Por @Alvy — 14 de Mayo de 2020

{Reseña sin spoilers}

Megacorporaciones tecnológicas. Desarrolladores. Computación cuántica. Física. Algoritmos. Qubits. Programación. Libre albedrío. Determinismo. Secretos. Azar. Misterios. Conspiraciones. Incógnitas…

Devs (Alex Garland, 2020) ha sido para mí una de las sorpresas de la temporada. Es una serie de ocho capítulos de HBO completamente impactante, de las auténticamente pata negra –como lo fuera Westworld en su día– una producción de lujo y un guión tan interesante como enrevesado. De esas que puedes ver de una sentada y luego querer repasar para apreciar cada detalle.

Es de esas series en cierto modo lentas para que puedan degustarse: hacen falta un par de episodios para «situarse» y entender lo que está pasando – y saber un poco de computación cuántica ayuda (quién iba a esperar esto de una serie). Pero pasado el primer acto el segundo es un torrente de sucesos encadenados hilados con puntada muy fina. Nada sobra y todo encaja como un puzle. El desenlace parece en cierto modo inevitable, pero en este tipo de ciencia ficción dura nada resulta tan obvio como parece.

La ambientación de Devs, los decorados y la arquitectura, en un San Francisco de un futuro muy, muy cercano, es sencillamente estupenda. Los actores están muy bien en sus papeles. Las intros, los efectos visuales y cacharritos, incluyendo sistemas futuristas que recuerdan poderosamente a los de Google, tienen un encanto hipnotizador. Hasta la música está elegida con mimo. Todo ello se puede casi saborear mientras se sigue la historia, que está incluso por encima de Ex Machina y Aniquilación, del mismo director.

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