Por @Alvy — 21 de Febrero de 2018

Lento, pero avanza. Ya se pueden ver las primeras y espectaculares escenas con el proceso de instalación del Reloj de los 10.000 años de la Long Now Foundation, una de las más increíbles obras de ingeniería con «vistas al futuro» que probablemente vivamos en nuestra época.

Tal y como indica su nombre, el reloj está ideado para funcionar y perdurar durante 10.000 años. La idea de su construcción planteó las más curiosas disquisiciones antes de empezar:

Diez mil años son un periodo de tiempo muy largo: bastante más que el registro histórico de nuestra humanidad (…) ¿Dónde construir el reloj y que esté a salvo de catástrofes naturales? ¿Qué fuente de energía utilizar, para que nunca se detenga? ¿Con qué materiales construirlo, para que no sufra desgaste? ¿Qué mecanismo estaría a prueba de fallos? ¿Cómo hacer que sea preciso y siga indicando la hora de aquí a los próximos diez milenios? ¿Cómo garantizar que se puedan sustituir las piezas que se estropeen?

Con el apoyo económico de Jeff Bezos (sí: el de Amazon) se excavó el año pasado un monumental silo de casi cien metros de profundidad en Sierra Diablo, una montaña al oeste de Texas. El vídeo muestra las primeras imágenes de la instalación del mecanismo, de más de cinco toneladas, que está rodeado de unas escaleras en caracol por las que se puede subir y bajar – y apreciar todos sus detalles, incluyendo sus enormes 20 ruedas.

Los materiales de los que están construidas las piezas principales son acero inoxidable y titanio de alta calidad, para que apenas sufra variaciones y que los rodamientos (cerámicos) no necesiten mantenimiento – de hecho carece de electrónica, aunque parte del mecanismo musical es «digital». Un gigantesco peso de varias toneladas aprovecha la fuerza de la gravedad para mover lentísimamente el mecanismo de ruedas dentadas; su duración se mide no en horas, sino en años – pero aun así se puede hacer subir de nuevo («darle cuerda») cuando la gente camine por el interior del reloj, haciendo girar manualmente una especie de noria. Aun así se ha diseñado un sistema que aproveche las variaciones de temperatura día/noche como método de alimentación alternativo.

En el vídeo puede verse el basto estado de las paredes del silo en contraste con las pulidas y precisas piezas del mecanismo principal. Todavía falta buena parte del reloj por construir, incluyendo el mecanismo para «dar las campanadas» (notas musicales pseudoaleatorias) y los indicadores de efemérides astronómicas, pero todo se andará.

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