Por @Wicho — 14 de abril de 2020

El 11 de febrero de 1985 el control de la misión perdió inesperadamente el contacto con la estación espacial Saliut 7, que en esos momentos no estaba habitada. Ante la imposibilidad de retomar el contacto con ella las autoridades soviéticas decidieron enviar una misión tripulada a intentar repararla.

Esta misión fue llevada a cabo por Vladimir Dzhanibekov y Viktor Savinykh, quienes el 8 de junio de ese mismo año se acoplaban a la Saliut 7 a bordo de la Soyuz T-13. Dado que la estación estaba totalmente inoperativa tuvieron que realizar el acoplamiento en modo manual.

Una vez acoplados comprobaron que en el interior de la Saliut 7 aún había una atmósfera respirable, lo que descartaba que hubiera habido un incendio. Aunque hacía un frío considerable dado que entre las cosas que no funcionaban estaba el sistema de calefacción.

Dzhanibekov y Savinykh en el interior de la Saliut 7 – Roscosmos
Dzhanibekov y Savinykh en el interior de la Saliut 7 – Roscosmos

Pronto determinaron que las ocho baterías estaban completamente descargadas y que además dos de ellas se habían estropeado. Dzhanibekov descubrió que un error en el sensor de la estación que le permitía mantener sus paneles solares apuntados hacia el Sol para generar electricidad había fallado, de ahí que las baterías se hubieran descargado del todo. Además un problema extra con la telemetría había impedido que el control de la misión recibiera aviso a tiempo.

Tras retirar las baterías estropeadas y asegurarse de que la estación estaba en condiciones para ello el día 10 utilizaron los motores de la Soyuz para orientar correctamente los paneles de la Saliut 7 para que volvieran a generar electricidad.

Para el 13 el sistema de control de actitud volvía a estar activo y para el 16 la Saliut 7 se consideró ya salvada. Aunque aún quedaron semanas de trabajo para que volviera del todo a la normalidad: hasta finales de junio la estación no alcanzó una temperatura suficiente como para que se fundiera el agua de sus depósitos; hasta finales de julio la humedad del aire no alcanzó niveles normales.

La Saliut 7 ya reparada vista desde la Soyuz T-13 a su partida – Roscosmos
La Saliut 7 ya reparada vista desde la Soyuz T-13 a su partida – Roscosmos

En estos pocos párrafos puede parecer que la misión de Dzhanibekov y Savinykh fue pan comido. Pero nada más lejos de la realidad. Sin ir más lejos no sabían qué se iban a encontrar suponiendo que fueran capaces de acoplarse a la Saliut 7. De hecho su misión puede considerarse uno de los mayores logros del programa espacial soviético.

Sin embargo Salyut-7, héroes en el espacio, que se supone que está basada en la recuperación de la Saliut 7, es poco menos que un insulto a sus trabajo. Menos mal que por lo menos les cambiaron los nombres.

Y es que a partir del lanzamiento de la T-13 –bueno, en realidad ya un poco antes porque el personaje que se supone que representa a Dzhanibekov ya es insufribile en tierra– empiezan a pasar cosas absolutamente inverosímiles y que poco o nada tienen que ver con la realidad. Y que hubieran matado a los dos tripulantes de la T-13. Varias veces.

Vladimir Fyodorov y Viktor Alyokhin en la Saliut 7
Vladimir Fyodorov y Viktor Alyokhin en una Saliut 7 congelada poco después de haber entrado

No voy a destripar lo que sucede pero me parece una película absolutamente prescindible porque se supone que está basada en una historia real pero la destroza. En lugar de aprovechar la gran historia de la misión de Dzhanibekov y Savinykh la convierten en una sucesión de chorradas hollywoodianas que «pa qué».

Aunque desde el punto de vista de la simulación de ingravidez y de los detalles de las naves y los trajes espaciales está muy bien lograda, eso es innegable.

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