Por Nacho Palou — 30 de Noviembre de 2009


Boeing 747 LCF Dreamlifter, foto Core77.

No sé si lo que se cuenta en Flight Story es cierto o si se trata de una leyenda -o simplemente una broma-, pero de no ser así realmente Joe Sutter (considerado padre del 747) merecería una disculpa por el Boeing 747 LCF Dreamlifter.

El 747 LCF (por Large Cargo Freighter) tal vez sea uno de los aviones más feos del mundo, pero también es de los más impresionantes e -igual que sucede con el Airbus A300-600ST Beluga y otros- es un maravilloso ejemplo de lo que supone hacer volar trastos que pesan decenas de toneladas, y que en cierto modo son capaces de transportarse a sí mismos.

El Boeing 747 LCF Dreamlifter (que consiste en un 747 corriente modificado en China) existe únicamente como avión de carga propio de Boeing (no se comercializa) y más concretamente para el transporte de partes y componentes de aviones que se fabrican en instalaciones repartidas por todo el mundo, las cuales deben reunirse para el ensamblaje final del modelo.

Las cifras son bien impresionantes: casi 22 metros de altura (como un edificio de cinco pisos) más de 1.800 metros cúbicos de capacidad -tres veces la capacidad de carga de un 747-400F (modelo 747 de carga)-, una velocidad de crucero cercana a los 900 Km/h y capacidad para engullir un cuarto de millón de litros de combustible.

(Vía Core77.)

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