Por @Alvy — 15 de Febrero de 2018

Tangerine 2015
Tangerine (2015), de Sean Baker

Los interesados en cómo algunos cineastas están utilizando equipos de bajo presupuesto para crear «películas de verdad» encontrarán interesante este artículo de IndieWire: How To Be Unstoppable: Sean Baker and the Digital Filmmaking Revolution. Es toda una lección sobre cómo sacar el máximo partido al mínimo presupuesto a la hora de grabar vídeo para hacer cine.

El artículo recorre la historia de las producciones de Baker a lo largo de los años: cómo pasó de filmar con una cámara CineAlta de Sony (Starlet, 2012) a emplear el iPhone 5s como única cámara (Tangerine, 2015) y más reciente a recurrir al iPhone 6s en momentos puntuales.

Su técnica consistía en equipar el iPhone con un estabilizador de mano Smoothee a modo de steadycam, lo que permite evitar las vibraciones. Cuesta 150 dólares (aunque ya está discontinuado) y de él dicen que es de lo mejorcito que se podía comprar sin superar la barrera de los mil dólares.

Tangerine 2015

Para rodar en el formato anamórfico 2.35:1 propio de muchas películas para la gran pantalla empleaba una lente adaptadora 1.33X de Moondog Labs, que simplemente se encaja al teléfono y proporciona el formato más apaisado y cinematográfico – una cuestión estética. Esa lente surgió como proyecto en Kickstarter y se vende por unos 175 dólares.

Todas las secuencias de vídeo grabadas en formato anamórfico (visualmente «distorsionadas» pero con la información mejor adaptada a ese formato más ancho de lo normal) hay que decodificarlas a posteriori. Se puede usar cualquier software, pero el más barato es Filmic Pro, una app que se puede descargar por 15 dólares.

¿Llevas la cuenta? El coste de todo ese equipo son 840 dólares, aunque se puede añadir algo más (tarjetas de memoria, etcétera). Y simplemente hay que tener en cuenta que en algunos rodajes se contaba con hasta tres iPhones (dos para grabar y otro de repuesto). No es mal precio mal para salvar algunas escenas y mucho menos para un largometraje completo – ¡y además puedes usarlos para llamar por teléfono!

En su reciente y aclamada The Florida Project (2017) Baker ha utilizado como cámara una Alexa Mini, con un buen salto de calidad (y de coste: 36.000 dólares). Pero a veces hay que volver a los orígenes: resulta fácilmente reconocible la huella del iPhone 6s en la escena final, grabada con un iPhone 6s y la lente anamórfica de Moondog. Esta es la película con más alto presupuesto que ha rodado –2 millones de dólares– mientras que las anteriores eran indies más salvajes todavía, producidas con 250.000 y 100.000 dólares e incluso menos (las más antiguas las rodó en vídeo y 35mm).

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Baker no es el único. Steven Soderbergh ha rodado Unsane –un thriller de horror que se estrena estos días– completamente con iPhone (no se sabe el modelo exacto, pero debe ser iPhone 6 o 7, pues está grabada a 4K). «Y en una pantalla grande de 12 metros se ve cojonuda», ha sentenciado. Dicen que además el formato ayuda a la ambientación de la historia. Hay más en 9to5Mac: After Unsane, Steven Soderbergh says he’ll likely shoot all his future movies on iPhones.

En cualquier caso, la tecnología de grabación puede ser más o menos avanzada, y plasmar imágenes de más y menos calidad pero… Esto es cine. Y sin una buena historia detrás, ya se sabe: no hay nada.

Actualización (6 de abril de 2019) – Aquí la reseña de Unsane (2018).

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