Por @Alvy — 21 de octubre de 2015

Regreso al Futuro: Marty y Doc

Regreso al futuro (1985) de Robert Zemeckis. Con Michael J. Fox (Marty), Christopher Lloyd (Dr. Emmett «Doc» Brown), Lea Thompson (Lorraine), Crispin Glover (George McFly) y Thomas F. Wilson (Biff Tannen).

Aprovechando que hoy se celebra el 30º aniversario del regreso al futuro de Marty McFly y sus compañeros de aventuras he aquí algo de información y la «reseña oficial» que en justicia le corresponde a esta obra, probablemente la mejor película de viajes en el tiempo… de todos los tiempos.

Un alocado e inesperado viaje

Regreso al Futuro cuenta las aventuras de Marty McFly, un joven más bien apocado y con escasa confianza en sí mismo que vive a principios de la década de los 80, cuando se ve envuelto en un viaje inesperado merced al invento de su amigo y mentor el inventor loco Emmet «Doc» Brown. La vida del profesor ha ido de desastre en desastre hasta que un buen día consigue crear el dispositivo crítico para realizar viajes al pasado o al futuro. Es tan fácil como marcar la fecha en un teclado y poner la máquina del tiempo en marcha.

Marty acaba por error en los años 50, pero las paradojas temporales empiezan a actuar cuando se topa con sus padres (de su misma edad en aquella época) en una serie de rocambolescas situaciones. Su objetivo entonces es lograr que todo vuelva a su cauce: que salgan juntos, se enamoren y finalmente volver al punto de origen con la máquina del tiempo – para lo cual tiene que encontrar al Doc Brown de la época, con quien ha de reparar la máquina.

El regreso del regreso: las partes II y III

Valoración de la trilogía: Regreso al futuro / Fuente: IMDB (CC)-by MicrosiervosAunque no estaba previsto originalmente, el éxito de Regreso al Futuro propició sus secuelas en 1989 y 1990; se llamaron oficialmente Regreso al futuro: Parte II y Parte III. Se rodaron consecutivamente en tan solo 11 meses y continúan la historia original con básicamente los mismos personajes en distintas épocas y muchas, muchas nuevas complicaciones.

Regreso al futuro, Parte II: Marty, Doc y Jennifer viajan al futuro (2015) para «resolver el problema con sus hijos». Al volver a 1985 los protagonistas ven cómo sus acciones les han llevado a una tenebroso «tiempo alternativo» a raíz de que Biff se hiciera rico en las apuestas robando un almanaque deportivo comprado por Marty y volviendo a 1955 con el DeLorean para entregárselo a sí mismo – modificando así el curso de la historia. Los protagonistas han de «deshacer» todos esos cambios y evitar que Doc acabe en un asilo, Marty en la cárcel y el mundo sea un lugar infernal para todos ellos.

Regreso al futuro, Parte III: Al final de la Parte II Marty había recibido una carta de Doc datada en 1885 donde le explicaba que ha quedado atrapado en la época del lejano Oeste sin posibilidad alguna de viajar en el tiempo. Marty se las ingenia para llegar hasta allí saltando de una época a otra, pero el DeLorean acaba destrozado. En lo que sería el lugar en que se fundaría Hill Valley cien años antes ambos deben enfrentarse a los antepasados de los personajes ya conocidos de la saga y –lo más importante– reparar el DeLorean para regresar al futuro… En este caso a 1985, donde comenzó la historia. Cómo hacerlo en un mundo en el que no hay gasolina, materiales de precisión ni apenas tecnología y en cambio sí mucha hostilidad, salvajismo y gatillos fáciles es la historia de esta tercera y última parte de la trilogía.

Los personajes

La selección de personajes debió ser relativamente fácil: Marty es el joven que todo espectador querría ser, su familia disfuncional tiene el kit completo habitual y los protagonistas del pasado (que luego reaparecen en varios futuros y un más antiguo pasado, a modo de antepasados) son casi de manual. El único personaje que no parece tener mucha relevancia es la novia de Marty, quizá porque el foco se centra en Lorraine, que es por un lado su madre y por otro su «admiradora» allá por 1955.

Doc Brown

Mención aparte merece el Doctor Emmet Brown, por supuesto. Es el geek perfecto: genio loco, inventor chiflado, hacker definitivo. Su misión en la vida es cien por ciento absorbente y obsesiva: crear la máquina del tiempo (¿Y tú? ¿Dedicarías tu vida a construir una máquina del tiempo?)

Los retazos de lo que se adivina de Doc Brown en las diferentes películas permiten deducir algunas cosas: de su familia debió heredar una gran fortuna, lo cual explica que pudiera financiar sus experimentos. En una fecha clave, el 5 de noviembre de 1955, tuvo la visión del condensador de fluzo tras darse un coscorrón en el cuarto de baño. El condensador de fluzo es el ingenio que permite el viaje en el tiempo; Marty le confirma que el invento funciona al aparecer poco después en su casa, procedente de 1985.

Doc es un admirador de Julio Verne y también de los grandes científicos de la historia, cuyos retratos adornan su casa: Einstein, Franklin, Edison… Su casa es un caos donde reina el desorden, pero siempre muestra sus preocupaciones porque las maquetas «no estén a escala». El buen profesor no tiene problemas en saltarse un poco las reglas por el bien de la ciencia: entra en lugares prohibidos, utiliza grandes cantidades de plutonio como quien maneja gaseosa e incluso soborna al policía que está a punto de detenerle en la torre del reloj al final de la la película – aunque esa escena no se incluyó en la película.

Lo más impactante de Doc Brown es que a pesar de ser un auténtico nerd con sus bolígrafos en el bolsillo y su incapacidad de entender el sarcasmo es un personaje bastante sociable e incluso romántico, como se demuestra en la Parte III de la trilogía. Así que un diez para el personaje y otro diez para Christopher Lloyd, el actor que le encarnó.

Marty McFly @ Regreso al FuturoEl papel del joven Marty McFly fue interpretado por Michael J. Fox, el eterno adulto-que-parece-un-jovencito (que no lo era tanto: tenía 24 años cuando se rodó la primera parte, demasiados para «el quinceañero que va al instituto»). Fox interpretó la trilogía, series de humor, la chiquillada Teen Wolf, y también Corazones de Hierro, Doc Hollywood y otras en las que casi siempre hacía de «tipo amable».

Es bien conocido que en 1991, con tan solo 30 años, se le diagnóstico una forma de Parkinson. A pesar de ello ha seguido trabajando en papeles más cortos, series y videojuegos pero también en trabajos como El Show de Michael J. Fox, una comedia de la que se grabaron 22 episodios. Últimamente ha participado en Annie y en la edición 30º aniversario del videojuego Regreso al Futuro. Gran parte de su tiempo lo dedica a su Fundación para la Investigación del Parkinson, que sin duda a dado a conocer las implicaciones de esta enfermedad a nivel global mucho más de lo que se conocía hasta su creación.

Marty como personaje es como un jovenzuelo un tanto indefinido: su eterno dilema es qué hacer para lograr lo que desea (ya sea una pick-up, una familia mejor o ayudar a sus amigos) y se debate entre los impulsos y la acción o la pasividad: dejar las cosas correr y que sean los demás y el curso de la historia los que decidan. Las películas pueden entenderse como un viaje de la inacción al –muchas veces engañoso– «si quieres, puedes lograr cualquier cosa» y de ahí a la proacción y la madurez de ser capaz de tomar decisiones, sean para bien o para mal.

Las cifras y los productos colaterales

La trilogía de Regreso a futuro había generado hasta 2011 cerca de 965 millones de dólares de ingresos; es probable que con los aniversarios supere fácilmente la mítica cifra de los 1.000 millones. No está nada mal para tres películas que se rodaron con 99 millones, lo que la sitúa en el puesto número 13 de las trilogías más taquillas de la historia a nivel mundial (teniendo en cuenta la inflación).

Fue la sexta película producida por Amblin Entertainment, la productora fundada por Steven Spielberg, cuya manita no deja de notarse en la creación de Robert Zemeckis y Bob Gale.

Además, a las tres películas hay que añadir todo tipo de creaciones colaterales: una serie animada, cinco videojuegos, libros, cómics, figuritas de acción, maquetas, gadgets, pinballs, un musical, una experiencia inmersiva, conciertos para celebrar el aniversario, e incluso una atracción (The Ride) en los Estudios Universal, que aunque se cerró hace años todavía está activa en un parque temático de Japón.

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