejorada de su predecesor, más ligero (mide 1,85 y pesa 102 Kg, 31 kg menos que el modelo anterior) y más fuerte, con capacidad para levantar unos 20 Kg (10 Kg por brazo) que en realidad es bastante poco en comparación con lo que puede levantar un bombero “de verdad”. Dicho de otro modo: el robot Walk-Man apenas podría sacar en brazos y a velocidad de tortuga a un niño de 6 años.

Pero es lo que tienen los primeros modelos de cualquier cosa, y especialmente de los robots: que sus calificaciones varían entre el “progresa adecuadamente” y el “necesita mejorar.” Por eso a veces es mejor no precipitarse en mostrarlos públicamente.

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