Antes muerta que sin todo mi equipaje de mano
Hace un par de días el MD-82 de Red Air que hacía el vuelo HI1064 entre Santo Domingo, en la República Dominicana, y Miami, en Florida, Estados Unidos, sufrió un colapso del tren de aterrizaje tras tomar tierra. A consecuencia de eso se salió de la pista hacia la izquierda y se llevó por delante con el ala derecha una de las antenas que emiten la señal de la senda de planeo. Esto a su vez provocó un incendio en esa ala.
Afortunadamente el avión fue evacuado con mucha rapidez aún a pesar de no poder utilizar las salidas de emergencia del lado derecho. Y los servicios de emergencia tardaron muy poco en llegar para extinguir el fuego. Así que sólo hubo que lamentar tres personas con heridas leves de las 140 que iban a bordo.
Pero, una vez más, las fotos y los vídeos de la evacuación han dejado en evidencia que hay muchas personas que pasan olímpicamente de aquello de «Recuerden: en caso de evacuación deben seguir las instrucciones de la tripulación y en ningún caso deben llevar consigo su equipaje de mano» o similar que se dice en los mensajes de seguridad.
Quizás la imagen más relevante, al menos para mí, es la de la señora que, a falta de uno, va con dos trolleys por la pista tras haber abandonado el avión. Pero también es espectacular el vídeo grabado por un pasajero que se ve que iba grabando el aterrizaje. Yo mismo podría hacer eso. Pero después de que el avión se haya salido de la pista no sólo sigue grabando sino que coge su trolley sin soltar ni el teléfono ni el botellín de agua que lleva en la mano y se dirige a la rampa frontal izquierda por la que salta tras decir «muchas gracias, adios». Ante todo la educación, claro…
Pero las normas de seguridad están ahí por una razón. Y es que pararte a coger tu equipaje de mano no sólo te ralentiza a ti sino que hace lo mismo con las personas que vienen detrás. Y eso tiene un efecto cascada si alguien más se pone a coger su equipaje, etc. Las personas que iban a bordo del HI1064 tuvieron, sin duda, mucha suerte, pero no siempre es así.
Hay que hacer caso de las instrucciones. Y punto. El transporte aéreo es el más seguro del mundo, pero entre otras cosas lo es porque se esfuerza en aprender de sus errores del pasado e intentar no cometerlos de nuevo.
