Por @Alvy — 15 de diciembre de 2015

Syma X5C-1 Explorer

Me compré un Dron Syma X5C-1 tras verlo en acción en Juguetrónica y por consejo de la buena gente de Drones, que de esto entienden más que nadie. Se trata de un dron para principiantes con el que aprender a pilotar y divertirse un buen rato sin temor a lamentarse por su pérdida en caso de «accidente». ¿La razón? Su precio: tan solo unos 50 euros.

Y es que los drones se están convirtiendo ya en «juguetes estándar» en los que poco varía de unos a otros, especialmente en estos de gama baja y coste razonablemente bajo que proceden de China, como la mayor parte de la electrónica moderna.

Características

El Syma X5C-1 es un dron/cuadricóptero de 4 motores. Funciona con un mando a distancia como los de los aviones a radiocontrol (2,4 GHz) y tiene un alcance de unos 30 metros [el manual dice que 80m, pero no] que se puede hackear y alargar un poco poniendo un cable a modo de antena. Tiene dos modos de velocidad (lenta/rápida), un botón para hacer piruetas y la forma de controlarlo es con dos joystick, casi como un videojuego. El único secreto es tener el tacto suficiente, no hacerse un lío con los giros y tratar de ajustarlo para que no tenga ningún tipo de deriva.

Físicamente es extremadamente ligero; lleva unas protecciones opcionales para las cuatro hélices muy fáciles de montar – y se agradece que incluya un juego de hélices de repuesto. También lleva unas «patas de aterrizaje» para mantenerlo en equilibrio en el suelo y evitar golpes en la zona inferior, que es donde está la cámara. Tras encenderlo basta subir-bajar con el mando de potencia para enlazarlo con el mando; a partir de ese momento las luces rojas simbolizan la «parte de delante» y las verdes la «parte de atrás» – está listo para volar.

Va equipado con una pequeña batería de 500 mAh que le permite funcionar entre 5 y 10 minutos dependiendo de las maniobras y velocidad. Lo más recomendable es comprar un pack de baterías adicionales (15€) y llevarlo todo cargado a tope. En la recarga se emplean unas 2 horas, dependiendo del cargador que se utilice (el del pack carga cuatro baterías a la vez).

Detalles del Syma X5C-1

Este tipo de drones tienen una vida útil de los motores relativamente baja y además se calientan con el uso – sobre todo si se usan para hacer carreras a toda potencia. Se podrían usar más baterías para alargar las «sesiones», pero eso igual empeora la situación (aunque es fácil encontrar las piezas de repuesto, en Amazon sin ir más lejos). Lo más conveniente es usarlo con mesura, haciendo pausas para que se refresque, aprovechando para limpiarlo un poco, buscar otra ubicación… El entretenimiento habitual.

El X5C-1 lleva una cámara, pero… No es que destaque precisamente por su calidad, todo sea dicho. Puede hacer fotos y puede grabar vídeo (incluye una tarjeta micro SD de 2 GB) en «calidad» 2 Mpx. Y pongo lo de «calidad» entre comillas porque para los estándares actuales es ciertamente una calidad penosa [se pueden encontrar multitud de vídeos en YouTube], empeorada por el hecho de lo mal que graba en cuanto hay un poco de falta de luz, la falta de estabilidad y de que apenas graba unos 15-20 fps.

Mando del Syma X5C-1

Una alternativa –arriesgada– para quien considere este tema algo importante es quitar la cámara y cambiarla por una GoPro: infinita mayor calidad con solo atarla bien y poner un cable de seguridad. Por desgracia esto solo sirve para la GoPro Hero 3 o superior (<75 gr.) ya que con la GoPro Hero 2 (100 gr.) el peso es excesivo. Ahora bien, ¿por qué lo de «alternativa arriesgada»? Muy simple: ¿Quién quiere arriesgar la vida de una GoPro Hero3 de 300 euros en un frágil dron de 50 euros? Pues eso. Si la captura de imágenes es una necesidad mejor elegir otro modelo – que lógicamente será más caro.

Dos últimas recomendaciones: la primera es asegurarse de que el modelo es el X5C-1 y no el X5C: al parecer existían versiones anteriores sin cámara y al añadirla en la primera versión (X5C a secas) no se tuvo en cuenta su peso en el software de control giroscópico; el X5C-1 (con «-1») tiene este factor en cuenta y vuela bastante más estable, al menos por lo que cuentan quienes han probado ambos modelos. La segunda es volar el cuadricóptero solo en zonas adecuadas para drones y cuando no haya nadie cerca para evitar «accidentes» –hay que ser responsable en su uso lúdico– aunque, todo sea dicho, el X5C es tan pequeño, ligero y de «puro plástico» que resulta bastante inofensivo en cualquier caso. Y para los papis: la edad mínima recomendable para pilotarlo es de 14 años, pero no es raro que con 10-12 años haya peques que compitan con los veteranos.

Lo mejor del Dron Syma X5C-1 es sin duda que viene con todo lo necesario: protecciones, hélices de repuesto, cámara, tarjeta de memoria (incluyendo adaptador USB), manual en engrish (bastante WTF todo sea dicho) Un regalo navideño ideal, sin duda. Trae hasta el pequeño destornillador con el que desmontar la cámara. Además, al ser un modelo «popular» es fácil encontrar cierta comunidad alrededor suyo, con gente subiendo vídeos explicando cómo hacer diversos trucos, cambiar piezas o hackearlo en mayor o menor medida. Por 50 euros no se puede pedir más: ese es el precio para iniciarse en el mundo de los drones hoy en día.

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{Nota: ya hemos explicado alguna vez que en el blog usamos de forma intercambiable los términos «dron» con «cuadricóptero», «hexacóptero» y similares. Aunque no sea técnicamente incorrecto –dron suele implicar pilotaje automático– y es la forma más breve, cómoda y popular con que se conocen estos artefactos.}

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