Por @Wicho — 3 de Marzo de 2023


Despegue de la misión fallida – ESA

El pasado 2 de diciembre fallaba el lanzamiento de la primera misión regular de un cohete Vega-C de la Agencia Espacial Europea (ESA). Con ello se perdieron los satélites de observación terrestre Pléiades Neo 5 y 6, valorados en unos 100 millones de euros cada uno. La ESA acaba de publicar los resultados de la investigación sobre el fallo, que indica que el cuello de la tobera del motor Zefiro 40 de la segunda etapa no pudo soportar los esfuerzos del lanzamiento y se rompió.

Esta pieza, que une la tobera al resto del motor, había sido fabricada por la empresa ucraniana Oficina de Diseño Yúzhnoye. Igual que la usada en el vuelo de certificación del Vega-C y que otra que aún no ha sido lanzada y que ya no será usada nunca por si también tiene un fallo. Eso ha suscitado algunas cuestiones un tanto tensas, ya que ArianeGroup fabrica piezas similares para los Zefiro 23. Pero es que parece que al final Avio, que es la empresa que se encarga de fabricar del Vega-C, optó por la oferta más barata.

La segunda etapa Zefiro 40 colgando de los cables que la están izando para colocarla sobre la primera etapa en el edificio de integración de cohetes de Kourou
La segunda etapa del Vega-C durante el ensamblado del cohete – Arianespace

Para sorpresa de nadie la Agencia Espacial Estatal de Ucrania no está para nada de acuerdo con las conclusiones de la investigación. Dice que las piezas suministradas cumplían con los requisitos pedidos –aunque habría que ver también si esos requisitos eran lo suficientemente estrictos– y que cree que podría haber otros factores a tener en cuenta en el fallo del lanzamiento. Para ello urge a profundizar en la investigación e incorporar en ella las sugerencias de expertos ucranianos que fueron consultados en ella. Aunque no dice cuáles son esas sugerencias.

En cualquier caso Yúzhnoye no está en condiciones de suministrar nuevas piezas desde el inicio de la invasión rusa. Así que lo que recomienda la comisión que investigó el fallo es que a partir de ahora se le compren a ArianeGroup. Aunque como el material que usa Ariane es ligeramente distinto al de Yúzhnoye, a pesar de que los dos son compuestos de carbono–carbono, habrá que hacer pruebas de certificación.

La ESA dice que cuenta con que el Vega-C vuelva a estar en servicio antes de que termine 2023. Pero ya sabemos que en cuestiones de cohetes a menudo es complicado mantener los plazos.

Con el Vega-C fuera de servicio, el Ariane 6 todavía sin entrar en servicio, y la espantada de Roscosmos en Kourou, Europa se encuentra ahora mismo en una situación muy delicada: le queda un Ariane 5, que será usado para lanzar la sonda JUICE en las próximas semanas, y dos Vega. Y ya está.

Pero la situación pone una vez más sobre la mesa la necesidad de que en Europa entren por fin en servicio los lanzadores diseñados por empresas privadas. Aunque siendo realistas eso no ocurrirá antes de 2024. Y eso con suerte.

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