Por @Alvy — 23 de Marzo de 2023

Dado que las minas antipersonas que hay enterradas en diversas partes del mundo siguen siendo un problema, este invento parece una gran idea: un dron volador capaz de localizarlas sin riesgo de activación usando un detector que se sitúa muy cerca del terreno.

Los drones y microvehículos aéreos tienen el potencial de realizar prospecciones terrestres autónomas y sin contacto para la detección de minas terrestres y restos explosivos. Los detectores de metales son la herramienta de detección habitual, pero deben utilizarse cerca del terreno y en paralelo a su superficie.

Este dron puede inspeccionar terrenos ondulados de difícil acceso utilizando un detector de metales con 5 grados de libertad. Basándose en una estimación del aspecto del terreno, un algoritmo planificador cubre eficientemente todo el área, alineando el detector con la superficie y teniendo en cuenta las restricciones cinemáticas y de visibilidad de la plataforma.

En el vídeo puede verse cómo el curioso dron vuela trazando movimientos de barrido sobre el terreno, inclinándose cuando es necesario y evitando los obstáculos. El resultado es una cartografía donde las minas –objetos metálicos de prueba en este caso– aparecen en un color resaltado respecto al resto. Una idea sencilla que puede salvar muchas vidas.

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Traducción de la cita por cortesía de DeepL.

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Por @Alvy — 2 de Marzo de 2023

Los colegas de DeDrones enseñan en este vídeo qué son las hélices toroidales que dicen que están «causando furor» en internet y más allá, cómo se imprimen en 3D y cuáles son sus ventajas, probándolas en condiciones reales. Las pruebas son de varios tipos; primero en laboratorio y luego ahí en mitad del campo a lo payés, con avisos claros de «niños, no intentéis hacer esto en casa» dado que no es algo apto para todos los públicos; ellos son expertos en el tema –como han demostrado en sus múltiples vídeos del canal– y pueden hacerlo sin mayores peligros.

Este tipo de hélices ya se usaban en tiempos de Arquímedes para mover embarcaciones y otros usos; a diferencia de las hélices convencionales que tienen palas que rotan más o menos en el mismo plano las toroidales tienen las palas girando en círculo en dos planos diferentes. En teoría son más aerodinámicas y eficientes, lo cual puede sonar raro porque si no han triunfado en dos milenios por algo será. Pero quién sabe si hay otras razones que se nos escapan. El caso es que desde hace tiempo en el M.I.T. han experimentado con varios diseños de hélices toroidales bipala y tripala de este tipo para drones, que los aficionados pueden descargar en 3D de diversos repositorios para imprimirlas y hacer sus pruebas, como se puede ver en el vídeo.

El problema de estas pruebas es que la impresión 3D suele producir componentes un tanto frágiles; no son lo mismo que las palas patanegra fabricadas con plástico o fibra industrial, pero para unas pruebas pueden valer… Aunque está claro que en cuanto haya un «contacto» un tanto brusco la cosa se irá al garete.

En las primeras pruebas parece como si las toroidales fueran más ruidosas que las hélices normales, pero en cuanto el dron despega –en interiores– se observa una gran diferencia en el ruido generado por su característico zumbido mientras que el control del dron es más o menos el mismo. En las pruebas de campo la cosa empieza mal con las hélices bipala (tremendo crash) pero las tripala pare que funcionan sorprendentemente bien, al menos hasta que una maniobra envía el dron al suelo y las palas «al cielo», quedando salvajemente arrancadas, atomizadas, sacrificadas al Dios de la aerodinámica. En el canal de DeDrones así como en su Twitter e Instagram se irán viendo más progresos a medida que sigan con las pruebas. ¡Todo por la ciencia y la tecnología!

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Por @Alvy — 6 de Febrero de 2023

La idea detrás de lo que hacen en GravityLab es tan sencilla como aparentemente fácil de llevar a cabo: proporcionar hasta 180 segundos de microgravedad (ingravidez o cero-G) para realizar experimentos científicos. Ese entorno se consigue dejando caer una cápsula con forma de cohete desde las alturas, tras haberla subido a las alturas con un dron. O bien dejando caer un cohete autopropulsado que suba mucho más alto.

Lo relativamente sencillo de este sistema hace que sea muy barato, algo que miden en «costes por kilo por segundo de ingravidez». Actualmente se lo plantean con una flota de siete vehículos de transporte, incluyendo seis cohetes que pueden elevarse unos pocos kilómetros o incluso hasta 250 km en el mejor de los casos. Además como el montaje de los artilugios es relativamente pequeño se puede llevar a cualquier parte del mundo.

De momento llevan tres años trabajando con agencias como la ESA con el pequeño modelo Louis, que es el que se ve en el vídeo, que puede cargar hasta 3 litros o 20 kg, que proporciona unos 12 segundos de microgravedad y puede lanzarse hasta 6 veces al día.

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Por @Alvy — 5 de Octubre de 2022

Adiós, de Jawny, es un espectacular vídeo musical de alguien que se autodefine como «un personaje superviviente en el año 2057 cuando la población de la Tierra se ha extinguido y la jerga de los quinceañeros se ha convertido en un viejo y olvidado lenguaje». Lo de espectacular es porque es una toma continua con un dron pilotado en FPV (vista en primera persona) persiguiendo a un coche en un entorno poligonero lleno de charcos artificiales sobre los que no para de hacer derrapes y trompos.

El vídeo parece grabado como un plano secuencia en una sola toma continua, pero da la impresión de que en 01:07 podría haber un poco de truqui cuando el dron sube y enfoca al cielo, porque al bajar y retomar la historia con los globos bien podría ser un segundo plano. Tampoco es que sea muy importante, pero es curioso; recuerda a trucos como los que usaba Hitchcock en La soga, aunque en aquella época era debido a las limitaciones de los rollos del celuloide de la época, que no podían fotografiar más de 10-15 minutos.

También hay que destacar el enorme equipo humano necesario para grabar unos minutos de vídeo musical: además de todos los productores, directores y estilistas hay dos operadores de drones, conductores del camión aguador, un colorista, otro editor de efectos especiales y, cómo no, los encargados del catering (¡ñam!) Este tipo de vídeos se graban en condiciones de seguridad muy controladas, asegurándose de que no haya nadie por las calles, generalmente al amanecer de los fines de semana, que es cuando más tranquila está la cosa, mejor luz hay y menos se trastorna el trabajo cotidiano.

Añado que la canción también mola bastante, con esa peculiar pronunciación de «Adiós» como «A-dí-ooo».

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