Por Nacho Palou — 15 de Diciembre de 2017

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Si hace poco el Hubble ilustraba cómo queda una galaxia (NGC 4490) después de haber sido arrollada por otra galaxia en esta ocasión la imagen corresponde a NGC 5256, cuya extraña estructura se debe al hecho de que no es una galaxia, sino que son dos galaxias en pleno proceso de colisión galáctica.

En Dawn of a galactic collision,

NGC 5256, también conocido como Markarian 266, está a unos 350 millones de años-luz de distancia de la Tierra, en la constelación de Ursa Mayor. Se compone de dos galaxias de disco cuyos núcleos están actualmente a sólo 13.000 años-luz de distancia. El gas, polvo y estrellas que las forman se arremolinan como en una enorme licuadora cósmica, encendiendo estrellas recién nacidas.

La interacción entre galaxias es un fenómeno más o menos habitual en el Universo (y lo fue más en los inicios del Universo), y produce una amplia variedad de estructuras de todo tipo. En algunos casos el encuentro se produce de forma tranquila, con una gran galaxia absorbiendo a otra sin inmutarse ninguna. En otros casos los encuentros son violentos y caóticos, encendiendo cuásares, detonando supernovas y provocando estallidos estelares.

Aunque estas interacciones resultan destructivas a escala galáctica las estrellas muy raramente chocan entre sí durante estos encuentros porque las distancias entre ellas son muy grandes. Pero a medida que las galaxias se enredan una con la otra se producen nuevas estructuras, como las penachos de aspecto caótico que muestra NGC 5256, antes de convertirse de nuevo en una estructura estable después de millones de años.

Imagen: NASA, ESA.

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